La compañía española mantenía la línea a Mar del Plata
ALEJANDRO REBOSSIO Buenos Aires 2 NOV 2012 - 20:01 CET
El año pasado, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, inauguró un servicio ferroviario de alta calidad entre Buenos Aires y Mar del Plata con trenes Talgo. Esta semana, después de reunirse con Fernández, el ministro argentino del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció que suspendía el contrato de mantenimiento de ese convoy por considerar que implicaba un coste “excesivo”. La disputa se suma a otras entre Argentina y las empresas españolas. Son conflictos que se han ido ampliando a partir de la nacionalización del 51% de YPF que pertenecía a Repsol.
Los Talgo son algunos de los trenes usados que los Kirchner compraron entre 2005 y 2010 a la empresa estatal española Expansión Exterior mediante unos acuerdos que el pasado miércoles la Auditoría General (Tribunal de Cuentas) de Argentina cuestionó por presuntas irregularidades, como precios excesivos y mal estado de las unidades. Randazzo asumió el área de Transporte después de la tragedia ferroviaria de febrero pasado en Buenos Aires, en la que murieron 51 personas, y comenzó a revisar todas las cuentas.
En contraposición a lo que habían firmado los anteriores secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el ministro dijo el jueves que ya no correspondía pagar los 6,3 millones de euros por el mantenimiento de los Talgo “teniendo en cuenta que el valor de mercado de una formación como la que presta el servicio” es de 6,6 millones. “Hasta tanto se presente una propuesta razonable, y con el objetivo puesto en cuidar los recursos de todos los argentinos, la venta de pasajes (billetes) y la prestación del servicio estará provisoriamente suspendida”, anunció Randazzo. En el Gobierno argentino aseguran que solo el 4% de los viajeros del tren Buenos Aires-Mar del Plata cogía el servicio del Talgo, mientras que el resto se transportaba en unidades de menor calidad. La decisión se produce en un contexto de fuerte desaceleración del crecimiento económico argentino, que había sido robusto durante ocho de los últimos nueve años, y cuando aumenta el déficit fiscal, aunque aún es pequeño con relación al PIB.
La suspensión del contrato con Talgo, propiedad de la familia Oriol y los fondos Trilantic y MCH, se añade a otras disputas entre Argentina y España. El Gobierno de Mariano Rajoy había respondido a la expropiación de YPF con el bloqueo al biodiésel argentino, medida que finalmente revocó porque estaba elevando los precios de los combustibles en España.
El Ejecutivo español también está retrasando el desembolso de créditos de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID) para Argentina, en alianza con EE UU y Alemania.
Está en duda si Fernández viajará o no a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, del 16 y 17 de noviembre.
ALEJANDRO REBOSSIO Buenos Aires 2 NOV 2012 - 20:01 CET
El año pasado, la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, inauguró un servicio ferroviario de alta calidad entre Buenos Aires y Mar del Plata con trenes Talgo. Esta semana, después de reunirse con Fernández, el ministro argentino del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, anunció que suspendía el contrato de mantenimiento de ese convoy por considerar que implicaba un coste “excesivo”. La disputa se suma a otras entre Argentina y las empresas españolas. Son conflictos que se han ido ampliando a partir de la nacionalización del 51% de YPF que pertenecía a Repsol.
Los Talgo son algunos de los trenes usados que los Kirchner compraron entre 2005 y 2010 a la empresa estatal española Expansión Exterior mediante unos acuerdos que el pasado miércoles la Auditoría General (Tribunal de Cuentas) de Argentina cuestionó por presuntas irregularidades, como precios excesivos y mal estado de las unidades. Randazzo asumió el área de Transporte después de la tragedia ferroviaria de febrero pasado en Buenos Aires, en la que murieron 51 personas, y comenzó a revisar todas las cuentas.
En contraposición a lo que habían firmado los anteriores secretarios de Transporte, Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, el ministro dijo el jueves que ya no correspondía pagar los 6,3 millones de euros por el mantenimiento de los Talgo “teniendo en cuenta que el valor de mercado de una formación como la que presta el servicio” es de 6,6 millones. “Hasta tanto se presente una propuesta razonable, y con el objetivo puesto en cuidar los recursos de todos los argentinos, la venta de pasajes (billetes) y la prestación del servicio estará provisoriamente suspendida”, anunció Randazzo. En el Gobierno argentino aseguran que solo el 4% de los viajeros del tren Buenos Aires-Mar del Plata cogía el servicio del Talgo, mientras que el resto se transportaba en unidades de menor calidad. La decisión se produce en un contexto de fuerte desaceleración del crecimiento económico argentino, que había sido robusto durante ocho de los últimos nueve años, y cuando aumenta el déficit fiscal, aunque aún es pequeño con relación al PIB.
La suspensión del contrato con Talgo, propiedad de la familia Oriol y los fondos Trilantic y MCH, se añade a otras disputas entre Argentina y España. El Gobierno de Mariano Rajoy había respondido a la expropiación de YPF con el bloqueo al biodiésel argentino, medida que finalmente revocó porque estaba elevando los precios de los combustibles en España.
El Ejecutivo español también está retrasando el desembolso de créditos de los bancos Mundial e Interamericano de Desarrollo (BID) para Argentina, en alianza con EE UU y Alemania.
Está en duda si Fernández viajará o no a la Cumbre Iberoamericana de Cádiz, del 16 y 17 de noviembre.
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