El diario británico The Guardian atribuye el triunfo de la nueva edil al “cambio que Chile ha experimentado en los últimos 18 meses", haciendo referencia a la importancia que han tenido los movimientos sociales y las masivas protestas en las calles. Sobre Sabat, el periódico recuerda el episodio en el que se refirió al Internado Nacional Femenino como un “puterío”, a propósito de la toma que las alumnas habían hecho del establecimiento.
por EL MOSTRADOR
La actual alcaldesa electa de Ñuñoa, Maya Fernández Allende, destacó la lealtad que tuvo su abuelo, el ex derrocado Presidente Salvador Allende, con el pueblo, lo cual a su juicio es un valor que no se ve a menudo en la política.
En entrevista dada al diario británico The Guardian, la candidata que destronó al actual incumbente de Ñuñoa, Pedro Sabat, dijo que “mi abuelo era un gran hombre, fue leal con su pueblo hasta el final… lo que es un principio, un valor, que no se ve a menudo en la política”.
El artículo resalta que “Allende tenía sólo un año el 11 de septiembre de 1973, cuando un golpe de Estado derechista ocasionó la muerte de su abuelo, Salvador Allende, el entonces Presidente chileno. La familia huyó a Cuba y durante tres décadas la heredera de una de las más ilustres y controvertidas fortunas políticas de Chile permaneció fuera del centro de atención”.
La publicación en el The Guardian, cuyo título es “Chile da la bienvenida a la familia Allende en la vida política”, destaca el orgullo que sienta de ser la nieta del ex mandatario, agregando que “también es una responsabilidad”.
Sobre su abuelo, Maya Fernández precisa que “no lo recuerdo, era muy pequeña. Pero siempre me entretengo con historias de su vida que la gente me cuenta. Especialmente que pese a sus enormes responsabilidades, siempre tuvo un gran sentido del humor. Siempre con un chiste. Eso lo mantuvo activo”.
La publicación también expone las escasas posibilidades que existían de lograr desbancar a Sabat, quien había ganado las últimas cuatro elecciones municipales en el país.
Sobre su triunfo en Ñuñoa, la electa alcaldesa precisa que “al entrar en una campaña, uno se presenta para ganar, no para tener un apoyo decente … Puse todo mi corazón en esto y fue difícil, contra un alcalde que contaba con el apoyo de una alta votación, pero incluso antes del anuncio final sentí que era una victoria, nadie sabía que iba a ser tan competitivo con Sabat. Esto lo hicimos con un equipo, con una operación en terreno”.
El diario atribuye el triunfo de la nueva alcaldesa al “cambio que Chile ha experimentado en los últimos 18 meses”, haciendo referencia a la importancia que han tenido los movimientos sociales y las masivas protestas en las calles.
Sobre Sabat, The Guardian recuerda el episodio en el que el ex edil se refirió al Internado Nacional Femenino como un “puterío”, a propósito de la toma que las alumnas habían hecho del establecimiento.
“Ese comentario realmente sacudió a la gente. Incluso a las personas que no apoyaban las tomas pensaron que ese comentario había sido mucho”, dijo Fernández.
Agregó respecto a las masivas manifestaciones en las calles que “la dictadura no permitió expresarse, era posible hablar y luego desaparecer, así que la gente dejó de hablar”, dijo Fernández Allende, afirmando que “durante 20 años nadie hablaba con nadie, no se sabía quien era un espía. Había mucho silencio. La gente se volvió más introvertida. [Ahora] esta generación ha cambiado, se ha volcado a la calle, para tocar a la puerta, golpear la mesa”.
La actual alcaldesa electa de Ñuñoa, Maya Fernández Allende, destacó la lealtad que tuvo su abuelo, el ex derrocado Presidente Salvador Allende, con el pueblo, lo cual a su juicio es un valor que no se ve a menudo en la política.
En entrevista dada al diario británico The Guardian, la candidata que destronó al actual incumbente de Ñuñoa, Pedro Sabat, dijo que “mi abuelo era un gran hombre, fue leal con su pueblo hasta el final… lo que es un principio, un valor, que no se ve a menudo en la política”.
El artículo resalta que “Allende tenía sólo un año el 11 de septiembre de 1973, cuando un golpe de Estado derechista ocasionó la muerte de su abuelo, Salvador Allende, el entonces Presidente chileno. La familia huyó a Cuba y durante tres décadas la heredera de una de las más ilustres y controvertidas fortunas políticas de Chile permaneció fuera del centro de atención”.
La publicación en el The Guardian, cuyo título es “Chile da la bienvenida a la familia Allende en la vida política”, destaca el orgullo que sienta de ser la nieta del ex mandatario, agregando que “también es una responsabilidad”.
Sobre su abuelo, Maya Fernández precisa que “no lo recuerdo, era muy pequeña. Pero siempre me entretengo con historias de su vida que la gente me cuenta. Especialmente que pese a sus enormes responsabilidades, siempre tuvo un gran sentido del humor. Siempre con un chiste. Eso lo mantuvo activo”.
La publicación también expone las escasas posibilidades que existían de lograr desbancar a Sabat, quien había ganado las últimas cuatro elecciones municipales en el país.
Sobre su triunfo en Ñuñoa, la electa alcaldesa precisa que “al entrar en una campaña, uno se presenta para ganar, no para tener un apoyo decente … Puse todo mi corazón en esto y fue difícil, contra un alcalde que contaba con el apoyo de una alta votación, pero incluso antes del anuncio final sentí que era una victoria, nadie sabía que iba a ser tan competitivo con Sabat. Esto lo hicimos con un equipo, con una operación en terreno”.
El diario atribuye el triunfo de la nueva alcaldesa al “cambio que Chile ha experimentado en los últimos 18 meses”, haciendo referencia a la importancia que han tenido los movimientos sociales y las masivas protestas en las calles.
Sobre Sabat, The Guardian recuerda el episodio en el que el ex edil se refirió al Internado Nacional Femenino como un “puterío”, a propósito de la toma que las alumnas habían hecho del establecimiento.
“Ese comentario realmente sacudió a la gente. Incluso a las personas que no apoyaban las tomas pensaron que ese comentario había sido mucho”, dijo Fernández.
Agregó respecto a las masivas manifestaciones en las calles que “la dictadura no permitió expresarse, era posible hablar y luego desaparecer, así que la gente dejó de hablar”, dijo Fernández Allende, afirmando que “durante 20 años nadie hablaba con nadie, no se sabía quien era un espía. Había mucho silencio. La gente se volvió más introvertida. [Ahora] esta generación ha cambiado, se ha volcado a la calle, para tocar a la puerta, golpear la mesa”.
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