El canon petrolero ascendió a unos 4.600 millones de euros en 2011
JUAN ARIAS Río de Janeiro 1 DIC 2012 - 01:02 CET
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha tomado este viernes una decisión histórica: a partir de los nuevos contratos para la exploración del petroleo del país en tierra y mar, el canon o compensación que hasta ahora recibían cada año los Estados productores del crudo, fundamentalmente, Rio y Espirito Santo, se dedicarán exclusivamente a la educación.
En 2011, dicho canon alcanzó la cifra de 13.000 millones de reales (unos 4.600 millones de euros), que podrán aumentar en la medida de la exploración de los nuevos pozos de petroleo.
El Ministro de Educación, Aloizio Mercandante, que junto con otros tres ministros presentaron el nuevo proyecto de ley presidencial en una conferencia de prensa, resaltó el valor histórico de la decisión del Gobierno Rousseff. “No existe futuro mejor para el país que invertir en educación”, afirmó
Para el ministro, “solo la educación hará de Brasil una nación efectivamente desarrollada, ya que la educación es el fundamento de todo desarrollo económico futuro”.
El tema del canon del petroleo, que depende cada año de la producción del crudo, ha sido un verdadero quebradero de cabeza para Rousseff, ya que el Congreso lleva tiempo, desde los gobiernos del expresidente Lula da Silva, discutiendo si dicho canon debía dedicarse exclusivamente a los Estados productores o a todos en general ya que se trata de una riqueza nacional.
Al final, el Congreso aprobó una ley en este último sentido. A partir de ahora se beneficiarán lucrarse del canon todos los Estados indistintamente.
Hubo un levantamiento en los dos Estados que hasta ahora recibían casi integralmente los recursos: Rio y Espirito Santo. Pidieron con manifestaciones hasta en la calle que Dilma vetara la ley.
Este viernes, la presidenta decidió vetar algunas partes de la ley para que no fuera herido el derecho ya adquirido y sancionado por la Constitución. Por tanto serán respetados los contratos ya concedidos del pasado y a partir del año que viene, con las nuevas concesiones entrará en vigor la nueva ley que obliga a repartir ese canon a todo el país. Con esa añadidura histórica de que dicha compensación o premio a los Estados y municipios se dediquen exclusivamente a la educación.
Hasta ahora, como había denunciado la prensa, dicho canon se dedicaba en buena parte a aumentar los gastos públicos de dichos Estados y muy poco para gastos sociales y de educación. O para obras a veces faraónicas de embellecimiento externo de las ciudades.
Dilma se ha basado en una ley aprobada por el Congreso que obligaba al gobierno a dedicar en el futuro un 10% del PIB a la educación, dado que Brasil, a pesar de su pujanza económica, continúa apareciendo en el furgón de cola de los otros países en calidad de educación. El 40% de los alumnos que empiezan los estudios de la secundaria, los abandonan antes de concluirlos.
JUAN ARIAS Río de Janeiro 1 DIC 2012 - 01:02 CET
La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, ha tomado este viernes una decisión histórica: a partir de los nuevos contratos para la exploración del petroleo del país en tierra y mar, el canon o compensación que hasta ahora recibían cada año los Estados productores del crudo, fundamentalmente, Rio y Espirito Santo, se dedicarán exclusivamente a la educación.
En 2011, dicho canon alcanzó la cifra de 13.000 millones de reales (unos 4.600 millones de euros), que podrán aumentar en la medida de la exploración de los nuevos pozos de petroleo.
El Ministro de Educación, Aloizio Mercandante, que junto con otros tres ministros presentaron el nuevo proyecto de ley presidencial en una conferencia de prensa, resaltó el valor histórico de la decisión del Gobierno Rousseff. “No existe futuro mejor para el país que invertir en educación”, afirmó
Para el ministro, “solo la educación hará de Brasil una nación efectivamente desarrollada, ya que la educación es el fundamento de todo desarrollo económico futuro”.
El tema del canon del petroleo, que depende cada año de la producción del crudo, ha sido un verdadero quebradero de cabeza para Rousseff, ya que el Congreso lleva tiempo, desde los gobiernos del expresidente Lula da Silva, discutiendo si dicho canon debía dedicarse exclusivamente a los Estados productores o a todos en general ya que se trata de una riqueza nacional.
Al final, el Congreso aprobó una ley en este último sentido. A partir de ahora se beneficiarán lucrarse del canon todos los Estados indistintamente.
Hubo un levantamiento en los dos Estados que hasta ahora recibían casi integralmente los recursos: Rio y Espirito Santo. Pidieron con manifestaciones hasta en la calle que Dilma vetara la ley.
Este viernes, la presidenta decidió vetar algunas partes de la ley para que no fuera herido el derecho ya adquirido y sancionado por la Constitución. Por tanto serán respetados los contratos ya concedidos del pasado y a partir del año que viene, con las nuevas concesiones entrará en vigor la nueva ley que obliga a repartir ese canon a todo el país. Con esa añadidura histórica de que dicha compensación o premio a los Estados y municipios se dediquen exclusivamente a la educación.
Hasta ahora, como había denunciado la prensa, dicho canon se dedicaba en buena parte a aumentar los gastos públicos de dichos Estados y muy poco para gastos sociales y de educación. O para obras a veces faraónicas de embellecimiento externo de las ciudades.
Dilma se ha basado en una ley aprobada por el Congreso que obligaba al gobierno a dedicar en el futuro un 10% del PIB a la educación, dado que Brasil, a pesar de su pujanza económica, continúa apareciendo en el furgón de cola de los otros países en calidad de educación. El 40% de los alumnos que empiezan los estudios de la secundaria, los abandonan antes de concluirlos.
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