viernes, 24 de enero de 2014

El peso argentino se derrumba

El Gobierno argentino niega estar detrás de la abrupta devaluación, la mayor desde 2002

FRANCISCO PEREGIL Buenos Aires


El Gobierno argentino ha repetido hasta la saciedad que no aprobará medidas de devaluación del peso porque, según la propia presidenta, Cristina Fernández, esa medida hace más pobre a los pobres y más ricos a los especuladores. Sin embargo, entre el miércoles y el jueves se ha registrado una depreciación del peso en el mercado oficial como no se veía desde 2002.

El miércoles por la mañana se podía comprar un dólar en el mercado oficial por 6,89 pesos. Por la tarde ya se necesitaban 7,13 pesos para conseguir un dólar. El Banco Central no quiso intervenir el miércoles, dejó que el mercado siguiera su propia dinámica. Pero el jueves, la moneda nacional perdió hasta un 12% de su valor respecto al día anterior, cruzó la barrera de los ocho pesos a cambio de un dólar y el Banco Central tuvo que vender unos cien millones de dólares procedentes de sus reservar para evitar que continuara depreciándose el peso. El problema es que las reservas del Banco Central hace varias semanas que bajaron la barrera de los 30.000 millones de dólares y se encuentran en su nivel más bajo desde hace siete años.

El jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, insistió en que todo se debe a movimientos del mercado y restó toda responsabilidad al Ejecutivo. “No ha sido una devaluación inducida por el Estado, sino la libre oferta de demanda la que se expresó ayer en el mercado”, indicó. Mientras tanto, el dólar negro, o blue, como se conoce en Argentina a la divisa en el mercado paralelo, el miércoles superó por primera vez el valor de 12 pesos por dólar y el jueves llegó a los 13.

La presidenta, Cristina Fernández, reapareció el miércoles en un acto público en la Casa Rosada tras 34 días de silencio. Pero no hizo ninguna mención a la devaluación del peso. Fernández presentó un plan de ayuda económica para 1,5 millones de jóvenes de entre 18 y 24 años que no estudian ni trabajan. El plan consiste en otorgarles 600 pesos al mes (equivalentes a 86 dólares en el mercado oficial y 50 en el paralelo). El programa fue considerado como positivo incluso entre la prensa más crítica. Pero el silencio respecto a la devaluación del peso cosechó numerosas críticas.

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