jueves, 30 de enero de 2014

El régimen sirio arrasa miles de casas para castigar a la oposición

Uno de los barrios bombardeados. La zona blanca es la que ha quedado ya arrasada por las fuerzas de El Asad. / HRW

El régimen sirio demuele miles de viviendas en barrios de la oposición

Un informe de Human Rights Watch afirma que lo hacen para "castigar a las comunidades"
Las autoridades usan explosivos y excavadoras para la "limpieza", según la ONG internacional

FOTOGALERÍA Demoliciones deliberadas en Siria
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DAVID ALANDETE / JUAN CARLOS BOW Jerusalén / Madrid 30 ENE 2014 - 13:24 CET


El régimen sirio ha empleado las demoliciones masivas de edificios como arma de guerra, según revela un informe de la organización Human Rights Watch (HRW) hecho público este jueves. En total, 140 hectáreas fueron completamente arrasadas por el gobierno en los doce meses previos a julio de 2013. Esos derribos se han producido, sobre todo, en las provincias de Hama y Damasco, donde las líneas de batalla han ido alterándose notablemente en pasados meses. A medida que el régimen recobra terreno, HRW teme que estos arrasamientos, ilegales según el derecho internacional, se hagan más comunes.

Base del informe

El informe de 38 páginas se basa en un análisis detallado de imágenes satelitales de alta resolución, vídeos y fotografías. Así como entrevistas con 16 testigos de las demoliciones y propietarios de casas destruidas.

Además, Human Rights Watch examinó los informes de los medios de comunicación, decretos del Gobierno, y los vídeos de la destrucción y la posguerra publicado en YouTube.

El régimen negocia desde la semana pasada con los opositores en la cumbre de Ginebra II en Suiza, en la que no se ha llegado a un acuerdo concreto más allá de una todavía incumplida evacuación de 500 familias civiles en el centro de la ciudad de Homs, un disputado bastión rebelde. En el pasado, las fuerzas leales al presidente Bachar el Asad han empleado armas prohibidas por la legislación internacional, como el lanzamiento de barriles cargados de explosivos desde helicópteros. En diciembre la Comisión de Derechos Humanos de la ONU acusó a altos funcionarios del régimen de crímenes de guerra y contra la humanidad, y serias violaciones de los derechos humanos, como la tortura y las ejecuciones sumarias.

El nuevo informe de HRW documenta siete casos de demoliciones masivas de barriadas donde había apoyo a los rebeldes levantados en armas contra El Asad. Para ello se han comparado imágenes de satélite de 16 zonas distintas de las provincias de Hama y Damasco. Además, HRW ha entrevistado a 16 civiles sirios que vieron sus casas derruidas y ha contrastado esa información con vídeos publicados y distribuidos en las redes sociales de YouTube y Facebook. Los casos documentados están en Wadi el Joz o Masha el Aberdeen en Hama; Qadun, Tadamun, Barzé, la base aérea Mezé y Harran el Awamid en Damasco.

“Muchos de los edificios derruidos eran bloques de apartamentos con varias alturas, algunos de ocho pisos. Miles de familias perdieron sus hogares por estas demoliciones”, dice el informe, titulado ‘Totalmente arrasados’ [Razed to the ground], que acusa a El Asad de “haber borrado del mapa vecindarios enteros”.

Varios testigos y víctimas de las demoliciones afirmaron que las fuerzas gubernamentales les avisaron con poco tiempo, si es que llegaron a advertir sobre lo que pretendían hacer, por lo que les fue imposible sacar sus pertenencias. Además, los propietarios de las viviendas dijeron no haber recibido ninguna compensación. La destrucción se realizó con explosivos y maquinaria pesada como excavadoras.

Antes mis ojos, vi todo el duro trabajo de mi familia destruido en un segundo”

Víctima de las demoliciones

Un propietario de un restaurante local del barrio Qadun de Damasco, dijo a Human Rights Watch que las fuerzas de seguridad le negaron el permiso para sacar cualquier cosa del local y lo obligaron a irse a pie, dejando su motocicleta detrás. "Mientras caminaba miré hacia atrás y vi la excavadora demoliendo mi negocio" dijo. "Antes mis ojos, vi todo el duro trabajo de mi familia destruido en un segundo", concluyó.

Ole Solvang, uno de los investigadores de HRW, explica por teléfono que “es difícil atribuir una única intención al gobierno con esta estrategia”. “En algunos casos parece ser castigo colectivo a civiles que apoyan a los opositores. En otros casos el gobierno arrasa vecindarios porque quiere aniquilar a milicianos rebeldes que se refugian en ese área. Y también se han visto esas destrucciones en casos en los que el régimen quiere proteger un área concreta, como un aeropuerto militar”, añade. De hecho, varias de esas demoliciones se han llevado a cabo alrededor de los aeropuertos militar de Meze y civil de Damasco.

Los funcionarios gubernamentales y los medios de comunicación afines al Gobierno han afirmado —según el informe— que las demoliciones son parte de los esfuerzos de planificación urbana o la eliminación de los edificios construidos ilegalmente. Sin embargo, varios propietarios afirman que tenían todos los permisos y documentos necesarios para sus casas.

El Ejército vino a nuestro barrio a decirnos que también destrozarían nuestro vecindario”

Testigo entrevistado por HRW

Tamara Alrifai, portavoz de la ONG, explica por teléfono que las demoliciones también funcionan para intimidar a los ciudadanos. En el informe se citan los testimonios de vecinos entrevistados que vieron los derribos y recibieron advertencias de los militares. “Después de las demoliciones el Ejército vino a nuestro barrio para decirnos con altavoces que también destrozarían nuestro vecindario como ya destrozaron Wadi al Joz o Masha al Aberdeen si se disparaba una sola bala desde él”, dice uno de los testigos citados por HRW.

Uno de los principales motivos de preocupación para las organizaciones humanitarias es que estos derribos masivos, que de momento suman la misma superficie que 200 campos de fútbol y se han comenzado a dar también en Homs, se generalicen a medida que el régimen va ganando terreno a los rebeldes, como una forma de represalia. En los pasados meses El Asad ha recuperado varias zonas que le arrebató la oposición, como Al Qusair, en Homs, y varias barriadas en las afueras de Damasco.

El miércoles, el ejército sirio rodeó a un grupo de milicianos rebeldes en el castillo de los cruzados Crac des Chevaliers, declarado patrimonio de la humanidad por UNESCO y ya dañado en esta guerra que dura casi tres años y se ha cobrado 130.000 vidas.

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