jueves, 16 de enero de 2014

Espías europeos se reunieron con Damasco ante el auge yihadista

Milicianos del grupo yihadista Frente al Nusra en Alepo. / AFP

GUERRA CIVIL EN SIRIA

Varios miembros del espionaje viajaron a Damasco durante las últimas semanas
El viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Mekdad ha confirmado los contactos

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CARMEN RENGEL Jerusalén


Miembros de los servicios de Inteligencia de varios países europeos han viajado en los últimos meses a Damasco para analizar con el Gobierno sirio el crecimiento de los grupos yihadistas en el país. Lo ha confirmado el viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Mekdad, en una entrevista con la BBC. Se ha negado a concretar de qué naciones se trata pero ha insistido en que son "muchas". Es el diario The Wall Street Journal el que afina que quienes han asistido a estos encuentros son expertos de Reino Unido, Francia, Alemania y también España. Los viajes se llevan produciendo desde noviembre, siempre vía Beirut, afirma. Sus fuentes son funcionarios europeos y de Oriente Medio. En cualquier caso, son países críticos con el presidente Bachar El Asad, que en el plano del espionaje no han tenido reparos en acercarse al régimen. "Cuando nos piden cooperación en seguridad, entonces parece que hay un cisma entre los dirigentes políticos y los de seguridad", ha remarcado Mekdad. Las entrevistas se han mantenido, entre otros, con Ali Mamlouk, el principal asesor del Gobierno sirio en la materia.

"Hablando con franqueza, el espíritu ha cambiado", ha declarado el vicecanciller. Diferentes agencias de Inteligencia occidentales, como la norteamericana y la británica, llevan meses manifestando su preocupación por la fragmentación de los opositores a Asad, el radicalismo de algunas de sus ramas, como Al Nusra —el brazo de Al Qaeda en Siria— o el Estado Islámico de Islam y el Levante (ISIS), así como por la entrada de milicianos extranjeros que se han unido a la lucha suní. WSJ sostiene que los funcionarios trasladados a Damasco querían información de al menos 1.200 supuestos yihadistas que se habrían unido a milicias locales. El pasado martes, por ejemplo, el presidente francés François Hollande, confirmó que 700 hombres han partido desde suelo galo para combatir en Siria. La preocupación de Europa es aclarar qué amenaza supondrán estos islamistas cuando regresen a sus países de origen.

En el caso de España, un portavoz de la agencia de seguridad confirmó al rotativo económico que han estado compartiendo inteligencia con Damasco sobre los ciudadanos españoles que viajan a Siria para unirse a estos grupos yihadistas. “España ha expresado constantemente su preocupación por los peligros planteados por estos terroristas”, añade la fuente.

Políticamente, las grandes potencias de Occidente llevan desde el inicio de la crisis, en marzo de 2011, reclamando la marcha de Asad o, al menos, un debate abierto con la oposición, previo alto el fuego —ya van más de 125.000 muertos en la contienda, según Naciones Unidas—. Sin embargo, las derivaciones de la oposición, que empezó con manifestaciones pacíficas y ha acabado cayendo en el sectarismo y la violencia, habrían hecho que sus Inteligencias apuesten por el pragmatismo y se citen con el régimen. "El islamismo es una amenaza real para estos países", insiste Mekdad, y esto les está llevando a dar pasos en un nuevo sentido. Al parecer, las conversaciones ahora descubiertas se han limitado casi exclusivamente a analizar el panorama yihadista, pero “no representan una apertura diplomática más amplia”.

El viceministro ha confirmado, en la misma entrevista a la BBC, que también tiene “muchas” solicitudes de diplomáticos que quieren regresar a la capital siria, donde sólo queda hoy representación de los grandes aliados de Asad, como Rusia o Irán, cuyo canciller, Mohamed Zarif, ha llegado hoy a Siria para entrevistarse con el presidente Asad, tras hacer ronda por Jordania y Líbano, donde se vio con la cúpula de la milicia chií de Hezbolá, que lucha a favor del régimen. Los contactos de Inteligencia son, de hecho, los primeros que se conocen desde el cierre de las legaciones diplomáticas, que data de 2011 en la mayoría de los casos.

Por el momento ningún Gobierno ha reaccionado ante estas revelaciones. De ser ciertas, está por ver hasta qué punto estas naciones están dispuestas a hacer causa común con Damasco para frenar el yihadismo. El presidente Asad ha defendido en sus innumerables discursos que sólo él, con su Ejército, es capaz hoy de hacer frente a la amenaza integrist con garantías de éxito.

Los países opuestos a Asad se están mostrando estos días nerviosos, frustrados, ante las diferencias de opinión que existen en el seno de la Coalición Nacional Siria, reconocida como el órgano legítimo de interlocución de la disidencia. El grupo aún no ha decidido —lo hará el viernes— si acudirá o no a la conferencia de paz que el día 22 se celebrará en Ginebra, con presencia de funcionarios del régimen, en un intento de buscar una transición pacífica para el país. Londres y Washington han amenazado con retirar su ayuda si se niegan a participar. Hasta ahora, el apoyo occidental a los opositores se estaba limitando a dinero y logística, se entregaron equipos de comunicaciones al Ejército Libre de Siria, el primer brazo armado organizado, pero se congeló la posibilidad de ir más allá, de armarlos, ante la deriva integrista posterior.

Diversos grupos de la oposición, abunda el WSJ, se han mostrado “preocupados” por el nuevo intercambio de información entre Occidente y Damasco, porque les sugiere “que los occidentales están comenzando a aceptar la posibilidad de que Asad retendrá el poder en un futuro”. Los contactos entre las dos partes se han multiplicado estos días, además, para acometer las diversas fases de destrucción del arsenal químico de Asad, en el que participan EEUU, Dinamarca, Noruega y Finlandia, más Rusia y China, aliados del régimen.

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