miércoles, 29 de enero de 2014

La oposición lucha en Kiev por una amnistía sin condiciones

Las protestas se mantienen en las calles de Kiev. / ATLAS

PROTESTAS EN UCRANIA

Las autoridades exigen, que antes de aprobar un perdón, sean desalojadas las oficinas públicas y retiren las barricadas

PILAR BONET Kiev 29 ENE 2014 - 13:18 CET


¿Amnistía sin condiciones o amnistía con condiciones previas? Esta es la cuestión que debe comenzar a debatir este miércoles la Rada Suprema de Ucrania (el Parlamento) para determinar el futuro de quiénes han sido o pueden ser procesados por su participación en los disturbios y enfrentamientos que vienen sucediéndose desde hace más de dos meses en la capital y también en provincias.

La Rada, que comenzó su sesión a las once de la mañana (una hora menos en España) pospuso el debate sobre la amnistía hasta las cuatro de la tarde y mientras tanto los jefes de los grupos parlamentarios se reunieron para tratar de conciliar los proyectos divergentes presentados.

Las autoridades, que se apoyan en el partido de las Regiones (PR), mayoritario en la Cámara, quieren que —antes de proceder a la amnistía— los activistas del Euromaidán desalojen todas las dependencias públicas ocupadas y retiren las barricadas, las tiendas de campaña y los escenarios callejeros. Los miembros de la oposición exigen la amnistía primero y la retirada y desalojo después, porque están convencidos de que la presencia en la calle es la única forma de hacer que el régimen respete sus promesas y compromisos.

El carácter y condiciones de la amnistía constituye el segundo tema de la nueva fase del conflicto, iniciada el martes con la anulación de las llamadas “leyes dictatoriales”, que habían sido escandalosamente aprobadas a mano alzada el 16 de enero. La anulación en bloque de la polémica legislación y el cese del Gobierno no son, sin embargo, suficientes para restablecer la confianza de la oposición hacia el presidente Víctor Yanukóvich.

El cese del primer ministro Mikola Azárov ha supuesto el cese automático de todo el gobierno, el cual actúa de momento como gabinete en funciones a la espera de que el presidente proponga un nuevo primer ministro a la Rada. Según el procedimiento legal establecido, el presidente tiene un plazo de 60 días para someter a su candidato a primer ministro a la votación del Legislativo. El reparto de puestos en el gabinete es un tema que se dirime entre el jefe del Estado y el primer ministro.

La dimisión del Gobierno crea una situación nueva tanto para Yanukóvich como para los partidos de oposición. Por una parte, debilita al gobierno en funciones, al mermar su legitimidad para asumir responsabilidades en decisiones de peso, como por ejemplo un eventual estado de excepción, un escenario que, según los indicios, existe como “plan B” de las autoridades. Por otra parte, sin embargo, la posibilidad de participar en el gabinete es una tentación que puede dividir a los líderes parlamentarios. Yanukóvich pone a prueba la vanidad de la naturaleza humana. A la tentación de asumir mando está siendo especialmente sensible Arseni Yatseniuk, el jefe del grupo parlamentario "Patria" de la encarcelada Yulia Timoshenko.

Yanukóvich propuso a Yatseniuk dirigir el gobierno y a Vitali Klichkó, el ex boxeador jefe del partido Udar, convertirse en viceprimer ministro responsable de asuntos sociales. Klichkó ha sido tajante al declinar la propuesta, pero Yatseniuk es más escurridizo. La oposición está dispuesta a examinar la posibilidad de trabajar en el consejo de ministros de Ucrania si tiene la posibilidad de asumir toda la responsabilidad en el gobierno, ha dicho.

"El cargo de primer ministro no tiene ninguna importancia si la oposición no puede recibir la plena responsabilidad por los asuntos de Ucrania", dijo Yatseniuk. Según explican fuentes de UDAR, la prioridad para este grupo es cambiar la constitución para volver al sistema parlamentario-presidencial, en el cual el gabinete tiene más independencia del jefe del Estado que en el actual sistema de corte presidencial.

"No me veo en el gobierno de Yanukóvich", dijo Klichkó. "No tiene sentido debatir conmigo el trabajo en el gobierno y ni siquiera debatir esta cuestión", sentenció rotundo.

Para saber hacia dónde evolucionará el conflicto de Ucrania es fundamental comprender a favor de quién juega este tiempo en el que la calle ha aceptado una tregua mientras los líderes de la oposición parlamentaria avanzan trabajosamente, punto por punto, en la lista de reivindicaciones, sin que hayan llegado todavía a los "huesos más duros", tales como el cambio de sistema y las elecciones anticipadas a la jefatura del Estado.

Encerrados en los salones de la Rada los líderes discuten mientras en la calle las temperaturas superan los 16 grados bajo cero y se agravan con el viento y la nieve. En estas condiciones los activistas se esfuerzan por ser pacientes y no dar rienda suelta a sus deseos de acabar ya con el régimen. Fuentes de la oposición parlamentaria afirman que Yanukóvich empieza a desmarcarse del proceso de conversaciones dejándolo en manos del partido de las Regiones en el parlamento, como si la cosa no fuera con él.

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