El presidente del Gobierno, durante la entrevista en Antena 3 del pasado lunes 20 de enero
De Machado y Pessoa, en los últimos días el jefe del Gobierno acumula versos con los que lee con optimismo el futuro. ¿El ejemplo más sonado? «Tendremos un mañana colmado de días azules y soleados»
ÉRIKA MONTAÑÉSEMONTANES / MADRID - Día 23/01/2014 - 03.02h
Lleva una semana de inspiración claramente poética. La vis lírica deMariano Rajoy ha ofrecido momentos semánticos sin par, que disparan la rémora inevitable de aquel José Luis Rodríguez Zapatero que hablaba de molinos de viento como si tuviese la pluma cervantina dentro en aras de defender la energía renovable, o al propio dirigente del PP cuando mentó, aún en la oposición, a una niña que crecería y a la que quería proteger en su futuro incierto. En los últimos días, ante una pléyade de empresarios estadounidenses y españoles en Washington, ante el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, junto al barón extremeño José Antonio Monago, o sentado en un plató de televisión ante millones de españoles, al gallego no le han dolido prendas en sacar las postreras enseñanzas literarias adquiridas en sus ratos de lectura.
La propia entrevistadora Gloria Lomana, directora general de los servicios Informativos de Antena 3, le espeta (este pasado lunes 20) en horario de máxima audiencia que a qué es debida cierta vena poética renovada. Eso, justo después de que el presidente del Gobierno hubiese admitido que se había leído las memorias de sus predecesores en el cargo, tanto de Zapatero como del también popular José María Aznar, y haber admirado el «pedazo de historia» que ambos colectaban en sus volúmenes, aunque esté más de acuerdo con las del segundo. Él mismo dijo que no tiene intención de recrearse como estrella literaria sorprendiendo con sus propias memorias, aunque su libro autobiográfico «En confianza» fue un completo éxito de ventas y en él repasa con brío su trayectoria personal y profesional.
«España tiene hoy fundado derecho a la esperanza», pronunció en WashingtonLa pregunta de Lomana no es baladí, se agarraba a la percha de una escena protagonizada la semana pasada en la comarca cacereña de La Vera. El presidente pronunció allí la frase por la que ahora la periodista pide explicaciones: «Tendremos un mañana colmado de días azules y soleados». Rajoy responde a la informadora que la cita pronunciada en el marco incomparable del Monasterio de Yuste no es suya, la ha «tomado prestada» de las obras de Antonio Machado y Fernando Pessoa. «Días azules» que parafrasea la conductora de la entrevista para deseárselos a todos los españoles, incluido el propio inquilino de La Moncloa.
Las licencias de Rajoy
Rajoy, en otro alarde confesional y durante una entrevista de casi 45 minutos, reconoce que él no toma notas, tampoco las ha tomado nunca. No le hacen falta. Tiene memoria. La misma memoria retrotrae la licencia que se permitió el gallego ante un consorcio de empresarios de EE.UU. y españoles en una metrópoli convertida ya en fetiche para el jefe del Gobierno español: Washington. El presidente preconiza el cambio de ciclo, esboza en este escenario el cambio de tendencia acuñado para la economía española y lo hace escogiendo este enunciado: «Queda mucho camino por recorrer, pero estamos en la dirección correcta. España tiene hoy un fundado derecho a la esperanza». Tal vez Rajoy abraza la poesía como remanso de paz precisamente porque esgrime esta estrofa tras haber proclamado que ha pasado por «momentos de enorme dificultad» durante su gestión como máximo responsable del Ejecutivo.
El recurso a la esperanza vuelve al Congreso de los Diputados. Ayer miércoles, el presidente del Gobierno da cuenta de los acuerdos alcanzados en la última Cumbre de Bruselas, y comienza por recordar la economía en tiempos de crisis: «Desde octubre de 2008 la zozobra y el desasosiego formaban una nube negra que planeaba siempre sobre todas y cada una de las reuniones» de los Consejos Europeos.
En la silla televisiva del pasado lunes y con la intención de retratar las bondades que se presentan como indicadores de la recuperación económica nacional, se dirige a los españoles de manera vehemente con un fervor enardecido y les dice que un día, más pronto que tarde, comprobarán «que su esfuerzo ha merecido la pena». «Hoy estoy en condiciones de decir a los españoles que lo peor ya ha pasado, soy plenamente consciente de las dificultades, los esfuerzos y los sacrificios, pero pronto verán que todo lo que hemos hecho tenía sentido y producirá resultados, que ha valido la pena», ultima. No es exactamente poesía, pero en Rajoy el optimismo de futuro se hace verso.
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