miércoles, 15 de enero de 2014

Urdangarín cumple 46 años en su peor momento tras la imputación de la Infanta

FOTO: EUROPA PRESS
Iñaki Urdangarín, captado por las cámaras por primera vez tras las imputación de su esposa, la Infanta Cristina

El marido de Doña Cristina, fotografiado por primera vez desde que el juez Castro diese a conocer la acusación contra su mujer, aparece demacrado y camuflado bajo ropa de abrigo

ABC.ES / EPABC_ES / MADRID - Día 15/01/2014 - 14.34h


Desde que se conociera la imputación de la Infanta Cristina por la que declarará el próximo 8 de febrero no se había captado la imagen de su esposo, el también imputado por el «caso Nóos» Iñaki Urdangarín. El vasco cumple este 15 de enero 46 años, y dado su estado físico y sus movimientos, se puede decir que la reimputación de la segunda hija del Rey le ha pasado factura. Por primera vez, Europa Press ha captado sus imágenes

La nueva imputación de Doña Cristina se daba a conocer por parte del juez José Castro el pasado 7 de enero y desde entonces se ha conocido que ni habrá recurso por parte de la defensa de la Infanta, ni del propio fiscal del caso, Pedro Horrach, que hoy mismo señalaba al instructor como tejedor de una teoría conspiratoria contra la hija del Rey. También se ha sabido que, pese a la polémica de si la Infanta realizará o no el «paseíllo», que es la rampa que conduce hasta el umbral de los Juzgados mallorquines. Ese momento de suma expectación mediática se producirá el próximo 8 de febrero.

Tras la imputación, los Duques no se han dejado ver en Ginebra, donde se encuentra fijada su residencia, y donde la Infanta sigue ejerciendo como trabajadora de la Obra Social de La Caixa. Según recoge la agencia Ep, los niños justo se encontraban semana de vacaciones aunque tenían unas actividades deportivas y la pequeña Irene salió más tarde que sus hermanos con una maleta paqueña. Las medidas de seguridad se incrementaron y la policía y los escoltas comenzaron a pedir documentación a los periodistas apostados a las puertas de la calle suiza donde viven.

24 horas después de conocerse su imputación, Doña Cristina se desplazó a la ciudad condal donde se reunió cn sus abogados y abordó la estrategia judicial. Esa tarde del jueves, ella viajaba a Zarzuela y el viernes se volvían a reunir en el Palacio del Pardo, incluida su defensa. Si en un principio se valoraba si recurrir dicha imputación, al final la decisión sería clave: la Infanta Cristina declarará voluntariamente. El «martirio» que calificó el jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno, tendrá en ese momento su piedra de toque clave.Zarzuela no quiere ralentizar el proceso, porque no tiene visos de que sea lo mejor para el bien de la Institución.

Miquel Roca, defensor de la Infanta, está convencido de la inocencia de su clienta: «No veo por ninguna parte donde pudo haber enriquecimiento ilícito de la hija del Rey en los hechos del "caso Nóos" por los que ha sido imputada». E incidió: «Yo intentaré que en lo que proceda se respete su calificación de no imputada, recuerden que les he distinguido antes. No discuto su calidad de testigo o no testigo. Discutimos su calidad de imputada».

Demacrado y camuflado en Ginebra

Pero, ¿qué ha pasado con Iñaki durante estos días del que no se ha hablado ni sabido nada? El letrado penalista Jesús María Silvaesgrimió por primera vez el argumento del amor de la Infanta por su esposo: «Cuando una persona está enamorada de otra, confía, ha confiado y seguirá confiando contra viento y marea en esa persona: Amor, matrimonio y desconfianza son absolutamente incompatibles».

El pasado 13 de enero se captó a a Iñaki Urdangarín por primera vez tras la imputación de la Infanta Cristina. Después de varios días sin ningún rastro de los Duques de Palma en Ginebra, Iñaki salió de su domicilio cuando aún no había amanecido y al detectar la presencia de periodistas giró rápido sobre sus pasos y volvió a entrar en su casa. El Duque de Palma no quiso responder ni si confían en la Justicia ni cómo se encuentra su mujer. En lo visible, el siempre apuesto marido de la Infanta se vio desmejorado, más delgado, más demacrado, incluso con incipiente alopecia. Quien fuera un deportista de elite se camufló bajo un gorro de lana, con abrigo de plumas y dos grandes bolsas de tela, el marido de la Infanta aparece fotografiado en unas imágenes que hacen pensar que el de hoy no será un cumpleaños como el resto.

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