La prosperidad de Israel será efímera si no logra la paz con los palestinos, advierte John Kerry
Benjamín Netanyahu tilda las declaraciones de "inmorales e injustas"
DAVID ALANDETE / ANDREA RIZZI Jerusalén / Múnich 2 FEB 2014 - 22:53 CET
La afirmación de John Kerry, jefe de la diplomacia de Estados Unidos, de que la seguridad y prosperidad de Israel pueden ser solo un espejismo si no se pone un final a la ocupación de Cisjordania y se logra un acuerdo de paz con los palestinos ha abierto una crisis diplomática con el gobierno de Israel. El propio secretario de Estado norteamericano ha invertido grandes esfuerzos, con diez visitas a la zona en un solo año, en reanudar el estancado proceso de paz, que ahora queda, una vez más, al borde del suspenso, en esta ocasión por el patente enfado israelí con Washington.
Kerry habló explícitamente de la posibilidad de boicoteos occidentales a Israel si no pone fin a la ocupación, a lo que el propio primer ministro Benjamín Netanyahu respondió este domingo que las amenazas de boicoteo son “inmorales e injustas”.
Las reacciones a las declaraciones de Kerry, efectuadas el sábado en la cumbre de seguridad de Múnich, han dejado patente la inquietud que en Israel provoca la posibilidad de boicoteos europeos y norteamericanos. Las iniciativas a las que se refirió el secretario de Estado protestan contra la ocupación en Cisjordania y son impulsadas por un reducido pero creciente número de ONGs, asociaciones, empresas e instituciones.
La Asociación de Estudios Americanos, una agrupación académica de EE UU, votó en diciembre a favor de no colaborar con instituciones educativas de Israel. En mayo, el científico Stephen Hawking se había sumado al boicoteo académico a Israel y canceló un viaje a este país. Y varios bancos y cajas de ahorros y pensiones de Europa, como la holandesa PGGM, han dejado de hacer negocios con bancos israelíes que tienen sucursales en asentamientos.
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“No hay presión que me pueda llevar a ceder en los intereses vitales del Estado de Israel, especialmente la seguridad de sus ciudadanos”, dijo este domingo Netanyahu en el consejo de ministros semanal. Israel, como la Autoridad Palestina, deberán responder pronto a un acuerdo marco que ha elaborado Kerry, que aunará unos requisitos básicos para la paz. El gobierno de Netanyahu exige una serie de garantías de seguridad, como una presencial militar suya en la frontera entre Jordania y el Estado palestino, o que este último sea desmilitarizado y no tenga espacio aéreo.
Ante esas exigencias, la advertencia lanzada por el jefe de la diplomacia estadounidense en la 50 edición de la Conferencia de Seguridad de Múnich fue explícita. “Hay una creciente campaña de deslegitimización de Israel que se está desarrollando. La gente es muy receptiva a esas iniciativas. Se habla de boicoteos y de otras cosas”, dijo Kerry, evocando el riesgo de que un enésimo fracaso del proceso de paz pudiera dar alas a ese fenómeno. “El status quo actual es, sin duda, al 100%, insostenible. Es ilusorio. Hay una momentánea estabilidad, una momentánea paz”, incidió.
Esa presión, sin embargo, no pareció surtir el efecto esperado. El viceprimer ministro y titular de Defensa, Moshe Yaalon, se mostró ante la audiencia de Múnich pesimista con respeto al proceso, a pesar de declararse comprometido con el proceso de paz. Cuando se le preguntó porque, si estaba comprometido con el proceso de paz, el Gobierno israelí seguía autorizando la construcción de viviendas en las colonias, respondió: “las colonias no son el problema”.
Hace sólo tres semanas el propio Yaalon criticó duramente a Kerry en unas declaraciones en privado que publicaron los medios israelíes. Le acusó de tener "una obsesión fuera de lugar" y un "fervor mesiánico" en su mediación en el proceso de paz.
Cada año, Estados Unidos destina 3.100 millones de dólares (2.300 millones de euros) a ayudas militares a Israel, en un acuerdo que expirará en 2017. En los pasados dos años, el Pentágono ha invertido 600 millones de dólares en el desarrollo de un sofisticado escudo antimisiles en Israel, que es uno de sus principales aliados en Oriente Próximo. Según la última información publicada por la Casa Blanca, EE UU exporta a Israel cada año bienes por importe de unos 15.000 millones de dólares, mientras importa de este país 25.000 millones.
Benjamín Netanyahu en el parlamento israelí el 29 de enero. / JIM HOLLANDER (EFE)
Esas cifras no inquietan a los ministros a la derecha de Netanyahu. Naftalí Bennett, ministro de Economía y líder del sector que representa a los colonos, dijo que “aún debe nacer un pueblo que entregue su país por amenazas económicas” y alertó de la amenaza que supondría “la existencia de un Estado terrorista al lado del aeropuerto de Ben Gurion [en Tel Aviv]”. El ministro de Asuntos Estratégicos, Yuval Steintiz, muy cercano a Netanyahu, añadió que “no puede esperarse de Israel que negocie con una pistola apuntando a su cabeza”.
Como reflejo de las distintas almas que componen el Ejecutivo de Netanyahu, Tzipi Livni, ministra de Justicia, responsable de la negociación con los palestinos y también presente en el foro de Múnich, defendió a Kerry, interpretando que sus declaraciones son un aviso en el interés de Israel por parte de un amigo. Livni ha descrito las negociaciones como “un muro de contención de una oleada de boicoteos económicos”, según Reuters.
Kerry no es el primero en alertar de posibles boicoteos. El ministro de Finanzas israelí, el centrista Yair Lapid, ya advirtió la semana pasada de que la Unión Europea podría rescindir sus acuerdos de colaboración económica con Israel si se considera a este último responsable del fracaso del proceso de paz. Según dijo, “la economía entrará en recesión; el coste de vida aumentará; los presupuestos de educación, sanidad, bienestar y seguridad se recortarán, y muchos mercados internacionales se nos cerrarán”.
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