MACARENA VIDAL LIY Pekín 16 ENE 2015 - 10:55 CET
Uno de los máximos jefes de los servicios de espionaje, Ma Jian, se encuentra bajo investigación dentro de la campaña contra la corrupción en China. Según ha anunciado hoy en un comunicado de apenas una línea la Comisión Central para la Supervisión de la Disciplina, el brazo contra la corrupción del Partido Comunista, Ma es sospechoso de “violaciones graves de la disciplina”, un eufemismo que normalmente se emplea para aludir a casos de corrupción.
Ma es viceministro de Seguridad del Estado, uno de los departamentos -junto con el Ministerio de Seguridad Pública- encargados del espionaje tanto fuera como dentro de las fronteras chinas. Según la agencia de noticias Reuters, el ahora sospechoso se encontraba al frente de la Oficina Número 8 del Ministerio, responsable del espionaje a extranjeros residentes en China, principalmente periodistas, diplomáticos y empresarios.
Es el funcionario de mayor nivel al que se investiga tras la detención de Zhou Yongkang, el máximo responsable de la seguridad interna china, quien se encuentra a la espera de juicio acusado de corrupción “masiva”.
La investigación contra Zhou, que hasta noviembre de 2012 fue uno de los nueve miembros del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista, el mayor órgano de poder en el país, precipitó una serie de detenciones contra altos cargos de los servicios secretos chinos, entre ellos el exviceministro de Seguridad Pública, Li Dongcheng, o el jefe de los servicios de espionaje en Pekín, Liang Ke.
Del mismo modo, la caída de Ma, que ocupó diversos cargos en el Ministerio durante treinta años, podría arrastrar a otros en los servicios secretos chinos. Según el diario de Hong Kong South China Morning Post, Ma está vinculado a Ling Hua, el antiguo hombre de confianza del expresidente Hu Jintao y contra quien también se anunció una investigación el mes pasado. Este diario apunta que las sospechas sobre Ma conciernen a un caso de corrupción en un conglomerado tecnológico.
Una vez que abre una investigación, la Comisión Central para la Supervisión de la Disciplina puede tardar meses en concluirla. Durante ese periodo, el sospechoso permanece en paradero desconocido y aislado de familiares y amigos, en un procedimiento conocido en mandarín como “shuanggui”. Si los funcionarios de la Comisión deciden que encuentran indicios de culpabilidad -algo que a todas luces ocurrirá en este caso-, el investigado queda detenido formalmente y pasa a manos de los fiscales. Si éstos también encuentran indicios de delito, se le somete a juicio.
Desde su llegada al poder en noviembre de 2012, el presidente chino,Xi Jinping, ha lanzado una amplia campaña de lucha contra la corrupción en la que ha prometido investigar tanto a “moscas”, o funcionarios de bajo nivel, como a “tigres”, representantes de las más altas instancias del poder.
Uno de los máximos jefes de los servicios de espionaje, Ma Jian, se encuentra bajo investigación dentro de la campaña contra la corrupción en China. Según ha anunciado hoy en un comunicado de apenas una línea la Comisión Central para la Supervisión de la Disciplina, el brazo contra la corrupción del Partido Comunista, Ma es sospechoso de “violaciones graves de la disciplina”, un eufemismo que normalmente se emplea para aludir a casos de corrupción.
Ma es viceministro de Seguridad del Estado, uno de los departamentos -junto con el Ministerio de Seguridad Pública- encargados del espionaje tanto fuera como dentro de las fronteras chinas. Según la agencia de noticias Reuters, el ahora sospechoso se encontraba al frente de la Oficina Número 8 del Ministerio, responsable del espionaje a extranjeros residentes en China, principalmente periodistas, diplomáticos y empresarios.
Es el funcionario de mayor nivel al que se investiga tras la detención de Zhou Yongkang, el máximo responsable de la seguridad interna china, quien se encuentra a la espera de juicio acusado de corrupción “masiva”.
La investigación contra Zhou, que hasta noviembre de 2012 fue uno de los nueve miembros del Comité Permanente del Politburó del Partido Comunista, el mayor órgano de poder en el país, precipitó una serie de detenciones contra altos cargos de los servicios secretos chinos, entre ellos el exviceministro de Seguridad Pública, Li Dongcheng, o el jefe de los servicios de espionaje en Pekín, Liang Ke.
Del mismo modo, la caída de Ma, que ocupó diversos cargos en el Ministerio durante treinta años, podría arrastrar a otros en los servicios secretos chinos. Según el diario de Hong Kong South China Morning Post, Ma está vinculado a Ling Hua, el antiguo hombre de confianza del expresidente Hu Jintao y contra quien también se anunció una investigación el mes pasado. Este diario apunta que las sospechas sobre Ma conciernen a un caso de corrupción en un conglomerado tecnológico.
Una vez que abre una investigación, la Comisión Central para la Supervisión de la Disciplina puede tardar meses en concluirla. Durante ese periodo, el sospechoso permanece en paradero desconocido y aislado de familiares y amigos, en un procedimiento conocido en mandarín como “shuanggui”. Si los funcionarios de la Comisión deciden que encuentran indicios de culpabilidad -algo que a todas luces ocurrirá en este caso-, el investigado queda detenido formalmente y pasa a manos de los fiscales. Si éstos también encuentran indicios de delito, se le somete a juicio.
Desde su llegada al poder en noviembre de 2012, el presidente chino,Xi Jinping, ha lanzado una amplia campaña de lucha contra la corrupción en la que ha prometido investigar tanto a “moscas”, o funcionarios de bajo nivel, como a “tigres”, representantes de las más altas instancias del poder.
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