domingo, 25 de enero de 2015

Rajoy: “No podemos jugar nuestro futuro a la ruleta del populismo”

Rajoy, durante su llegada a la convención. / EFE / EL PAÍS

El presidente asegura su partido ha tenido un "gran nivel de exigencia" contra la corrupción.


"¿Ha habido o no un cambio en España desde que gobierna nuestro partido?", dice

CARLOS E. CUÉ Madrid 25 ENE 2015 - 14:07 CET

La convención del Partido Popular se ha convertido definitivamente en una gran plataforma de respuesta a Podemos, el fenómeno que inquieta a todas las estructuras política. El PSOE ya no parece el rival del PP, y ha quedado ninguneado en los tres días de reunión. Por el contrario, Podemos ha centrado casi todos los discursos y el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la clausura, ha lanzado un mensaje muy claro: el PP es la estabilidad, Podemos un experimento. Con el trasfondo de las eleccciones griegas, Rajoy y los suyos se han puesto manos a la obra para tratar de frenar el ascenso de Podemos con el mismo argumento que ha utilizado en Grecia Andonis Samarás para combatir a Syriza: ahora que empieza la recuperación no es tiempo de experimentos. "España no está para retrocesos en el tiempo ni saltos al vacío. No podemos tirar por la borda el sacrificio de tantos españoles, no podemos jugarnos el futuro de nuestros hijos a la ruleta rusa de la frivolidad, la incompetencia y el populismo. No podemos", ha proclamado Rajoy.

"No es lo mismo dar doctrina en un plató de televisión que defender los intereses de España en el Consejo Europeo" ha dicho en una clara referencia a Pablo Iglesias. "No ofrecen nada, solo "confusión, ocurrencias y peleas entre ellos", ha insistido. Por el contrario, ha dicho que el PP, pese a sus "errores", ofrece "estabilidad, seguridad, moderación, Constitución, libertad e igualdad entre los españoles". El mensaje del miedo a Podemos será pues clave en las próximas elecciones.

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El discurso de Rajoy era muy esperado tras los golpes que recibió el viernes de José María Aznar, que le eligió como sucesor pero lleva años mostrando que no le gusta la línea política del presidente. A su estilo, Rajoy ha contestado a Aznar. Si el expresidente había lanzado dos preguntas durísimas: "¿Dónde está el PP? ¿Aspira realmente a ganar las elecciones?" su sucesor ha respondido con otra: "Lo primero que debemos preguntarnos es ¿ha habido o no un cambio en España desde que gobierna nuestro partido?". A partir de ahí ha desgranado en un largo discurso los logros de su gestión en un tono de gran optimismo en el que incluso ha negado los recortes."No hemos recortado en los sustancial el Estado del bienestar", ha insistido. Todo parecía pensado para dar argumentos a alcaldes y presidentes autonómicos en la larga campaña que ya prácticamente ha comenzado hasta las municipales del 24 de mayo. "Han sido tres años muy complicados", ha reconocido, pero ha insistido en que "el cambio ya se ha producido". A su entender, el "es una realidad y ahora toca profundizar en él y seguir adelante".

Rajoy ha vuelto a defender la labor del Partido Popular frente a la corrupción y ha insistido en que en España "no hay impunidad". Sin mencionar a Luis Bárcenas ni contestar a sus graves acusaciones -el presidente ha evitado a la prensa estos tres días para no tener que hablar de su extesorero- Rajoy ha asegurado que no está dispuesto a permitir que la corrupción empañe la honorabilidad del PP, la imagen de España ni que oculte la gestión del Gobierno y "el cambio hacia la prosperidad". Estos casos "invitan a la demagogia más feroz y al oportunismo político de la peor corrupción" ha afirmado el jefe del Ejecutivo, quien ha dicho que no le preocupan las "exageraciones interesadas ni las manipulaciones". "Lo que me preocupa es que algunos de los nuestros no hayan estado a la altura de la trayectoria" del PP y de lo que los españoles esperan de él.

"En España no hay impunidad, las instituciones funcionan, las irregularidades se sancionan", ha dicho Rajoy después de insistir en que policías, jueces y fiscales tienen hoy más amparo que nunca en la lucha contra la corrupción.

Durante su discurso, el presidente también ha hecho referencia al adelanto de las elecciones autonómicas catalanas para asegurar que no cabrá "soslayar la legalidad" y el resultado será un parlamento regional "con las mismas competencias que tiene hoy". Rajoy ha calificado de "simulacro de plebiscitarias" la convocatoria de septiembre y ha advertido de que con "subterfugio tan burdo" el nacionalismo trata de engañar a los ciudadanos. "Nada de engaños. Esas elecciones no pueden ser ni serán un camino hacia la fractura de España", ha enfatizado antes de asegurar que el PP catalán va a dar la batalla por la concordia y la unidad y va a tener un gran resultado.

El resumen de su mensaje es claro: con el PP, en su opinión, España no se ha roto ni desde el punto de vista social ni desde el territorial, y su partido no tiene enfrente una "alternativa creíble", por lo que ha apelado de alguna manera a sus votantes tradicionales, muy molestos con el PP y ahora en la abstención, a volver a votarles para evitar que llegue Podemos. El mensaje del miedo al experimento de Pablo Iglesias y de la estabilidad que representa el PP será ya con seguridad el eje de la campaña de Rajoy.

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