viernes, 23 de enero de 2015

Stiusso, el gran espía sospechoso

 
Antonio Stiusso

La presidenta cree que un agente sembró pistas falsas

La muerte del fiscal sume en una grave crisis al Gobierno argentino


FRANCISCO PEREGIL Buenos Aires 23 ENE 2015 - 00:19 CET


La presidenta Cristina Fernández y sus más estrechos colaboradores están convencidos de que el fiscal Alberto Nisman fue utilizado por una persona de los servicios secretos que le plantó pistas falsas en su denuncia de casi 300 páginas. El espía en cuestión tiene nombre, apellido y alias: Antonio Horacio Stiusso, alias Jaime, de 61 años. Ocupó cargos directivos en la Secretaría de Inteligencia en los últimos 20 años y fue jefe de operaciones hasta que Cristina Fernández descabezó la cúpula de ese organismo el mes pasado. Se le conocía como el verdadero hombre fuerte de los servicios secretos.

Hasta tal punto se conocía y temía el poder de Stiusso que la semana pasada, desde la Casa Rosada, se interpretó la denuncia de Nisman como una venganza ante su destitución. Stiusso tenía fama de ser un hueso duro de roer. Y había ejemplos más o menos recientes. En 2004, el entonces ministro de Justicia, Gustavo Béliz, le planteó un pulso a Stiusso. Acusaba al espía de manejar fondos millonarios y ofrecer al presidente Néstor Kirchner (2003-2007), información falsa sobre el atentado de la AMIA, en 1994. Béliz enseñó por primera vez una imagen del espía en la tele y dijo: “La SIDE [Secretaría de Inteligencia de Estado Argentina] la maneja un señor al que todo el mundo le tiene miedo porque dicen que es peligroso y te puede mandar a matar. Ese hombre participó de todos los Gobiernos y se llama Jaime Stiusso”. Después de ese programa, Néstor Kichner le pidió la renuncia a Béliz y éste declaró: “Es el costo de decir la verdad; me metí con el aparato más oscuro de la Argentina, que es la SIDE”.

A partir de ahí, Stiusso volvió a meterse en las profundidades de los servicios secretos. La causa AMIA le facilitó extender sus contactos con la CIA, el FBI y el Mosad israelí. Siguió trabajando en la sombra. Hasta que en noviembre pasado denunció que se sentía bajo amenazas. Y en diciembre concedió —algo inaudito para un agente secreto— una entrevista a la revista Noticias. “Cae un meteorito y me echan la culpa a mí”, se quejaba Stiusso sobre todos los casos oscuros que le atribuían.

Poco después de la entrevista fue destituido. Cuando Nisman hizo pública su denuncia, el secretario de Presidencia, Aníbal Fernández, la vinculó con una operación de Stiusso, un “manotazo de ahogado”, de quien ya se veía fuera de los Servicios de Inteligencia. En una entrevista concedida al canal Todo Noticias, del grupo Clarín, le preguntaron si era cierto lo que decía Aníbal Fernández y Nisman contestó: “Lo conozco a Stiusso, estuve con Stiusso, es de las personas que más sabía de la causa AMIA. Néstor Kirchner, cuando me pone a cargo de la unidad, yo ya lo conocía (a Stiusso), me dice: ‘La persona que más conoce de la que usted va a trabajar es ésta’. La causa AMIA es un atentado terrorista internacional, tengo que trabajarlo con organismos de inteligencia”.

Nisman calificó a Stiusso como un “excelente profesional”. Y ahora, las miradas del Gobierno apuntan hacia él.

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