viernes, 26 de junio de 2015

COPA AMÉRICA CHILE 2015

Paolo Guerrero celebra su tercer frente a Bolivia. / NATACHA PISARENKO (AP)

Guerrero tumba a Bolivia y avisa a Chile

El ‘Depredador’ marca 3 goles y culmina un buen trabajo colectivo de Perú (3-1)


La Copa América de los escándalos


PEDRO CIFUENTES Santiago de Chile 26 JUN 2015 - 11:01 CEST


No se esperaba un partido muy bueno entre Perú y Bolivia en la fría noche de Temuco, pero los cuartos de final menos atractivos del torneo depararon un espléndido primer tiempo de Perú, que resolvió prácticamente el partido con dos goles de Paolo Guerrero en tres minutos (19 y 22) y anunció unas semifinales más interesantes de lo previsto. El flamante delantero del Flamengo, máximo anotador de la última Copa América, es ahora junto con Arturo Vidal el ‘pichichi’ del campeonato tras no haber visto puerta en los dos primeros partidos. Pudieron ser más, para él tanto como para otros compañeros: la ofensiva escuadra de Gareca, que alineó a Jefferson Farfán junto a Guerrero y Claudio Pizarro, pasó completamente por encima de la Verde (ayer blanca) en la primera mitad y pudo también redondear una goleada escandalosa en los últimos veinte minutos.

Los corrillos en los que ambos equipos se reunieron antes de comenzar el duelo presagiaban una pugna feroz entre los dos equipos menos rematadores de la primera fase, que no figuraban en ningún pronóstico de semifinales, pero la selección blanquirroja (ayer roja) desbordó al equipo de Marcelo Soria en media hora admirable en cuanto a intensidad, presión, circulación y despliegue. El dúo Farfán-Advíncula creaba peligro constante en la banda derecha y unos inspirados Vargas y Cueva entraban a su antojo por la izquierda, nutriendo a un hambriento Guerrero, que pudo cazar algún gol antes del minuto 19: fue entonces cuando una jugada de manual trenzada por ese mismo flanco terminó en un primoroso centro de Vargas desde la banda que fue cabeceado por el ‘Depredador’ a la red. Sólo dos minutos después , finalizando un contragolpe letal, el delantero peruano marcó el segundo en una mala salida del joven arquero Quiñónez, nervioso desde el inicio del choque, que estropeó su prometedor comienzo de torneo.

En aquel momento, minuto 22, la televisión chilena recelaba ya del auténtico peligro del equipo de Gareca: su superioridad era incontestable. Sólo la rapidez en los cruces del central Christian Coimbra y el esfuerzo permanente de Moreno Martins como delantero aislado (ganó siempre los balones por arriba) mantenían a Bolivia en el partido. Perú llegaba con 5 ó 6 jugadores a las inmediaciones del área rival y robaba el balón rápidamente. El equipo de Soria dejaba toda su suerte a los medidos centros de Smedberg y los cabezazos de su incansable punta, que vería recompensado su trabajo con un gol de penalti en los últimos minutos. La profundidad de Farfán, el talento de Cueva, la inteligencia de Pizarro y la potencia de Guerrero eran demasiado para una defensa porosa. Perú ni siquiera echaba de menos a su pareja de armadores titulares, Lobatón y Ballón, sancionados por amarillas. Sólo sufría en defensa los centros a la cabeza de Martins: en uno de ellos, minuto 29, una impresionante mano de Gallese salvó a Perú del descuento. El equipo no se descompuso. El poste evitó un gol de libre directo de Farfán justo antes del descanso. Los peruanos igualaron el récord de remates en un solo periodo (13), establecido precisamente por Chile en su duelo contra Bolivia, el equipo con menos posesión del torneo.

La entrada de un inspirado Lizio y Escobar en el entretiempo mejoró la propuesta del altiplano, que tuvo más posesión y encontró vías hacia Martins y el gol. Sin embargo, faltaba último pase; el gol no llegaba. Los espacios dejados por su afán ofensiva podían ser aprovechados en cualquier internada por un rapidísimo Farfán. Le duró un cuarto de hora el dominio a Bolivia. Perú comenzó a hacer valer su condición física, reemplazó a Pizarro por el joven Carrillo, de buena actuación, y continuó rozando la goleada en llegadas colectivas. En el minuto 74, un regalo de Bejarano a Guerrero fue aprovechado por el ariete para establecer el 3-0. Los bolivianos no bajaron los brazos y consiguieron el tanto del honor en un penalti cometido por Advincula que debió suponerle la segunda cartulina amarilla (y perderse las semifinales). Poco después Guerrero tuvo un lujo técnico innecesario en un contraataque que fue muy mal recibido por unos ofendidos bolivianos: el gesto pudo terminar en otra pelea campal, pero afortunadamente no fue así.

La selección peruana, tercera en la edición de 2011, sale muy reforzada con vistas a unas semifinales en las que no tiene nada que perder. Gareca parece haber encontrado el bloque con el que tratar de ir a un Mundial por primera vez desde 1982. Al final del partido, el discurso en Chile ya era otro: Perú es “un equipo complicado” para el anfitrión en semifinales.

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