jueves, 16 de julio de 2015

YPF se asocia con petroleras extranjeras en Vaca Muerta

Instalaciones del yacimiento de Vaca Muerta. / EFE

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El yacimiento argentino constituye el mayor desarrollo de petróleo y gas de esquisto fuera de Norteamérica


Vaca Muerta, el sueño del oro negro argentino

ALEJANDRO REBOSSIO Buenos Aires 16 JUL 2015 - 08:46 CEST


La petrolera estatal argentina YPF, cuyo 51% fue expropiado a Repsol en 2012, se ha asociado con petroleras extranjeras para ampliar su explotación de los hidrocarburos de esquisto de la rica formación geológica de Vaca Muerta, en el sur del país. En concreto, se alía con Pan American Energy (PAE, cuyo 60% pertenece a la británica BP, 20% a la estatal China National Offshore Oil Corporation, CNOOC, y 20% a los hermanos Bulgheroni, dueños de una de las dos fortunas más grandes de Argentina) y la alemana Wintershall para invertir 1.384 millones de dólares.

Vaca Muerta constituye el mayor desarrollo de petróleo y gas de esquisto fuera de Norteamérica, donde estos hidrocarburos no convencionales obtenidos con fracking (fractura hidráulica) han llevado a que EE UU vaya camino del autoabastecimiento. China y Argentina son los únicos dos países fuera de la superpotencia y Canadá donde están explotándose estos recursos en niveles comerciales, según un reciente informe del Departamento de Energía de EE UU.

Repsol fue la que perforó los primeros pozos en Vaca Muerta, pero la explotación masiva de esta roca comenzó a partir de la expropiación del 51% de YPF

Repsol fue la que perforó los primeros pozos en Vaca Muerta, pero la explotación masiva de esta roca comenzó a partir de la expropiación del 51% de YPF, cuyo 49% permanece privado, en manos de accionistas como el húngaronorteamericano George Soros y el mexicano Carlos Slim. La primera inversión de envergadura fue fruto de la asociación de YPF con la norteamericana Chevron en 2013. Después la petrolera argentina firmó pactos con la química estadounidense Dow, que busca asegurarse el abastecimiento de gas en sus plantas de Argentina e incluso ampliarlas en pocos años, y la estatal malaya Petronas. Ahora ha llegado el turno de PAE y Wintershall, justo en tiempos en los que la caída del precio del petróleo desincentiva la inversión en hidrocarburos de esquisto en todo el mundo. De hecho, en Argentina las empresas contratistas han despedido este año a 500 empleados, pero las expectativas están depositadas en los próximos años.

Argentina ha adoptado medidas para mantener un precio interno sostén del petróleo a 77 dólares por barril, muy por encima los 50 por los que oscila el valor internacional. El coste interno es asumido por los usuarios de gasolina y gasóleo. Además, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha creado subvenciones adicionales al sector. No ha habido demasiada discusión pública en Argentina sobre estos subsidios a los combustibles fósiles, como tampoco sobre el impacto ambiental del fracking, aunque más de 40 municipios, casi todos fuera de Vaca Muerta, han prohibido la técnica.

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