viernes, 14 de agosto de 2015

Estados Unidos vuelve a Cuba

Preparativos en la embajada de EE UU en Cuba para la visita de John Kerry / ALEJANDRO ERNESTO (EFE)

El secretario de Estado John Kerry realiza este viernes una visita histórica a la isla

SILVIA AYUSO Washington 14 AGO 2015 - 03:33 CEST


John Kerry sabe que empezará a hacer historia desde el momento mismo en que pise territorio cubano, a primera hora de la mañana de este viernes. Han tenido que pasar 70 años desde la última vez que un secretario de Estado norteamericano visita Cuba. Y 54 desde que ondeó oficialmente en la isla una bandera estadounidense. Todo eso volverá a suceder con la llegada de Kerry a La Habana, una visita relámpago de menos de 12 horas pero no por ello menos cargada de historia, simbolismo, esperanzas y, también, de recelos mutuos.

Porque el camino iniciado el 17 de diciembre con el anuncio simultáneo desde Washington y La Habana de que los dos históricos enemigos empezaban a normalizar relaciones vivirá uno de sus momentos cumbre con la visita de Kerry. Pero, como han advertido una y otra vez las dos partes, la ruta promete ser todavía larga y llena de dificultades.

Entre los temas todavía a resolver están la demanda cubana de que EE UU ponga fin al embargo a la isla -cosa que solo puede hacer el Congreso- o la devolución de Guantánamo, algo que Washington por el momento dice que ni siquiera está considerando. El Gobierno de Barack Obama mientras tanto quiere que se resuelva la cuestión de las demandas por las expropiaciones que hizo Cuba al comienzo de la revolución liderada por Fidel Castro. Y asegura que seguirá insistiendo en la cuestión de los derechos humanos que tan tensa pone al Gobierno de la isla.

Hablaremos a favor de la democracia, de la libertad del pueblo cubano de elegir su futuro, eso es lo que defendemos”, prometió Kerry en una entrevista con la cadena Univisión emitida en vísperas de su histórico viaje. Pero para que esto tenga más efecto, apuntó, es importante que se den pasos como el restablecimiento de relaciones diplomáticas ahora consumado.

“Creemos profundamente en que estamos en mejor posición para, en primer lugar, ayudar a la gente de Cuba y ser capaces de representar nuestros valores, valores universales -derechos humanos, democracia, etcétera-, estando allí, teniendo vínculos diplomáticos”, sostuvo Kerry durante la entrevista televisada.

El cambio de nombre, de sección de intereses -como se llamaba desde que el presidente Jimmy Carter negoció en 1977 una tímida apertura bilateral- a embajada no es solo cosmético. A partir de ahora, los diplomáticos estadounidenses podrán entre otros viajar más libremente por la isla -igual que los cubanos en EE UU-, algo que era una condición requerida por Washington para consumar el restablecimiento de relaciones diplomáticas.

Kerry llega a Cuba para presidir la ceremonia de izada de la bandera estadounidense en la embajada norteamericana por primera vez desde que en enero de 1961 ambos países rompieron relaciones diplomáticas.

No es sin embargo más que una ceremonia simbólica, puesto que la legación diplomática lleva casi un mes abierta. A la medianoche del 20 de julio, Cuba y EE UU restablecieron formalmente relaciones diplomáticas. La Habana se adelantó y celebró ese mismo día la izada de la bandera cubana en su embajada en Washington con la presencia de su canciller, Bruno Rodríguez. Otro momento histórico que ahora replicará Kerry, quien también volverá a reunirse en privado con su par cubano para posteriormente conceder una rueda de prensa conjunta.

En la corta pero intensa agenda del secretario de Estado figura también un encuentro con el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega, quien ejerció de enlace con el papa Francisco durante la mediación del Vaticano en las conversaciones secretas entre EE UU y Cuba que llevaron al anuncio de normalización de relaciones el 17 de diciembre. Por el contrario, el jefe de la diplomacia estadounidense no tiene previsto reunirse ni con el presidente Raúl Castro ni con su hermano y predecesor Fidel, según el Departamento de Estado.

Kerry realizará además una segunda ceremonia de izada de bandera en La Habana. Lo hará en la residencia del encargado de negocios estadounidense -actualmente el máximo representante diplomático norteamericano en La Habana- Jeffrey DeLaurentis. A ese acto está invitada la disidencia.

La decisión de Washington de excluir a los opositores de la primera celebración en la embajada ha provocado críticas y protestas de parte de algunos disidentes que dicen sentirse marginados del proceso. El Departamento de Estado ha replicado que la de la embajada es un acto “de gobierno a gobierno” y que lo limitado del espacio no permite una presencia muy grande de invitados.

Unas explicaciones que no han convencido a la oposición ni en la isla ni en Miami. Bajo el lema “no arriaremos la dignidad”, el disidente Jorge Luis García Pérez “Antúnez” ha llamado a izar la bandera cubana, a la misma hora que se elevará la estadounidense en la residencia de DeLaurentis, “en todas partes del país (Cuba) dondequiera que haya un cubano que considere que la dignidad del pueblo cubano está por encima de cuanto acercamiento y cualquiera negociación”, dijo. Activistas en Miami han prometido replicar la acción a lo largo de la jornada.

Antes de abandonar Cuba, en la misma tarde del viernes, Kerry tiene previsto además darse un paseo por La Habana con la esperanza, según ha adelantado, de “tener la oportunidad de intercambiar opiniones con la gente de Cuba”.

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