jueves, 20 de agosto de 2015

Las FARC insisten en lograr una reunión con el Papa en Cuba

PROCESO DE PAZ DE COLOMBIA »

La guerrilla quiere aprovechar la visita de Francisco a Cuba para mantener un encuentro que impulse el proceso de paz

JAVIER LAFUENTE Bogotá 20 AGO 2015 - 00:29 CEST


La guerrilla de las FARC está haciendo todo lo posible para reunirse con el papa Francisco durante la visita de este a Cuba, entre el 19 y el 22 de septiembre, donde desde hace casi tres años se desarrollan las negociaciones de paz con el Gobierno de Colombia. En repetidas ocasiones en las últimas semanas los guerrilleros han insistido en su deseo de mantener un encuentro con el Papa, aunque de momento El Vaticano asegura que no hay prevista ninguna reunión en la agenda.

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El primero en resaltar la necesidad de este acercamiento fue el jefenegociador de las FARC en La Habana y número dos de la guerrilla, Iván Márquez. “Nos gustaría hacerlo, sería algo extraordinario”, aseguró Márquez el pasado 2 de agosto. Imaginémonos el impacto que tiene un respaldo del papa Francisco a este fuerzo colectivo que estamos haciendo todos los colombianos por lograr por fin nuestra reconciliación después de décadas de confrontación”, incidió el jefe guerrillero, quien, no obstante, precisó que solo hablaba de “una aspiración”.

La aspiración, sin embargo, se concretó un poco más el pasado lunes, cuando miembros del secretariado de las FARC, entre ellos Márquez, se reunieron en la capital cubana con representantes de la Conferencia Episcopal de Colombia, entre ellos su presidente, monseñor Luis Augusto Castro. “Hablamos sobre la posibilidad de que cuando el Papa haga presencia aquí en La Habana pueda recibir a la mesa de diálogos de paz”, afirmó Carlos Antonio Lozada,miembros de las FARC. Ese hipotético encuentro, según sus palabras, incluiría no solo a la guerrilla, también a los negociadores del Gobierno colombiano. “Obviamente no depende ni de la Iglesia ni de las FARC, sino que es una decisión del Vaticano y, por supuesto, del Estado cubano”, insistió Lozada.

Desde el lado del Ejecutivo no se vería con malos ojos un encuentro con el Papa siempre y cuando este estuviese precedido por un gesto de la guerrilla. Desde que se iniciara la tregua unilateral de la guerrilla el pasado 20 de julio, a la que siguió la decisión de Santos de suspender los bombardeos contra los campamentos de las FARC, las negociaciones se centran en avanzar en materia de justicia. De lograrse acuerdos en este aspecto, el Gobierno ha admitido que podría llegarse a un acuerdo de cese bilateral definitivo, lo que supondría el principio del fin de un conflicto que dura más de 50 años y ha dejado siete millones de víctimas.

“En la agenda papal del viaje a Cuba no está previsto ningún encuentro entre el Santo Padre y representantes de las FARC”, aseguró este martes el viceportavoz de la Santa Sede, Ciro Benedettini, en lo que algunos quisieron ver como un jarro de agua fría a las pretensiones de la guerrilla, aunque ni mucho menos se trata de cerrar la puerta a un posible encuentro.

En los últimos meses las referencias del Papa a las negociaciones entre el Gobierno y las FARC han sido constantes. Durante la visita del presidente, Juan Manuel Santos, al Vaticano, Francisco le aseguró que había rezado “mucho, mucho por el proceso de paz”. De hecho, durante su viaje de ocho días por América Latina en julio, el Papa aseguró: “Estamos siempre dispuestos a ayudar en tantos modos. Sería feo que no pueda seguir adelante”, dijo en referencia a las negociaciones, que por aquel entonces pasaba por un delicado momento en plena oleada de ataques de la guerrilla.

Aunque desde un primer momento ni las FARC ni el Gobierno colombiano quisieron que hubiese mediadores internacionales en la mesa de negociaciones –más allá de la intervención de los países garantes, Cuba y Noruega- ambas partes no descartan ahora, en el tramo final del proceso, que el Papa pueda designar un enviado especial, algo que debería ser solicitado por las dos partes.

La Iglesia colombiana, en su mayoría, ha apoyado desde el inicio el proceso de paz emprendido por Juan Manuel Santos. Incluso en los momentos más delicados a principios de verano, con el repunte de la violencia por parte de la guerrilla y cuando más arreciaban las críticas desde el lado del uribismo, el sector más conservador de la oposición, monseñor Castro aseguró: “Si no apoyamos el proceso de paz, la única opción será la guerra”.

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