JOSÉ ELÍAS Ciudad de Guatemala 12 SEP 2015 - 01:16 CEST
El excéntrico millonario Manuel Baldizón, quien hasta mayo se proclamaba virtual presidente electo de Guatemala con una mayoría tal que haría innecesaria una segunda ronda electoral, reapareció este jueves en una radio afín a sus intereses para denunciar un fraude y un complot en su contra “por parte del Tribunal Supremo Electoral (TSE), y de los grupos que desde siempre han manejado al país y manipulan la libertad económica”, en alusión a la patronal.
Baldizón asegura que “los indicios del fraude están a todas luces”. El millonario justifica esta afirmación con el argumento de que su partido alcanzó 50 de los 168 escaños del Congreso y 140 de los 338 gobiernos municipales, y que, por lo tanto, esta “tendencia tendría que reflejarse en la votación para presidente”. No obstante, el candidato admitió que “no tiene pruebas suficientes para demostrarlo”.
Analistas independientes como Álvaro Pop señalan que tal argumento es un insulto a la inteligencia de los guatemaltecos, especialmente al votante rural, a quienes el candidato considera incapaces de ejercer un voto selectivo.
“Si Baldizón o cualquier otro partido o candidato tiene dudas, que pida audiencia y le explicaremos el proceso de conteo de votos. Y si tienen fundamentos legales para sus señalamientos, que los presenten ante los órganos correspondientes”, respondió el presidente del TSE, Julio Solórzano.
La reacción de Manuel Baldizón parece una aceptación adelantada de su derrota en las presidenciales, que vivirán una segunda vuelta el 25 de octubre. Con el 99,09% de las urnas contabilizado, se encuentra a centésimas de Sandra Torres, su contendiente en el intento de llegar a la segunda ronda: 19,76% para Torres; y 19,64% para Baldizón, equivalentes a 5.958 votos de los 5.390.005 emitidos, según las cifras oficiales del TSE. Jimmy Morales obtuvo el primer puesto.
Recusaciones
El Tribunal Electoral tenía previsto dar a conocer este viernes el resultado final en una rueda de prensa. Las cifras, aunque oficiales, no resultarán definitivas, ante el diluvio de recusaciones que Baldizón y sus abogados han anunciado con la intención de alterar a su favor el resultado de la votación. Un recuento que, para observadores internacionales y locales, no da lugar a dudas. “El TSE es la única instancia para dar los resultados de la elección”, declaró Juan Pablo Corlazzoli, jefe de la Misión en Guatemala de la Organización de Estados Americanos (OEA), quien por medio de la prensa local pidió a todos los actores políticos que respeten la institucionalidad del organismo electoral.
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