viernes, 2 de octubre de 2015

GUERRA EN SIRIA »

El presidente ruso, Vladímir Putin. / YURI KOCHETKOV (AFP)

EE UU y sus socios exigen a Rusia que solo ataque al Estado Islámico en Siria

La crisis siria irrumpe en una cumbre convocada para tratar del conflicto en Ucrania


Por qué necesita el régimen sirio la ayuda militar de Moscú


CARLOS YÁRNOZ París 2 OCT 2015 - 15:18 CEST


La coalición liderada por Estados Unidos que combate al Estado Islámico ha reclamado este viernes a Rusia que cese sus ataques contra la oposición en Siria y que se centre en luchar contra los milicianos islamistas. En un comunicado conjunto, han expresado su “profunda preocupación” por los bombardeos de Moscú. El documento sostiene que las acciones de Rusia constituyen una “escalada” del conflicto y solo acarreará más extremismo. A la vez que se difundía el texto, Moscú informaba de una nueva oleada de ataques en áreas en las que la presencia del EI es escasa.

"Expresamos nuestra profunda preocupación por la actuación militar de Rusia en Siria, especialmente los ataques aéreos en Hama, Homs e Idlib de ayer, que causaron bajas civiles y no tenían como objetivo al Estado Islámico", dice el texto, suscrito por Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania, Qatar, Arabia Saudí y Turquía. "Pedimos a Rusia que cese inmediatamente sus ataques contra la oposición siria y los civiles y que centre sus esfuerzos en combatir al Estado Islámico", añade.

El comunicado llega el mismo día en que Vladímir Putin da en París a François Hollande las primeras explicaciones directas a un mandatario occidental sobre su actuación en Siria en apoyo del dictador Bachar el Asad. Los presidentes de Rusia y Francia, los dos últimos países en intervenir militarmente en Siria con una diferencia de tres días, han organizado la reunión para avanzar en los acuerdos de paz en Ucrania, pero el polvorín sirio estará sobre la mesa. A la cita acuden también la canciller Angela Merkel y el presidente de Ucrania, Petró Poroshenko.

Para París, la salida del poder de El Asad es una condición indispensable para una solución política

Convertido en protagonista e interlocutor indispensable en Oriente Próximo, Putin ha mantenido este mediodía una entrevista bilateral de hora y cuarto con Hollande, quien le ha recibido sonriente en las escalerillas de el Elíseo. El líder ruso ha llegado a la capital francesa en pleno auge de las tensiones entre Moscú y Occidente. Francia, junto a Estados Unidos, es uno de los países que observa con más suspicacias esos ataques aéreos rusos. Por los objetivos elegidos, no centrados en el Estado Islámico, y por su radical discrepancia sobre el destino de El Asad, a quien París excluye de cualquier solución al conflicto.

Tras los primeros bombardeos rusos del miércoles, Laurent Fabius, ministro francés de Exteriores, declaró que toda incorporación a una alianza militar en Siria será “bienvenida”, pero si va dirigida “contra Daesh [acrónimo del EI] y solo contra grupos terroristas” y, a la vez, cesan los ataques a civiles y se emprende un proceso político que implique la salida de El Asad. Es el mismo mensaje que Hollande ha trasladado ahora a Putin, señalan fuentes oficiales francesas. El jueves, según datos aportados por Moscú, fueron atacados objetivos del EI en Raqqa. En París, fuentes diplomáticas señalan que también golpearon a grupos rebeldes y otros próximos a Al-Qaeda en las proximidades de Hama y Homs.

Este viernes, aviones rusos lanzaron 18 operaciones aéreas en Aleppo, Idlib y Hama, donde la presencia de combatientes del EI es escasa. El embajador ruso en Francia, Alexandre Orlov, ha sido explícito: “Hemos dicho abiertamente que hemos ido a Siria para aportar ayuda aérea a una organización regular del Ejército regular sirio que se bate contra el EI”. En declaraciones a la emisora France Info, Orlov ha señalado que la irrupción militar de Rusia en apoyo de su mejor aliado en Oriente Próximo es también una invitación a coordinar esfuerzos con otros países. “Estamos dispuestos a ir más lejos. Se puede llegar incluso a repartir objetivos”.

El paso dado por Putin, que incluye una acción combinada con Irak e Irán, no augura esa coordinación, sino mayores tensiones en la región. Frente a su férreo apoyo a El Asad, a quien también ha armado desde que se inició el conflicto hace más de cuatro años, Hollande acaba de insistir esta semana en Naciones Unidas que “no puede ser parte de la solución quien ha sido el origen del problema”.

París desea que, si se cumplen los acuerdos sobre Ucrania, Europa levante las sanciones contra Rusia

París sostiene que la solución debe pasar por una negociación con todas las partes, incluidos “miembros del régimen” sirio, pero que la salida de Bachar el Asad es una condición ineludible. Hollande se siente apoyado en esta estrategia. “No puede haber una solución política con Bachar. Me opongo. Y Obama se opone. Y otras potencias se oponen. Los rusos deben sacar las consecuencias”. La operación militar lanzada por Rusia se prolongará durante "tres o cuatro meses", según ha dicho a Europe 1 el presidente de la Comisión de Exteriores de la Duma (cámara baja rusa), Alexei Pouchkov.

Menos tensiones habrá en los debates sobre Ucrania. Oficialmente, la reunión es para avanzar en los Acuerdos de Minsk, suscritos en febrero pasado, que incluyen el cese de hostilidades entre Kiev y los separatistas prorusos en las regiones de Donetsk y Lugansk. Salvo esporádicas escaramuzas, el alto el fuego pactado en septiembre se respeta. Los cuatro mandatarios reunidos en París, que protagonizan desde hace un año los intentos por encontrar una salida al conflicto, buscan ahora desatascar los problemas políticos para que esas regiones celebren unas elecciones y alcancen un grado de autonomía.

Kiev ha convocado elecciones locales en todo el país, pero Donetsk y Lugansk, controladas militarmente por los separatistas, han organizado las suyas para el 18 de octubre y el 1 de noviembre, respectivamente. Para que los prorusos se avengan a un pacto, Kiev está dispuesto que se retrase hasta fin de año un punto clave de los Acuerdos de Minsk, consistente en que sean tropas de Kiev las que controlen la frontera de esas regiones con Rusia.

Esos acuerdos, que incluyen también la retirada del frente de armas pesadas, deben cumplirse antes del 31 de diciembre. Si se logran, París ya ha expresado su deseo de que Europa levante las sanciones que impuso a Rusia a raíz de la anexión de Crimea.

Ahora, con el nuevo frente abierto en Siria, altos funcionarios de Washington y Bruselas ven un nexo entre ambos conflictos, según la agencia Reuters. Occidente cedería en sus exigencias sobre Ucrania a cambio de que Rusia acepte colaborar en Oriente Próximo. En el Elíseo, un alto cargo asesor de Hollande se declara “muy escéptico” ante esa hipótesis, pero tampoco la rechaza totalmente.

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