miércoles, 14 de octubre de 2015

Israel comienza a bloquear accesos a los barrios de Jerusalén Este

CONFLICTO ENTRE ISRAEL Y PALESTINA »

El Gobierno de Netanyahu moviliza a cientos de soldados y policías para evitar los ataques

Netanyahu plantea enviar tropas a Jerusalén ante la oleada de ataques


JUAN CARLOS SANZ Jerusalén 14 OCT 2015 - 11:55 CEST


La policía israelí comenzó a instalar en la mañana del miércoles puestos de control en los accesos a los barrios de Jerusalén Este, según anunció una portavoz policial, tras la ola de violencia que se ha cobrado la vida de siete judíos y de tres decenas de palestinos en las últimas dos semanas. El 80% de los atacantes en la veintena de atentados palestinos registrados proceden precisamente de los distritos de Jerusalén Oriental, anexionados por Israel en 1980 tras ocuparlos en la guerra de 1967. Sus habitantes cuentan con permiso de residencia y libertad de movimientos por todo el país. Analistas de la prensa hebrea y organizaciones humanitarias han advertido de que la medida representa una partición de hecho de la Ciudad Santa.

El bloqueo de Jerusalén Este, y el eventual toque de queda para su población, se produce por una orden adoptada en el Gabinete de Seguridad a primera hora de la madrugada del miércoles. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, presidió una reunión de emergencia del órgano de seguridad del Gobierno durante más de 10 horas tras los atentados palestinos del martes, que causaron la muerte de tres israelíes y dejaron heridos a más de una veintena en Jerusalén. Entre otras medidas de excepción aprobadas por el Gabinete de Seguridad se incluyen el despliegue de fuerzas militares en las entradas a Jerusalén Este. Seis compañías del Ejército (unos 600 soldados), se sumarán a la movilización de miles de reservistas de la policía de fronteras, un cuerpo paramilitar de las fuerzas de seguridad.

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El Ejecutivo ha agravado las medidas punitivas contra los autores de atentados. Además de la demolición de las casas de sus familias, los familiares de los culpables de ataques no podrán volver a construir en el solar arrasado, y sus bienes serán confiscados. También perderán el derecho a seguir viviendo en Jerusalén, lo que implica la revocación del permiso de residencia en Israel.

El Ejército también comenzará a vigilar los transportes públicos en la Ciudad Santa, donde el martes se registró un ataque en un autobús que se cobró la vida de dos israelíes, hasta que sean contratados 300 guardas de seguridad privados para esta misión. Las tropas tienen como principal objetivo vigilar las carteras y los puntos calientes de la barrera de separación construida tras la segunda Intifada (2000-2005) entre Israel y Cisjordania. El trazado de la barrera —que incluye muros de hormigón, tapias y vallas de distinto tipo— será completado en la zona sur de Hebrón.

La organización Human Rights Watch advirtió este martes de que el bloqueo de Jerusalén Este conllevará previsiblemente “acoso y abusos” sobre la población palestina, al infringir su derecho a la libertad de movimientos, en lugar de representar “una respuesta ajustada a las actuales preocupaciones” de seguridad.

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