jueves, 15 de octubre de 2015

Los «juegos de guerra» entre aviones rusos y de EE.UU. tensan aún más el diálogo

Aviones rusos Su-30SM

La persecución protagonizada por un avión de combate ruso Su-30SM, que acosó a un aparato estadounidense en el cielo sirio, ha hecho que las ya enrarecidas relaciones entre Moscú y Washington se tensen todavía más


RAFAEL M. MAÑUECO / CORRESPONSAL EN MOSCÚ - Día 15/10/2015 - 04.16h


El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, reprochó ayer a Estados Unidos que rechace enviar una delegación a la capital rusa para hablar de Siria y tampoco quiera que sean los rusos quienes viajen a Washington, ni siquiera encabezados por el primer ministro, Dmitri Medvédev.

El primero en hablar del incidente aéreo, tres días después de que sucediera, fue el representante del Pentágono en Bagdad, Steve Warren, quien aseguró que el aparato ruso se aproximó a una distancia «visual» de dos o tres kilómetros del caza estadounidense. «Aunque los pilotos actuaron con profesionalidad, es peligroso tener dos aeronaves en el mismo espacio aéreo sin protocolos de seguridad claros», advirtió Warren.

La respuesta vino ayer de boca del portavoz para Siria del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashenkov, quien aseguró que el caza ruso se acercó al norteamericano «no para intimidar a nadie, sino para identificarlo y determinar su procedencia». «Tras ello y de forma inmediata, nuestro Su-30SM se incorporó de nuevo a su escuadrilla».

Este episodio, que recuerda los frecuentes roces que aviones soviéticos y de la OTAN tuvieron durante los años de la Guerra Fría, a veces con consecuencias letales para los tripulantes, se produce mientras ambas partes tratan de coordinar las bombardeos a fin de evitar situaciones críticas y mientras el Kremlin intenta acercar posturas con la coalición internacional y negociar una salida para el régimen sirio.

Maniobras de alto riesgo

Militares rusos y norteamericanos mantuvieron ayer una nueva videoconferencia, la tercera ya desde que Rusia comenzó el 30 de septiembre los ataques aéreos en Siria, pero no para coordinar las acciones de unos y otros, sino simplemente con la intención de impedir que sus respectivas fuerzas aéreas vuelvan a protagonizar «juegos de guerra» o se vean envueltas en maniobras de alto riesgo. El portavoz del Pentágono, Peter Cook, señaló el martes en un comunicado que «el objeto de estas conversaciones será elaborar protocolos específicos para los pilotos que vuelan sobre Siria». Según el texto de la nota, rusos y norteamericanos no han encontrado todavía un procedimiento a seguir.

Pero Moscú pretende mucho más que un mero marco de funcionamiento para que los respectivos vuelos sean seguros. El martes, el presidente Vladímir Putin propuso una cumbre a alto nivel ruso-americana para diseñar una estrategia común en Siria, no sólo militar, sino también política.

Estrategia errónea

El secretario de Defensa estadounidense, Ashton Carter, dijo en Boston en presencia del secretario de Estado, John Kerry, que «no nos podemos asociar ahora mismo con la estrategia de Rusia en Siria , porque es errónea, mal pensada y corta de miras estratégicamente». Kerry, por su parte, sostuvo que, si Moscú aceptara un cambio de poder en Damasco, que pusiera fin a la guerra civil en Siria, sería más fácil actuar conjuntamente.

Putin dejó claro el pasado fin de semana que la misión de las Fuerzas Armadas rusas en Siria es «estabilizar» el régimen de Bashar Al Assad, algo que choca frontalmente con los planes de Occidente. «Hoy hemos recibido la respuesta de que no pueden enviar una delegación a Moscú ni recibir a una nuestra en Washington», manifestó ayer Lavrov indignado ante los diputados de la Duma (Cámara Baja). Al frente de esa delegación rusa tenía previsto viajar Medvédev. «Los colegas estadounidenses están interesados sólo en iniciativas que puedan ayudar a evitar accidentes», añadió el jefe de la Diplomacia rusa. El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, lamentó también la negativa estadounidense.

Lavrov criticó además a Washington por no apoyar en el Consejo de Seguridad de la ONU una declaración tachando de «atentado terrorista» el ataque que sufrió el lunes la Embajada de Rusia en Damasco. Mientras, la aviación rusa prosiguió ayer sus incursiones aéreas en Siria con un total de 41 misiones en las que fueron bombardeados 40 objetivos del Estado Islámico, informó Konashenkov.

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