jueves, 29 de octubre de 2015

Los proyectos REDD+ y cómo debilitan la agricultura campesina y las soluciones reales para enfrentar el cambio climático

GRAIN es una pequeña organización internacional que trabaja apoyando a campesinos y a movimientos sociales en sus luchas por lograr sistemas alimentarios basados en la biodiversidad y controlados comunitariamente.

Por GRAIN" (news@grain.org)

Una nueva publicación conjunta de GRAIN y WRM (Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales) analiza los peligros para las comunidades campesinas que provoca uno de los principales mecanismos del mercado de carbono que será parte de la discusión durante la próxima cumbre de la ONU sobre cambio climático en París.

Pueden bajar el informe aqui.

Los gobiernos se reunirán en diciembre en la vigésimo primera cumbre de Naciones Unidas sobre cambio climático, en París (COP 21). Como en años anteriores, las propuestas para darle una salida a los países que no quieren reducir suficientemente su consumo de combustibles fósiles estarán entre los puntos prioritarios de la agenda de la COP 21. REDD+, un mecanismo para reducir emisiones provocadas por la degradación y destrucción de los bosques, es una de estas propuestas y sus promotores esperan que sea parte del acuerdo final de la cumbre.

La idea detrás de REDD+ es que los países, y principalmente los países industrializados, “financien” las medidas que dicen que detendrán la destrucción de los bosques en los países tropicales y, a cambio, los países que pongan el dinero podrán obtener “crédito” por las emisiones que supuestamente no ocurrieron, “gracias” a un proyecto REDD+. Para que este mecanismo funcione, se debe hacer cálculos muy elaborados —pero imposibles de verificar— para determinar cuánto carbono hay almacenado en un bosque. Una vez que las cifras resultantes han sido transformadas a unidades equivalentes de dióxido de carbono —la moneda del mercado de carbono— se les puede poner precio y transar en el mercado como “bonos de carbono”. Los países (y las empresas) que los compren pueden contabilizarlos como parte del cumplimiento de sus metas de reducción de emisiones a las que se espera que se comprometan en la cumbre de París.

Aunque REDD+ es conveniente para los gobiernos de los países industrializados, para las comunidades campesinas es una de las propuestas más peligrosas que se discutirán en la COP 21.

La nueva publicación de GRAIN y del Movimiento Mundial por los Bosques (WRM) explica por qué REDD+ no es una solución al crisis climática y por qué no ayuda a los campesinos a reducir emisiones, adaptar sus prácticas agrícolas al clima cambiante y aumentar sus rendimientos, como aseguran los promotores de REDD+. La realidad es que los programas REDD+ culpan de la deforestación y de las emisiones a métodos agrícolas campesinos que nada tienen que ver con la crisis climática. Además, los proyectos REDD+ debilitan los sistemas alimentarios locales al impedir prácticas agrícolas tradicionales y restrinigr el acceso a la tierra y a los bosques.

La mayoría de las actividades REDD+ limitan el uso de los bosques en cultivos itinerantes, la recolección y otras actividades de subsistencia por parte de las comunidades locales —y muy a menudo es severa la limitación: la caza, la pesca, el pastoreo, el corte de algunos árboles para construir casas o canoas, también están nomalmente restringidos, y los dueños de los proyectos se aseguran de que las restricciones se cumplan, a menudo con el apoyo de guardias armados.

Al mismo tiempo, los grandes causantes de la deforestación, como la tala industrial, los mega proyectos de infraestructura, la minería, las grandes represas y, sobre todo, las grandes plantaciones industriales de árboles, palma aceitera y soja, los criaderos industriales de animales, siguen adelante sin restricciones.

La publicación da ejemplos de lo que está ocurriendo en Mozambique, Nigeria, la República Democrática del Congo, Madagascar, Brasil, Indonesia, Perú, Uganda y Kenya con el fin de mostrar la existencia de 5 patrones de funcionamiento que hacen que REDD+ sea altamente dañino para las comunidades campesinas. Ellos son: 1. REDD+ culpa a las prácticas agrícolas campesinas de la deforestación y de las emisiones. 2. Rara vez beneficia a las comunidades locales, pero es un buen negocio para las empresas que venden bonos de carbono, para las ONGs ambientalistas internacionales, para los consultores y para los países industrializados. 3. Destruye la soberanía alimentaria. 4. Impide el control comunitario sobre los territorios. 5. Facilita la expansión de la agricultura dominada por las corporaciones.

REDD+ no es sólo una falsa solución para el problema urgente y grave de la crisis climática. Además fortalece el sistema agroalimentario industrial dominado por las corporaciones que es en gran medida culpable del cambio climático, que le ha robado sus territorios a muchas comunidades y pueblos del bosque, y erosiona los sistemas agrícolas y alimentarios de los pueblos indígenas y campesinos que pueden enfríar el planeta.

Los campesinos ya están probando que es posible “alimentar al mundo” sin la inmensa cantidad de emisiones producidas por el sistema industrial y exportador de producción agrícola. Devolver las tierras a los campesinos y pueblos indígenas es la forma más efectiva de enfrentar los desafíos de alimentar una población mundial creciente en uan era de cambio climático impredecible.

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