sábado, 17 de octubre de 2015

Rajoy ofrece “empleo y seguridad” frente a las “palabras viejas y vacías”

La cúpula del PP este sábado en Toledo. / LUIS SEVILLANO

El PP esgrime el legado de Rajoy para intentar unir al partido

"Nuestro programa electoral se llamará empleo y seguridad", dice el presidente en Toledo


JAVIER CASQUEIRO Toledo 17 OCT 2015 - 18:53 CEST


El mitin de la aparente unidad del PP y del Gobierno, convocado esta mañana en un cigarral de lujo en Toledo tras una semana convulsa y llena de descontroladas crisis internas, sirvió para que el presidente-candidato Mariano Rajoy presumiera sobre todo de dos cosas que llevará en el frontispicio de su programa: "Empleo y seguridad". Así se presentará a las "decisivas" elecciones generales del 20 de diciembre. Enfrente no ve nada, ni en proyectos ni en programas. El PP se identifica en ese imaginario popular con los "hechos" y toda la oposición con "las palabras, la música de las viejas palabras, vacías como las manos de las que las propagan".

No hizo ninguna alusión el presidente, ni la secretaria general ni tampoco ninguno de la docena de oradores que les precedieron a la ruidosa semana que el PP ha padecido en vísperas de la cita del 20-D, llena de conflictos y enfrentamientos públicos entre ministros y dirigentes de toda índole. Lo que todos los intervinientes sí quisieron subrayar, de entrada, es lo mucho que había logrado el PP y sobre todo su presidente, Mariano Rajoy, para sacar a España del marasmo, la quiebra y el rescate hasta situarla en posición de salida entre las naciones que más crecen y más empleo general de Europa. Esa es la idea que se repite sin cesar.

Todos los presidentes autonómicos del PP que estuvieron (todos menos la madrileña Esperanza Aguirre, la aragonesa Luisa Fernanda Rudi y el castellano Juan Vicente Herrera) se entretuvieron en glosar lo difícil y complicado que han sido estos años y realizaron toda una programada competición para ensalzar sin ningún rubor la labor, el ímpetu y la dirección de Mariano Rajoy en ese proceloso camino.

El PP sabe lo que se juega el 20-D, sus bazas, puntos fuertes y debilidades, y quiere evitar, como sea, perderse en batallas internas, polémicos fichajes externos o discutidas e inciertas propuestas programáticas. El mejor resumen del plato único que ofrecerá el candidato Mariano Rajoy en las elecciones lo anticipó él mismo ayer en un mitin en Toledo programado para dar una imagen de unidad y tapar así con su legado de esta legislatura las crisis de los últimos días: “Nuestro programa electoral se llamará empleo y seguridad”.

"España es un Estado de Derecho y la ley se cumple"

"En España la ley se cumple, España es un Estado de Derecho, la justicia es independiente y todos somos iguales ante la ley, sean quienes sean". El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se tomó unos segundos de aire para comenzar su mitin esta mañana en un cigarral de Toledo porque quería lanzar algunos mensajes en tono de advertencia sobre la situación en Cataluña antes de empezar su balance electoral con el lema "cumPPlimos: de la crisis a la recuperación". Rajoy recordó así que hace poco se ha celebrado en España la fiesta del 12 de octubre para destacar "lo que nos une a todos, lo que compartimos todos, lo que tenemos en común, que es el orgullo de pertenecer a un gran país que no es cualquier cosa".

El presidente español elaboró unas cuantas frases sobre el orgullo de ser español, "uno de los países más importantes de la historia". Y lo hizo para anticipar que está dispuesto a "dar algunas batallas importantes". Esa referencia se encuadró en la parte de su intervención destinada a avisar a los dirigentes políticos catalanes que están promoviendo el proceso separatista con España. Rajoy recordó así que "España no es un invento de ayer, ni de anteayer ni de hoy, somos la primera nación que consiguió su unidad en Europa y no estamos dispuestos a jugar con lo que es de todos, somos españoles y somos europeos". Luego enarboló la bandera europea y el congreso del PPE que se celebrará en Madrid la semana que viene para subrayar que lo importante ahora en Europa y en España es hablar de "unión, de acercarnos, de sumar los unos con los otros" y para enfatizar que esa máxima está en los "genes y en el ADN" de su formación.

Ni Rajoy ni la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, ni los 14 presidentes regionales del PP que le sirvieron de teloneros mencionaron ni directa ni implícitamente los problemas y enfrentamientos que se están sucediendo entre ministros y dirigentes del partido, nerviosos ante la incertidumbre electoral, y que se cuestionan la mala difusión de la gestión del legado del presidente en un mandato tan complicado. Eso sí, todos ensalzaron las virtudes del líder para hacer frente en esta tesitura a uno de los peores momentos de la historia de España. El propio Rajoy aludió a su manera de ser poco dada al autobombo para confesarse también orgulloso de los retos superados.

Los denominados barones del PP se fueron sucediendo en el atril para reivindicar la figura y los “hechos” ejecutados bajo el impulso de Rajoy, para concluir la sesión entre todos con la idea fuerza de que es el mejor y único candidato posible en estos momentos, a dos meses de las elecciones fijadas para el 20 de diciembre.

El único que se quiso salir del guion marcado por el aparato central del partido para introducir su estilo y apuntar sus poderes fue el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, pero para reafirmar, más si cabía, los méritos de Rajoy al frente de la nave estos años.

El líder del PP es el primero que es consciente de sus posibilidades y de cuáles son sus opciones. Cogió aire y engarzó para empezar algunas frases de advertencia contra los dirigentes independentistas catalanes al reafirmar: “En España la ley se cumple. España es un Estado de derecho. La Justicia es independiente y todos somos iguales ante la ley, sean quienes sean”. El presidente-candidato valoró la importancia de las corrientes a favor de la unidad en Europa y en España, como cree que se verá esta próxima semana durante el Congreso del PP europeo en Madrid, y dejó en el aire otro aviso: “Vamos a dar algunas batallas importantes”.

El resto del mitin de la unidad, la cita en un cigarral de Toledo de todos los ministros, presidentes autonómicos, diputados y senadores miembros de la Junta Directiva Nacional, se compuso sobre todo para hacerse una foto de equipo, de familia, alrededor del líder. La imagen se tomó, aunque algunos de los presentes evitaron los codazos para aparecer en las primeras filas. Luego Rajoy hizo su habitual balance de logros, anticipó que 2015 terminará con 650.000 empleos más, y presumió de haber protegido el Estado del bienestar en los peores momentos de la crisis.

Ese pasaje le sirve a Rajoy en su guion para ofrecerse al electorado mayor y más conservador como el único candidato fiable, solido y solvente, con un proyecto de futuro, pero también para atraer algo a los jóvenes y desfavorecidos con la idea de que también se ha preocupado y preservado la agenda social.

En esa disputa, el adversario principal, es decir, el PSOE de Pedro Sánchez y el “listo de las dos tardes y el déficit eléctrico”, como quiso descalificar al asesor Jordi Sevilla, es un rival “sin programa alternativo”, que no sabe qué hará “porque antes lo tendría que pactar para saberlo”. En sus mofas de Sánchez le reprocha que solo pretende “cambiar por cambiar” para retroceder al pasado y “a la música de las palabras viejas, vacías, como las manos de los que las propagan”.

El PP, en ese duelo, es un partido “moderado y razonable” que tiene “experiencia y trayectoria” y el PSOE es “radical, extremista” y se presta a “disquisiciones y fichajes de última hora para que le regeneren” desde fuera como con Irene Lozano. Para Ciudadanos, Rajoy reserva la función de “producto de tertulia, operación mediática, flor de un día y veleta con vocación de bisagrista”.

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