domingo, 1 de noviembre de 2015

Nuevo Fiscal nacional

¿Un salvavidas para la UDI?

 Por Mario López M. - 01/10/2015 (cambio21.cl)


El Ministerio Público era hasta hoy una de las pocas instituciones que se salvaba del descrédito generalizado que atraviesa a nuestra sociedad, hasta que los poderes fácticos metieron la cola.

• El nombramiento del nuevo Fiscal Nacional, Jorge Abbott, terminó salpicado por sospechas de negociaciones de dudosa transparencia. Lo delicado es que el país no soporta ni la corrupción ni la impunidad.

No se puede dudar de la intachable carrera en el servicio público del abogado Jorge Abbott. Una historia de abnegada y exitosa labor profesional precede su justo acceso a la dirección del órgano persecutor. Tampoco se podría desconocer que la aprobación unánime de la designación, constituye un notable éxito de la Presidenta Bachelet. Sin embargo una serie de declaraciones, trascendidos, explicaciones y equívocos gestos del actual fiscal nacional, Sabas Chahuán, agregaron innecesariamente un sabor amargo a este nuevo plato, al parecer preparado en la cocina de los poderes fácticos.

Poderes fácticos que se han ejercido al margen de los cauces formales, en reuniones privadas en casa de congresistas, en ofertas a políticos actualmente formalizados, etcétera. Esas influencias que saben presionar para influir políticamente, jugaron todas sus cartas en esta pasada. La UDI pidiendo “condiciones” para votar por Abbott, Chahuán ofreciendo salidas alternativas, el mismo Abbott bajándole el perfil a los delitos políticos, y estos votando en masa a favor de lo único que no habían respaldado, podrán no ser actos impropios, pero que se ven mal, se ven. “La mujer del César no sólo debe ser honesta sino además parecerlo”, señaló Julio César a Pompeya.

Disparo a los pies

Un mensaje enviado a través de la prensa por el saliente fiscal Sabas Chahuán, prendió las alarmas. “Es enteramente falso que yo haya negociado para conseguir votos para el fiscal Abbott (…) lo que sí hay son conversaciones permanentes con las defensas del señor Novoa, del señor Cardemil y del señor De Mussy”, confesó. No fue lo único que declaró: “Hemos conversado respecto de procedimientos abreviados con varias defensas y también respecto de salidas alternativas con varias defensas”, remató.

Las conversaciones que acontecieron en medio de negociaciones para convencer a todas las bancadas de aprobar la sugerencia de La Moneda, solo las conocen Chahuán y quienes intervinieron en nombre del líder de la UDI y los demás imputados de Vamos Chile. Reuniones privadas, por cierto, habituales entre abogados y persecutores, pero que esta vez tenían un ingrediente distinto, estaba en juego la fe pública. Anunciar en las circunstancias, del modo y respecto de quienes se hizo que se les daría una salida alternativa o la suspensión, equivale a impunidad, para muchos. Un actuar al menos poco prudente. “Es una bajeza”, respondió Chahuán frente a los cuestionamientos.

¿Eran necesarias las declaraciones públicas del saliente fiscal en pleno proceso de buscar los votos de algunos que incluso estaban siendo perseguidos por el mismo Ministerio Público que debían elegir? ¿A quién fueron dirigidas y para asegurarles qué? ¿Por qué el abogado de Novoa negó hasta el final estar en conversaciones con Chahuán, si eran transparentes? ¿Por qué al fiscal Carlos Gajardo –como lo denunció múltiples veces Cambio21-, se le siguen reduciendo sus atribuciones? ¿Es o no cierto que la suspensión condicional ofrecida no conlleva sanción alguna y que incluso no obliga a reconocer el delito? Son solo algunas de las preguntas que enturbian el tema.

“Felices y Forrados”

Así deben sentirse desde la UDI y también quienes -recibiendo dinero ilegal e incluso de aquellos que los persiguieron-, defraudaron a la democracia, al sistema electoral, al Estado, y a la gente, durante años. Terminaron “felices” porque prácticamente se les aseguró de manera pública que quedarían impunes sin cumplir sentencias y además “forrados”, en el dinero sucio que desfalcaron al erario nacional. Los miles de millones que bajo cuerda no pagaron impuestos e incluso sirvieron para pagar “bonos”.

El abogado Matías Balmaceda, defensor de Jovino Novoa se manifestó complacido por el nombramiento del fiscal Abbott. Con él, señaló, “van a aparecer las salidas alternativas. Yo creo que con él van a aparecer las salidas alternativas, porque el caso se está terminando y en juicios penales en la reforma así es cómo funciona”, aseguró. Cómo no, si lo que arriesgaba Jovino Novoa era una pena de cárcel, por los delitos tributarios reiterados, trasgresión a la ley de donaciones y apropiación indebida de los dineros que pidió a nombre de otros y que estos alegan no haber recibido. Y si le sumaba, como correspondía lavado de activos y asociación ilícita, concluya usted…

No dejaba de tener razón el coronel de la UDI cuando afirmó que no tendría sanción efectiva por lo que hizo, llegando incluso a mofarse en la cara del propio sistema penal y de los fiscales, a quienes acusó de estar implementando en su contra un “procedimiento ideológicamente falso”. Gran mensaje entregó Chahuán a la comunidad nacional e internacional... En Chile se puede robar y no pasa nada.

Borrar con el codo…

El saliente Fiscal Nacional duró en el cargo 8 años, de los cuales los primeros 7 son para el olvido en materia de seguridad ciudadana, modernización del Ministerio Público etcétera. Su gestión solo se hizo vivible el último año a partir del caso Fut, el que más tarde derivara en múltiples aristas tales como Penta, Soquimich, Corpesca, Bancorp y una centena de empresas más, la Fiscalía comenzó a escribirse con mayúsculas. Más todavía cuando los delincuentes de cuello y corbata vieron amenazadas sus prerrogativas de poder absoluto e intocable.

Ver ingresando al anexo Capitán Yáber a Carlos Délano y otros formalizados, fue para muchos lo más cercano a ver justicia igual para todos. Lo mismo aconteció cuando sin miramientos debieron comparecer moros y cristianos a estrados judiciales a dar explicaciones de por qué hacían negocios a costa del servicio público y la credibilidad de la gente. Pero como nos acontecía en el fútbol, una cosa es ver y otra muy distinta es tocar. Y aquí de una plumada se mandó al tacho de la basura esa sensación de que por fin se haría justicia sin mirar a quien le toque.

Un Sabas Chahuán anunciando que no habría impunidad a los delincuentes de cuello y corbata quedó entre las frases memorables para el bronce, pero de ahí a la realidad, él mismo borró con el codo lo que se escribió con la mano. Es cierto que no todos los casos que involucran políticos son iguales, pues en algunos casos como en el del diputado De Mussy y otros pocos la reiteración de delitos, el monto defraudado y la intachable conducta anterior permitían prever que las sanciones serían leves. Sin embargo existen otras situaciones cuya gravedad supera con creces la posibilidad cierta de una pena corporal, como el caso del mismo Jovino Novoa, con decenas de millones de pesos defraudados y con multiplicidad de ilícitos reiterados en el tiempo.

¿Todos contra Gajardo?

Cuesta olvidar los diversos episodios que conoció la opinión pública y que denunciara Cambio21, que daban cuenta del intento de separar al persecutor Carlos Gajardo de la investigación de los ilícitos derivados de platas políticas. El reiterado y flamante ganador de la “silla giratoria del Ministerio Público”, el ahora fiscal de Antofagasta Alberto Ayala, sacó al menos dos veces a Gajardo de la dirección de las pesquisas de Penta. Luego lo sacaron de la investigación de Soquimich y más tarde de Corpesca, para ahora quitarle el piso al cambiar en una increíble voltereta, la “doctrina” para perseguir delitos de financiamiento ilegal de campañas políticas.

Hasta hace poco se sostenía de manera categórica por Sabas Chahuán que bastaba una querella presentada por el SII que incluyera la frase “y en contra de quienes resulten responsables”, para con su mérito y el de las investigaciones, formalizar sin una querella específica, a quien apareciera luego de la acción judicial, mezclado en el ilícito que se investigaba. Tanto así que se crearon fuertes roces con el SII por la mentada doctrina. Hasta la Corte Suprema debió intervenir y dejar asentado que esa simple frase era suficiente para perseguir a cualquier delincuente que resultara vinculado al caso.

Pues bien, esa misma doctrina que enarbolara Carlos Gajardo y que permitiera conocer decenas de nombres relacionados a los financiamientos ilegales y perseguir su eventual responsabilidad, hoy, de la noche a la mañana, se ha cambiado. “Sin denuncia ni querella no es posible avanzar en la investigación” y pertenece nada menos que a Jorge Abbott. Otra cuestión que no pasa inadvertida es qué pasará con los políticos involucrados y las eventuales penas que recibirían. Sabas Chahuán ha bajado el perfil al tema, pese a que el fiscal Gajardo, asegura que sí se puede llegar a una pena de cárcel en estos casos, principalmente por la reiteración de estos ilícitos.

No es lo único que amenaza la permanencia de Gajardo en la Fiscalía. Sabido es que quedó vacante la jefatura de la Fiscalía Oriente, tras la salida anticipada de Ayala, quien se postuló y quedó en Antofagasta. Gajardo es uno de los postulantes al cargo. Sin embargo fuentes bien informadas aseguran que es el único que no tendría posibilidades por la férrea oposición del establishment que ven en él un “peligro” por su independencia y cero sometimientos a poderes fácticos.

Las inquietantes palabras de Abbott

“Algunas decisiones de parte de los fiscales generan efectos más allá de los estrictamente procesal”, aseguró Jorge Abbott en su presentación ante la Cámara de Diputados. Extraño, por decir lo menos, pues los vendados ojos de la justicia no debieran mirar a quién afecten las resoluciones que en derecho proceden. Si se tocan intereses por aplicar justicia, bienvenido sea, aunque a Abbott pareciera preocuparle. Esta frase fue tan celebrada por la derecha como aquella en que advirtió: “La prudencia de los fiscales la exigiré cuando sea Fiscal Nacional”. ¿A quién iba dirigida? De seguro no a Chahuán.

Menos de una semana antes de inscribir su candidatura, a la Fiscalía Nacional, el pasado 9 de septiembre, Abbott se despachó otras frases de aquellas que marcan el futuro de las causas sobre probidad y corrupción. En la Universidad Diego Portales y en el contexto de un foro sobre los desafíos del Ministerio Público, aseguró en relación a los casos Penta y SQM: “Si esto se hubiera sincerado desde un principio, hubiera existido una proactividad respecto de una autodenuncia. Si se hubiera sincerado esta mala práctica que estaba generalizada probablemente hubiera tenido una solución que desde el punto de vista penal no tenía una trascendencia mayor. Hoy día sí la tiene, por la connotación que ha ido generado”.

No fue lo único. A propósito de las expectativas de la población, señaló: “El control ciudadano y lo está demostrando esta investigación (...) no es posible simplemente manejar las investigaciones de carácter penal, ni menos manipularlas, porque los costos que terminan asumiendo son mucho mayores que aquellos costos que hubiera significado, a lo mejor, sincerar una situación que si uno la mira definitivamente no es desde el punto de vista del reproche penal, al margen del tema político, particularmente relevante”. Coincidente con el intento de bajarle el perfil de Chahuán, pero al parecer no coincidente con las expectativas ciudadanas.

Jugamos como nunca, pero perdimos…

Esa mentada frase que por años nos persiguiera en el fútbol, recobra vigencia en el tema de las platas políticas. Audiencias transmitidas en directo a todo el país, ministros, jueces, fiscales, abogados, prensa y hasta la señora Juanita comentaron los pormenores del actuar implacable del Ministerio Público. “Esta vez sí que no se salvan” se repetía en redes sociales y comentarios de artículos de periódicos electrónicos.

Se supo de respetables y honorables, unos pagando sobornos y otros recibiendo cohechos, donaciones y raspados de ollas por doquier. Se conocieron memorables “errores involuntarios”, “almuerzos pagados en oro”, “asesorías verbales”, “atletas del billete que lo requerían para los últimos metros”, “agradecimiento de por vida” y otras tantas frases cursis que lo único que intentaban era escabullir el golpe que desnudaba la corrupción.

Como diría un ya agotado lector de noticias largas, ¡raya para la suma por favor! Y eso es ¿qué queda después de todo el esfuerzo de fiscales, jueces, policías, prensa etcétera? Nada o muy poco. Más del noventa por ciento de los inculpados, formalizados, vinculados o como quiera llamarlos, lisa y llanamente se irá para la casa y aquí no ha pasado nada. Y hasta de seguro más de alguien que leerá esta nota votará por alguno de ellos en una próxima elección. Los Gajardo se aburrirán y se irán al ejercicio privado, los políticos serios –créame, los hay-, seguirán bregando en contra de la corriente. Los otros, los mismos de siempre continuarán, desde sus puestos de poder e influencia económica y política, dirigiendo los hilos sin que se note… y si se nota, ¡qué les importa!

Quizás quede el consuelo que Abbott es un buen funcionario y que será capaz de revertir algunas desgraciadas estadísticas en materia de seguridad pública. Dar un fuerte y nuevo impulso a la lucha contra la delincuencia. Terminar con el cierre indiscriminado de causas sin resultado ni investigación, poner fin al 90% de archivos provisionales de denuncias, en fin, generar resultados penales concretos en una mayor coordinación con las policías, como ha manifestado. Pero todo eso es también responsabilidad de usted, de los electores que deciden no votar, de los que votan sin preguntar e informarse, de los que siguen la corriente y hasta de aquellos que juegan a la mala memoria o al mal menor. En las próximas elecciones, usted tiene la palabra.

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