miércoles, 9 de marzo de 2016

Los pueblos más bonitos de España (1)

Ochagavía (Navarra)

Sus palacios medievales, sus casas blasonadas de los siglos XVIII y XIX, su caserío de tejados picudos a dos o cuatro aguas, su iglesia de piedra y su viejo puente medieval hacen de Ochagavía (Navarra) una de las puertas de entrada a la selva de Irati (que está a solo 24 kilómetros) y una postal perfecta del Pirineo navarro. Por sus calles empedradas se rodó buena parte de la película de Montxo Armendáriz Secretos del corazón (1997). TOLO BALAGUER (AGEFOTOSTOCK)


Por ELENA SEVILLAN


Baeza (Jaén)

Patrimonio mundial junto con Úbeda, el corazón monumental de Baeza (Jaén), uno de los enclaves renacentistas más importantes de España, late en la plaza de Santa María: la catedral, con la casa palacio de Rubín de Ceballos a sus espaldas, las casas consistoriales, la fuente de Santa María (en la imagen) y el seminario de San Felipe Neri (sede de la Universidad Internacional de Andalucía). Destacables también son la plaza del Paseo de la Constitución y la del Pópulo. GYSSELS HERVÉ (CORBIS)


Olvera (Cádiz)

Los callejones, las pequeñas plazas, las fachadas señoriales de la calle Llana, la convivencia de mansiones solariegas con arquitectura popular. Olvera (Cádiz) se retuerce, irregular, llena de recodos y recovecos, en torno a su castillo árabe del siglo XII, de trazado triangular, elevado sobre una peña, que conserva muros, torreones y la Torre del Homenaje. ARNAUD SPÄNI (GETTY IMAGES)


Olivenza (Badajoz)

La ciudadela, hoy casco histórico, reproduce un clásico ordenamiento urbano medieval, con finalidad defensiva, consistente en un cuadrilátero amurallado con cuatro puertas, cortado por dos calles perpendiculares que se cruzan en el centro. Olivenza, villa de frontera, fundada por el Temple en el XIII, cedida a Portugal a finales de ese mismo siglo, y devuelta a España a principios del XIX, muestra una espectacular mezcla de estilos de ambos países. J.D. DALLET (AGEFOTOSTOCK)


Olite (Navarra)

Su conjunto urbano es una mezcla de casonas blasonadas, murallas romanas, rúas atravesadas por arcos góticos, palacios renacentistas y barrocos e iglesias como la de Santa María, del siglo XIII. Durante la Edad Media, el castillo-fortaleza de Olite fue sede de los monarcas navarros: un conjunto formado por el Palacio Viejo, convertido en Parador Nacional de Turismo, y el Palacio Nuevo. El viejo castillo fue restaurado a la manera neorromántica, es decir, sin miramientos arqueológicos, en los años cuarenta del siglo XX por el arquitecto José Yárnoz, según su proyecto de 1923 inspirado en las reconstrucciones que el arquitecto francés Viollet le Duc aplicó en el siglo XIX en el castillo de Pierrefonds y en el recinto fortificado de Carcasona. (ISTOCK)


Zahara de la Sierra (Cádiz)

En pleno corazón del Parque Natural de la Sierra de Grazalema, dentro de la Ruta de los Pueblos Blancos, se encuentra Zahara de la Sierra (Cádiz), con su castillo de origen árabe, su iglesia mayor y los restos de la villa medieval con tramos de murallas. Su entramado urbano típicamente andalusí atesora callejuelas con sabor, muchas de ellas escalonadas, ya que el pueblo está emplazado en las faldas de la Sierra del Jaral. JOSÉ FUSTE RAGA (CORBIS)


Peñaranda de Duero (Burgos)

Pequeña población a 18 kilómetros de Aranda de Duero, Peñaranda de Duero (Burgos) cuenta con un gran conjunto monumental: la Plaza Mayor flanqueada por la iglesia de Santa Ana (ex-colegiata) y el palacio de los Condes de Miranda. Su castillo data del siglo X y fue remodelado completamente en el XV (siglo en el que se construyó la muralla, de la que se conservan dos de las tres puertas). Peñaranda de Duero presenta un atractivo casco medieval de planta alargada. JOSÉ FUSTE RAGA (CORBIS)


Taüll (Lleida)

Las iglesias leridanas de San Clemente y Santa María de Tahull (Taüll, en catalán) son, desde 2000, patrimonio mundial, dentro del conjunto de templos románicos catalanes del Valle del Boí, en la comarca de Alta Ribagorza (Pirineo de Lleida). Las pinturas y mobiliario originales fueron trasladados al Museo Nacional de Arte de Cataluña, en Barcelona; en el ábside central de San Clemente queda una copia de su Pantocrátor. LUIS CASTAÑEDA (AGEFOTOSTOCK)

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