lunes, 2 de mayo de 2016

Apagones y miseria encienden la cólera popular en Venezuela

Cola en Caracas para adquirir productos básicos en un mercado público - Reuters

Protestas espontáneas y saqueos sacuden varias ciudades del país donde la población ha perdido la paciencia tras las últimas restricciones

Por LUDMILA VINOGRADOFFCorresponsal En Caracas


«Tenemos hambre, queremos comida», gritaba un grupo de personas desesperadas mientras saqueaban por la noche los comercios de las urbanizaciones Campo Rico, Zona Industrial de La California y Buena Vista de Caracas. Entre escenas de caos y violencia se escuchaban tiros y sirenas de las patrullas policiales que acudían al lugar de los hechos para dispersar a los saqueadores. Episodios como este se han repetido en varias ciudades de Venezuela, como Maracaibo, La Guaira, Valencia, Maracay y los Teques. Tras los disturbios fueron detenidas más de doscientas personas.

El Gobierno ha prohibido que radios y televisiones den cuenta de estos sucesos, por lo que la red social Twitter se ha convertido en el principal medio para informarse de lo que ocurre. Los saqueos a tiendas y supermercados, sumados a las protestas por los apagones, la falta de agua y la escasez de alimentos y medicinas se extienden de día en día a cada vez más ciudades del país. Son estallidos espontáneos de cólera popular, manifestaciones de ira que la oposición ya no puede frenar ni siquiera con la promesa de un referéndum revocatorio de Nicolás Maduro que se desea celebrar antes de fin de año.

La intervención de fuerzas policiales y militares consigue apagar durante el día los focos de la revuelta, pero en la noche vuelven a encenderse. El temido fantasma del «caracazo» del 27 de febrero de 1989 vuelve así a planear sobre las ciudades en las que más a menudo se repiten las protestas, sobre todo en Maracaibo, capital de Zulia, estado donde los cortes de luz se han llegado a prolongar durante veinticuatro horas. Tras los disturbios en esta ciudad, fueron detenidas 120 personas por saquear las oficinas regionales de identificación (Saime) y unos setenta locales comerciales. La capital fue militarizada, aunque no se llegó a imponer el toque de queda.

Con sus extremas medidas de ahorro de energía, Maduro ha tensado la cuerda, creando las condiciones para un «estallido social», ha afirmado el gobernador de Miranda, Henrique Capriles. Un diagnóstico que ha sido ratificado por Jesús «Chúo» Torrealba, secretario de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), quien asegura que «la crisis le ha estallado en la cara de Maduro».

En la localidad de Los Haticos, también en el estado de Zulia, fueron saqueados los locales de los comercios estatales Fundamercal y robadas doscientas toneladas de alimentos. Unas cincuenta personas fueron asimismo detenidas en un intento de saqueo a un comercio en Los Teques, capital de Miranda, cerca de Caracas. Y en Caracas fueron varias también las tiendas que decidieron cerrar sus puertas por miedo a los asaltos y actos de vandalismo. Y en el estado oriental de Anzoátegui, por otra parte, fueron detenidas trece personas por bloquear las calles en protesta por el racionamiento de electricidad.


Sin dinero en la caja pública


El Gobierno ya ha decretado que, para ahorrar energía, los funcionarios solo trabajen dos días a la semana, lunes y martes. Pero no menos grave es que las arcas públicas se están vaciando tan deprisa, que ya empieza a faltar dinero para pagar el sueldo a los funcionarios. El Parlamento ha anunciado que no tiene recursos para entregar el salario de este mes. El presidente de la Cámara, Henry Ramos Allup, comunicó que no han recibido el dinero de parte del Ejecutivo para entregar la paga a los empleados del Parlamento.

Así las cosas, Maduro ha anunciado que, para paliar la crisis, se están repartiendo bolsas de comida casa por casa. «Se están distribuyendo 26.465 toneladas de alimentos durante visitas casa por casa, con un promedio de 15 kilos por familia. Nunca antes se vio aquí algo así, y tengan la seguridad de que en ningún lugar del mundo ocurre algo como esto, que es una base de apoyo sólido», afirmó. Maduro indicó que se han instalado 150 centros de acopio de la Misión Alimentación en todo el país, y que las 26.465 toneladas de comida se distribuirán durante siete semanas en 248 municipios, 555 parroquias y 3.813 comunidades. La bolsa de alimentos chavista, no obstante está condicionada a la lealtad hacia Maduro por estar reservada en numerosos casos a simpatizantes del régimen.

Situación insostenible


Pero la crisis de fondo es mucho más grave. Así lo ha advertido el «Fondo Monetario Internacional (FMI), que ha avisado de que la situación en Venezuela es insostenible a medio plazo. «Por el deterioro de la capacidad productiva, por el deterioro de la política microeconómica y los desequilibrios macroeconómicos en Venezuela, que se ha deteriorado aún más con el choque petrolero, claramente la situación no es sostenible en el mediano plazo», afirmó el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner. Según los pronósticos de esta institución, la inflación durante este año será del 720 por ciento y para el 2017 del 2.200 por ciento, con una contracción de la economía de un 5,7 por ciento en 2016.

Eso sí, la oposición cree que el referéndum revocatorio avanza a buen paso después de que en un solo día se hayan recogido 600.000 firmas, 400.000 más de las necesarias, para lanzar la consulta. Ramos Allup aseguró que se han superado «todas las expectativas». «¡Gracias Venezuela, por la manifestación masiva espectacular de ayer en el firmazo por el referéndum revocatorio», ha escrito en la re Twitter el presidente del Parlamento.

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