domingo, 11 de marzo de 2012

El otro crédito universitario

La jugada es la siguiente: inversionistas ponen plata, ésta se les presta a estudiantes universitarios prometedores y luego la devuelven a los inversionistas con rentabilidad. La fórmula de la administradora de fondos Lumni partió en Chile hace diez años con seis alumnos y para 2012 esperan llegar a los 3.500 en América Latina.

Por Juan Pablo Garnham | juanpablo.garnham@quepasa.cl.

"Por la teoría de la mesa de tres patas". Cuando a Andrés Sánchez le preguntaron en Lumni por qué había estudiado Ingeniería Civil Industrial, respondió eso con mucha seguridad. Estaba ahí postulando a un préstamo y, a diferencia de lo que sucede en otros lados, la entrevista personal era fundamental. Y comenzó a explicar esta idea que su papá, en ese momento cesante y sin capacidad para pagarle su último año de universidad, le había enseñado. "Una mesa con dos patas se cae. Necesita mínimo tres", explica. Para él, la elección de su carrera fue similar: "se tienen que dar tres cosas: que te guste, que dé trabajo y que dé los suficientes ingresos para vivir la vida de acuerdo a las expectativas que uno quiere".

Sánchez era uno de esos alumnos que cumplían con el perfil exacto que estaba buscando Lumni, una administradora de fondos que financia estudios superiores desde 2002 en Chile. Estaba en su último año de universidad, lo que implicaba que ya era posible tener un registro de su desempeño académico. También se notaba decidido en su vocación y en sus metas futuras: quería trabajar lo más luego posible. Finalmente, por la entrevista se veía como alguien serio y responsable. En definitiva, era una buena apuesta para ofrecerle un contrato. Como acostumbra Lumni, no le pidieron aval. Andrés solicitó cinco millones y se los dieron, a condición de que, una vez que comenzara a trabajar, fuera pagando a través de 36 cuotas, equivalentes cada una al 12,76% de su sueldo. Hasta ahora, lo ha hecho así. "En cuanto me llega el sueldo, lo deposito altiro", dice Andrés, hoy analista de planificación en la AFP Habitat.
De los seis estudiantes que ayudaron con un millón de pesos en forma experimental en 2002, hoy ya llegan a 250 sólo en Chile y con montos muchísimo más altos. A fines de año esperan llegar a los 500 chilenos financiados y a un total de 3.500 en América Latina.

"Nos hemos sorprendido gratamente con la cartera de pagos", dice Matías Valdivieso, gerente general de Lumni. En un comienzo, en la empresa se esperaban una situación más complicada, tomando en cuenta que los índices de morosidad en el fondo solidario de crédito universitario son superiores al 40%. "Sin embargo, hemos tenido índices de default mínimos. Ahora tenemos que prepararnos para que esto que hemos hecho bien con cientos de estudiantes, también ande bien con miles".

Porque las expectativas que tienen en Lumni son altas. De los seis estudiantes que ayudaron con un millón de pesos en forma experimental en 2002, hoy ya llegan a 250 sólo en Chile y con montos muchísimo más altos. A fines de año esperan llegar a los 500 chilenos financiados y a un total de 3.500 en América Latina, para lo que cuentan ya con oficinas en México, Colombia, Estados Unidos y evalúan una nueva sede en Perú. "Nuestra meta es, de aquí a 2015, financiar unos diez mil estudiantes en Chile y en Latinoamérica a cuarenta mil", dice Valdivieso.

En un comienzo, la gran limitante para este crecimiento fue encontrar inversionistas. Al tocar puertas se encontraban con gente dispuesta a dar montos bajos, como tanteando el terreno, de uno a cinco millones de pesos. El problema es que con eso apenas alcanzaba para financiar a un estudiante. Pero con el tiempo el panorama ha mejorado. "Hemos avanzado a un inversionista que pone mucha más plata, 50 ó 100 millones de pesos", dice Valdivieso. Esto se explica, según él, por el respaldo de sus resultados y también por una actitud distinta de los financistas frente a modelos de capital de riesgo innovadores. "Hoy es mucho más fácil hablar de esto que hace cinco años atrás", comenta.

Sólo en Chile cuentan con 40 inversionistas, los cuales no sólo están satisfechos por los resultados financieros, sino por la posibilidad de tener un efecto social positivo. "Pocas inversiones te dan satisfacciones como estos fondos. Por un lado, colaboras para que jóvenes puedan estudiar", dice Ernesto Ezquerra, asesor comunicacional del grupo Angelini e inversionista del fondo, "por otro lado, tienes gestores que administran muy bien los fondos".

Tomás Morales, otro de los inversionistas de Lumni y gerente general de Binaria S.A., concuerda con esta apreciación. "Financieramente han demostrado ser fondos de bajo riesgo y de retorno razonable. Si el inversionista además busca un retorno social, ésta es una excelente alternativa", dice.

Gran parte de los inversionistas provienen de los grupos Angelini y Masisa. El Fondo de Inversión Social (FIS) también participa, enfocando su inversión de un millón de dólares en la educación técnica. A esto se suman los planes de empresas y centros de estudios, que han manifestado su interés por tener sus propios fondos, para financiar a estudiantes en áreas de específicas relacionadas con sus preocupaciones.

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