El vicepresidente de EE UU ha reunido con los tres candidatos a suceder a Felipe Calderón
EE UU reafirma su neutralidad en las elecciones mexicanas
LUIS PRADOS México 6 MAR 2012 - 03:19 CET
Un viaje relámpago y una maratón política. El vicepresidente de EE UU, Joe Biden, se ha entrevistado este lunes durante más de cuatro horas con las cuatro estrellas del actual firmamento político mexicano y paradójicamente el más duro ha sido el presidente Felipe Calderón, quien ha urgido a la Administración de Obama a tomar más medidas para frenar el tráfico ilegal de armas a su país y el lavado de dinero. Seguridad y migración han dominado las conversaciones que ha mantenido Biden por separado en un lujoso hotel de la capital mexicana con los tres candidatos a la presidencia del país en las elecciones del 1 de julio.
Calderón y Biden han acordado durante su encuentro en la residencia oficial de Los Pinos profundizar en la “asociación estratégica” entre los dos países, si bien el mandatario mexicano ha subrayado la “necesidad prioritaria” de que el Gobierno de EE UU refuerce las acciones contra el tráfico de armas hacia México y contra el blanqueo de dinero. Calderón ha insistido mucho recientemente en este tema -la última vez durante su viaje a Ciudad Juárez el pasado 16 de febrero- por considerarlo una de los principales factores que alimentan la violencia que sufre el país, que ha causado cerca de 50.000 muertos, según datos oficiales, desde 2006.
Calderón y Biden han acordado profundizar en la “asociación estratégica” de los dos países
Ambos políticos han conversado sobre la complementariedad de las economías de sus países así como de la próxima cumbre del G-20, que se celebrará en junio en México, y han coincidido, según el comunicado oficial, en destacar “la contribución de los emigrantes a sus comunidades de origen y destino”. Casi 12 millones de mexicanos viven en EE UU y la reforma migratoria es una de las grandes asignaturas pendientes de la actual presidencia de Obama.
Por la tarde, Biden ha recibido uno a uno, durante 45 minutos y por riguroso orden alfabético, a los tres aspirantes a suceder a Calderón. Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la izquierda (PRD), le ha trasladado la necesidad de que EE UU y México pongan en pie “un nuevo modelo de cooperación para el desarrollo”, que no se base solo en un enfoque militar, en la inseguridad y en la violencia, y que sirva para “atemperar el fenómeno de la migración con empleos, trabajo y desarrollo”.
Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha abogado por un acuerdo migratorio beneficioso para los dos países y se comprometió a seguir combatiendo al crimen organizado. “Dejé claro”, ha dicho el candidato al término de la reunión, “mi especial interés en combatir el crimen con mayor eficacia y que la decisión no es si hay que combatirlo o no, sino cómo”.
Sorprende que la cooperación económica no haya tenido más relieve
Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional (PAN), ha expresado su deseo de que el problema migratorio no se convierta en un arma electoral cuando los dos países celebran este año comicios presidenciales. “Le pedí al vicepresidente que trabajemos ambos gobiernos por evitar que la agenda migratoria se convierta en una agenda electorera, de polarización política”, ha afirmado.
Biden ha garantizado a los tres candidatos la neutralidad de EE UU durante el proceso electoral y su voluntad de cooperar con cualquiera que sea el vencedor.
Sorprende a tenor del comunicado oficial de la presidencia mexicana y de las declaraciones de los candidatos que la cooperación económica no haya tenido más relieve, más allá de la retórica propia de estos encuentros, cuando la consolidación de la incipiente recuperación económica de EE UU es crucial para el bienestar de México y en un momento de creciente competencia de las exportaciones de China y Corea del Sur.
El vicepresidente de EE UU llega el martes a Honduras, donde se entrevistará primero con el presidente Porfirio Lobo y participará después en un almuerzo de trabajo con todos los mandatarios de Centroamérica en el que se tratarán los problemas de seguridad y narcotráfico.
El presidente de Guatemala, el exgeneral Otto Pérez Molina, aprovechará la cita para presentar de manera oficial su propuesta de iniciar un debate internacional sobre la despenalización de las drogas, a la que se han sumado varios gobernantes de la región, según informa la agencia Efe que cita a un portavoz de la presidencia guatemalteca. Pérez Molina quiere también lanzar su iniciativa durante la Cumbre de las Américas que se celebrará en Cartagena de Indias (Colombia) a mediados de abril. El Gobierno de EE UU no rechaza ese diálogo, pero de momento no parece proclive a la despenalización de las drogas y menos aún en año electoral.
Un viaje relámpago y una maratón política. El vicepresidente de EE UU, Joe Biden, se ha entrevistado este lunes durante más de cuatro horas con las cuatro estrellas del actual firmamento político mexicano y paradójicamente el más duro ha sido el presidente Felipe Calderón, quien ha urgido a la Administración de Obama a tomar más medidas para frenar el tráfico ilegal de armas a su país y el lavado de dinero. Seguridad y migración han dominado las conversaciones que ha mantenido Biden por separado en un lujoso hotel de la capital mexicana con los tres candidatos a la presidencia del país en las elecciones del 1 de julio.
Calderón y Biden han acordado durante su encuentro en la residencia oficial de Los Pinos profundizar en la “asociación estratégica” entre los dos países, si bien el mandatario mexicano ha subrayado la “necesidad prioritaria” de que el Gobierno de EE UU refuerce las acciones contra el tráfico de armas hacia México y contra el blanqueo de dinero. Calderón ha insistido mucho recientemente en este tema -la última vez durante su viaje a Ciudad Juárez el pasado 16 de febrero- por considerarlo una de los principales factores que alimentan la violencia que sufre el país, que ha causado cerca de 50.000 muertos, según datos oficiales, desde 2006.
Calderón y Biden han acordado profundizar en la “asociación estratégica” de los dos países
Ambos políticos han conversado sobre la complementariedad de las economías de sus países así como de la próxima cumbre del G-20, que se celebrará en junio en México, y han coincidido, según el comunicado oficial, en destacar “la contribución de los emigrantes a sus comunidades de origen y destino”. Casi 12 millones de mexicanos viven en EE UU y la reforma migratoria es una de las grandes asignaturas pendientes de la actual presidencia de Obama.
Por la tarde, Biden ha recibido uno a uno, durante 45 minutos y por riguroso orden alfabético, a los tres aspirantes a suceder a Calderón. Andrés Manuel López Obrador, el candidato de la izquierda (PRD), le ha trasladado la necesidad de que EE UU y México pongan en pie “un nuevo modelo de cooperación para el desarrollo”, que no se base solo en un enfoque militar, en la inseguridad y en la violencia, y que sirva para “atemperar el fenómeno de la migración con empleos, trabajo y desarrollo”.
Enrique Peña Nieto, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), ha abogado por un acuerdo migratorio beneficioso para los dos países y se comprometió a seguir combatiendo al crimen organizado. “Dejé claro”, ha dicho el candidato al término de la reunión, “mi especial interés en combatir el crimen con mayor eficacia y que la decisión no es si hay que combatirlo o no, sino cómo”.
Sorprende que la cooperación económica no haya tenido más relieve
Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional (PAN), ha expresado su deseo de que el problema migratorio no se convierta en un arma electoral cuando los dos países celebran este año comicios presidenciales. “Le pedí al vicepresidente que trabajemos ambos gobiernos por evitar que la agenda migratoria se convierta en una agenda electorera, de polarización política”, ha afirmado.
Biden ha garantizado a los tres candidatos la neutralidad de EE UU durante el proceso electoral y su voluntad de cooperar con cualquiera que sea el vencedor.
Sorprende a tenor del comunicado oficial de la presidencia mexicana y de las declaraciones de los candidatos que la cooperación económica no haya tenido más relieve, más allá de la retórica propia de estos encuentros, cuando la consolidación de la incipiente recuperación económica de EE UU es crucial para el bienestar de México y en un momento de creciente competencia de las exportaciones de China y Corea del Sur.
El vicepresidente de EE UU llega el martes a Honduras, donde se entrevistará primero con el presidente Porfirio Lobo y participará después en un almuerzo de trabajo con todos los mandatarios de Centroamérica en el que se tratarán los problemas de seguridad y narcotráfico.
El presidente de Guatemala, el exgeneral Otto Pérez Molina, aprovechará la cita para presentar de manera oficial su propuesta de iniciar un debate internacional sobre la despenalización de las drogas, a la que se han sumado varios gobernantes de la región, según informa la agencia Efe que cita a un portavoz de la presidencia guatemalteca. Pérez Molina quiere también lanzar su iniciativa durante la Cumbre de las Américas que se celebrará en Cartagena de Indias (Colombia) a mediados de abril. El Gobierno de EE UU no rechaza ese diálogo, pero de momento no parece proclive a la despenalización de las drogas y menos aún en año electoral.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario