Permitiría a los empleadores no dar cobertura de anticonceptivos por razón de conciencia
EVA SÁIZ Washington 2 MAR 2012 - 01:37 CET
El Senado de Estados Unidos ha rechazado la enmienda presentada por el senador republicano Roy Blunt que abogaba por permitir a los empresarios y a las compañías de seguros rechazar “por cuestiones religiosas y morales” la cobertura de métodos anticonceptivos y otros tratamientos médicos a sus empleadas.
La votación, resuelta por un margen de tres votos -51 en contra y 48 a favor, más estrecho del esperado-, implica un apoyo por parte de la Cámara Alta a la política sanitaria en materia anticonceptiva del presidente Barack Obama. Como estaba previsto, todos los representantes republicanos, salvo una senadora que ya anunció que no apoyaría la enmienda, y tres demócratas, han votado a favor.
El verano pasado Obama presentó su política anticonceptiva que incluía, tal y como establecía la reforma sanitaria de 2010, la cobertura gratuita de los anticonceptivos por parte de los empresarios y las compañías aseguradoras. Durante la sesión de hoy, los defensores de la enmienda han esgrimido argumentos a favor de la libertad religiosa. Los republicanos consideran que la norma de Obama obliga a las instituciones religiosas a ir en contra de sus principios para garantizar a sus empleadas el acceso gratuito a métodos anticonceptivos. “El presidente está pisoteando la libertad religiosa” ha declarado el senador republicano por Nebraska Mike Johanns.
Los republicanos creen que la norma de Obama obliga a las instituciones religiosas a ir en contra de sus principios
Los demócratas, por su parte, han criticado el riesgo que la enmienda Blunt suponía para los derechos de la mujer y de las minorías, y sostienen que la propuesta solo trataba de minar la reforma sanitaria. La senadora por el Estado de Maryland Barbara A. Mikulski se ha felicitado por el resultado de la votación y ha subrayado que la propuesta forma parte de la “guerra sistemática de los republicanos contra las mujeres”.
Aunque el presidente ya recalcó en verano que todos los empresarios y las compañías de seguros debían cubrir los gastos de los métodos anticonceptivos a sus empleados, fueron las explicaciones de la secretaria de Salud, Kathleen Sebelius, el 20 de enero -recordando que esa obligación incluía a las instituciones católicas-, las que provocaron una dura oposición por parte de la jerarquía católica. Para paliar el malestar de un grupo que tradicionalmente apoya a los demócratas, en pleno año electoral, en febrero Obama modificó la norma para que las empresas religiosas no tuvieran que hacerse cargo del abono de los anticonceptivos cuyo coste correría a cargo de las aseguradoras.
La polémica en torno a la enmienda Blunt no ha enfrentado únicamente a republicanos y demócratas. También se ha colado en la lucha por las primarias de los conservadores. Las posturas de cada uno de los candidatos sobre política anticonceptiva han centrado buena parte de los debates y del contenido de sus comparecencias. Ayer Mitt Romney, durante una entrevista en una televisión de Ohio, dijo estar en contra de la enmienda Blunt. Horas después tuvo que rectificar en un programa de radio excusándose en que había entendido mal la pregunta del periodista. Un desliz al que ha aludido su principal oponente en la lucha por la candidatura republicana a la Casa Blanca, Rick Santorum, durante una comparecencia en Fargo para destacar sus valores republicanos frente a los de Romney: “Si a mí me hubieran hecho esa pregunta, mi reacción inmediata hubiera sido: ‘Hay que defender la Primera Enmienda; hay que defender la libertad religiosa”.
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