Decenas de estudiantes se encierran de forma indefinida en la Universidad de Barcelona
El rectorado denuncia la ocupación del centro y pide a Interior su desalojo
El presidente de la Generalitat llama a la prudencia, el orden y la serenidad
Alumnos de la UAB cortan la autopista y bloquean por unas horas los accesos al campus
IVANNA VALLESPÍN Barcelona 1 MAR 2012 - 09:07 CET
El día de hoy se ha levantado con varias facultades ocupadas: el edificio histórico de la Universidad de Barcelona (UB), la Autónoma (UAB) y la Rovira y Virgili. En la UB decenas de estudiantes han pasado la noche en el vestíbulo. El ambiente esta mañana en el vestíbulo del edificio era de calma y coordinación. Cinco personas se turnan desde ayer distribuyendo agua y bocadillos a todo el que se acerque a una esquina del salón que permanece tomada por decenas de garrafas y utensilios de cocina. “Sólo tenemos comida para hoy porque no tenemos forma de guardar alimentos perecederos”, ha dicho una de las integrantes de la denominada “comisión de cocina”. El resto, pinta consignas en sábanas y cartones y debate en pequeños grupos en los que pueden oírse preguntas como “¿Qué es más grave, que se rompa un escaparate o que se roben millones de euros?”.
Siguiendo el espíritu del movimiento 15-M, unos 150 jóvenes han celebrado a mediodía una asamblea, en la que han decidido estructurar la convivencia en cinco comisiones de trabajo. Más allá, los estudiantes se han emplazado a una nueva asamblea a las 21.00 horas para decidir si acampan indefinidamente en la UB. Todo ello, bajo la amenaza de desalojo del edificio por parte de los Mossos, que tanto el centro como la Generalitat han confirmado que se producirá pronto.
Estudiantes bloqueando los accesos a la Universidad Autónoma de Barcelona. /ALBERT GARCÍA
El vicerrector de la UB Carles Carreras ha reiterado que ha vuelto a solicitar la intervención de los Mossos, igual que ya hizo ayer para evitar problemas de higiene y seguridad en el edificio. La universidad no quiere que, de ninguna forma, se repita la ocupación de cuatro meses que se produjo en 2008 en el marco de las protestas en contra del Plan Boloña. "No vamos a tolerar que la universidad se convierta en un hotel", ha sentenciado Carreras.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha llamado hoy "a la prudencia, al orden y a la serenidad". Desde Marruecos, donde se halla en viaje oficial, Mas ha defendido el derecho a la "expresión libre de todas las protestas", pero ha asegurado que éstas deben producirse "dentro de un orden para no perjudicar los intereses de mucha otra gente que no protesta, que en definitiva es la mayoría". En opinión del presidente de la Generalitat el corte de calles y los incidentes vividos en el centro de Barcelona "sobrepasan los límites". "Nadie en este momento está tomando decisiones impopulares por capricho. A los gobiernos no les gusta quedar mal. Si se toman decisiones difíciles es por el bien común", ha concluido el presidente, informa Miquel Noguer.
Después de la jornada de huelga vivida ayer en las siete universidades públicas catalanas, los estudiantes de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) son los únicos que han decidido alargar la protesta con una segunda jornada de paro, que se ha iniciado de la misma forma que ayer, con cerca de un centenar de estudiantes cortando de la autopista AP-7 y los laterales de la B-30 en Cerdanyola del Vallès, a la altura del campus. El bloqueo de la vía se ha realizado a las ocho de la mañana y ha durado diez minutos, pero posteriormente los jóvenes han bloqueado con contenedores los accesos por carretera al campus. A las 10.30 horas, los servicios de seguridad del centro e incluso algunos alumnos que querían acceder al recinto han retirado las barricadas y el campus ha quedado abierto. La Universidad tampoco ha contado con servicio de Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (FGC) durante la mañana y los trenes no han hecho parada en la UAB hasta las 12 del mediodía.
La calma ha reinado en el campus, que ha funcionado a medio gas. Por la mañana se podían ver decenas de coches, que no habían podido acceder, aparcados en las cunetas del perímetro del campus y a media mañana los aparcamientos presentaban una ocupación irregular, entre un 10 y un 90%, según la facultad, respecto un día habitual. Pese al paro, las facultades de Ciencias, Veterinaria, Traducción y la Escuela de Ingeniería han impartido clases.
Muchos alumnos han declinado desplazarse hoy hasta la UAB, debido al bloqueo que han realizado los piquetes. Es el caso de los compañeros de Carla Mas, estudiante de cuarto curso de Derecho y Administración y Dirección de Empresas. Carla sí ha llegado a la facultad, ya que vive en la Vila Universitaria y ha accedido a pie, pero denuncia la actitud de los convocantes de la huelga de este jueves. “Hoy teníamos que haber hecho clase, ayer ya hicimos la protesta y pudimos explicar nuestras reivindicaciones. No nos tendrían [los piquetes] que quitar el derecho a hacer clase, la huelga no es algo que se imponga”, critica la estudiante.
Algo parecido le ha sucedido a Montse, una alumna de cuarto de Económicas que se ha quedado sin hacer ninguna de sus tres clases programadas para hoy. “En la primera el profe no estaba; en la segunda éramos cuatro y hemos decidido suspender las clases; y la última, que era por la tarde, ya nos ha avisado el maestro que no vendrá”, abunda Montse, quien apoya los motivos de la huelga, pero se opone a los actos violentos y las destrozas provocadas en el campus. “Han destrozado un cajero automático, no me parece bien”.
También en la Universidad Rovira i Virgili (URV) de Tarragona un grupo de estudiantes ha pasado la noche en el centro. Los tres campus de la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona están funcionando esta mañana con normalidad y han reanudado su actividad académica habitual sin que se hayan registrado ni ocupaciones ni protestas.
También reinaba la tranquilidad hoy en la plaza de Espanya y en los alrededores de la Fira de Barcelona, sede del Mobile World Congress, que presentaba absoluta normalidad en su última jornada después de que ayer por la tarde los Mossos tuviesen que acordonarla ante las protestas de los jóvenes, informa Jesús Arrrayás.
Por su parte, el consejero de Interior, Felip Puig, ha atribuido a "profesionales de la violencia" los disturbios que vivió ayer Barcelona tras la protesta estudiantil y ha pedido a la ciudadanía que denuncie a estos "grupos violentos", que atentan contra el derecho de manifestación. Precisamente el Ayuntamiento de Barcelona ha cuantificado hoy en 17.961 euros los desperfectos en mobiliario urbano causados ayer durante la huelga. Un grupo de un centenar de violentos quemaron nueve contenedores, rompieron otros cuatro, y dañaron una papelera y cinco parquímetros. La cifra también incluye el borrado de las pintadas realizadas en el suelo y en fachadas de edificios.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario