martes, 11 de septiembre de 2012

DECLARACIÓN PÚBLICA

“...Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor...” Salvador Allende Santiago de Chile 11 de septiembre de 1973.

El Golpe de Estado que más repudio ha generado en el mundo entero, irrumpió en nuestro país cuando se afianzaba un proceso de cambios políticos, sociales y económicos que favorecían a los trabajadores, a los pobladores, a los jóvenes, a las mujeres y niños de todo Chile. En ese preciso momento, la sedición, la traición y alevosía de los que sintieron afectados sus intereses y privilegios, respondió a sangre y fuego en contra de las instituciones democráticas y del pueblo soberano. Esta vez no se trataba de un sector de la burguesía arrebatando el poder a otro para luego “reconciliarse”, olvidar y seguir explotando a las mayorías, como ocurrió en otras coyunturas históricas.

En esta ocasión era todo el sistema capitalista que se defendía de la osadía del pueblo de querer construir con sus manos, su propio futuro. Fueron los latifundistas con su radio Agricultura, los grandes empresarios textiles, los dueños de la prensa escrita como la cadena mercurial, las transnacionales del saqueo permanente como la ITT, las empresas norteamericanas que perdieron la propiedad del cobre, los sectores conservadores de la Iglesia con el canal 13 y el cura Hasbún, el facismo ideológico y terrorista con Pablo Rodríguez y Roberto Thieme, la derecha disfrazada de democrática tras la flecha manchada de rojo de la ex Falange. Todos bajo la batuta financiera y militar del imperialismo norteamericano para hacer lo que han hecho siempre: recurrir a la violencia armada para aplastar a sus oponentes cuando sus intereses están amenazados.

Muchos hombres, mujeres y niños cayeron esa jornada fatal del martes 11 de septiembre de 1973, y siguieron cayendo en los siguientes 18 años defendiendo los mismos ideales de libertad, soberanía y justicia social por los que entregó su vida el Presidente Mártir. ¡Honor y Gloria para todos ellos!

Los ex Prisioneros Políticos de Chile queremos rendir un homenaje a la verdad histórica tanto como a nuestro Presidente asesinado, a nuestros Desaparecidos, a nuestros Ejecutados y a nuestros sobrevivientes, porque nuestra verdad duele, incomoda y pesa.

Duele, a los que han hecho un mea culpa sincero, se han arrepentido y han pedido perdón por los crímenes que desataron con su locura antipopular.

Incomoda a los que buscan todos los días, acuerdos de gobernabilidad para no perder la cuota de privilegios que han logrado usurpando la representación del pueblo.

Pesa a los criminales que están pagando con cárcel su ensañamiento alevoso y a los que aún corren libres escondiendo su trasero de la justicia que, además de ciega, parece sorda.De lo que se trata, es de responder con honestidad a la pregunta que cercena los sentidos y la conciencia del pueblo chileno de hoy: ¿por qué la tragedia del 73 mantiene todas las heridas abiertas y cada nueva generación vuelve a repudiar a los criminales?

Los fariseos seguirán insistiendo en el “resentimiento” y la “venganza”. ¡Allá ellos!

Los jóvenes movilizados y en paro, las organizaciones regionales exigiendo activamente soluciones, los trabajadores tratando de zafarse de las ataduras que le han puesto los partidos del binominal, las minorías reivindicando su derecho a existir con dignidad, el pueblo Mapuche que no se doblega ante los empresarios forestales y el terrorismo de estado impuesto por las dos derechas del cogobierno, son la respuesta a esa pregunta casi ingenua.

La única verdad es que la dictadura cívico militar aún no termina. Permanece en la Constitución del 80 cuyo maquillaje laguista se cae a pedazos todos los días, en el Plan Laboral de José Piñera que mantiene la atomización sindical, en el modelo previsional que condena a la tercera edad a la extrema pobreza, en la ley antiterrorista que se aplica a la juventud y a los Mapuches, pero no a los empresarios forestales descubiertos con armamento de guerra, en la propiedad de los medios masivos de comunicación, en un Congreso que es caja de resonancia de las políticas de La Moneda.

Las heridas sanarán solo en la medida en que el sistema político responda a las demandas y necesidades sociales en educación, salud, previsión, trabajo, cultura, derechos humanos y deje de ser el instrumento de los grandes empresarios para enriquecerse saqueando al país y los bolsillos de los trabajadores.

No serán los complotadores y putchistas de ayer, ni los obsecuentes de hoy, ni los que miraron para el lado, ni sus herederos políticos los que cambiarán este estado de cosas.

Solo las nuevas generaciones, los nuevos movimientos sociales, los nuevos líderes los que podrán reconstruir el camino de la soberanía y la justicia social. Y los viejos adoradores de sus privilegios deberán dar un paso al costado, refundarse o desaparecer.

Los ex Prisioneros Políticos nos hemos comprometido con la recuperación y construcción de la democracia, en eso hemos estado toda nuestra vida, antes, durante y después del Golpe de Estado.

¡ADELANTE CON EL MOVIMIENTO SOCIAL! DEFENSA Y PROMOCIÓN DE TODOS LOS DERECHOS HUMANOS!

Coordinador Zonal Centro Sur ex Prisioneros Políticos de Chile
Santiago, 11 de septiembre de 2012

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