jueves, 27 de septiembre de 2012

Obama pasa al ataque contra Romney y su historial empresarial

Obama, durante si mitin en la universidad de Kent. / JASON REED (REUTERS)

ELECCIONES EE UU 2012

El presidente asegura que cuando dirigía la empresa Bain Capital, Romney destruyó numerosos puestos de trabajo

DAVID ALANDETE Kent 27 SEP 2012 - 01:38 CET

Disparado en las encuestas, Barack Obama hizo campaña este miércoles en el Estado decisivo de Ohio, con duras críticas a su adversario, Mitt Romney, por su historial en creación de empleo y por su externalización de empleos a China cuando dirigía la empresa de inversión de riesgos Bain Capital. En estas elecciones norteamericanas el de la rivalidad con China en el sector manufacturero, y la pérdida de puestos de trabajo consiguiente, es un asunto de crucial importancia, sobre todo en Estados del Medio Oeste industrial como es Ohio, donde los candidatos deben ganar para llegar a la Casa Blanca. La de ayer fue la visita número 13 de Obama a Ohio en lo que va de año.

“Mi oponente ha pasado mucho tiempo en Ohio recientemente. Y ha tenido duras palabras sobre China”, dijo Obama. “Dice que va a luchar con ellos. Que va a perseguir a los que hacen trampas [en el comercio internacional]. Debo admitir que el mensaje que transmite ahora es mejor que el que transmitía todos aquellos años en los que se beneficiaba de inversiones en empresas que externalizaban puestos de trabajo a China. Cuando le oímos, con esa indignación que ha descubierto ahora, cuando emite esos anuncios en los que promete mano dura contra China, pienso que debería haber protegido más los corrales. No es algo muy creíble. Porque no ha sido su postura hasta que hemos entrado en elecciones, claro”.

Obama, en una gira de dos mítines en el norte industrial de Ohio, apeló al voto que le puede otorgar la victoria en las elecciones de noviembre: el de los jóvenes, las mujeres y las minorías. Ante una multitud de gente diversa, en la que quedaban representadas ampliamente esas bases, en en el estadio de la universidad estatal de Kent, el presidente defendió sus reformas, pero advirtió a sus electores: “El cambio aun no ha culminado. El cambio cuesta. Tardará en llegar más de cuatro años, más de una legislatura, más de un presidente. Y desde luego no llegará pronto si dejamos de contar al 47% del electorado”.

Fue la referencia de la noche, lo que enardeció más a estas bases: la mención del discurso de Romney, pronunciado en privado en mayo, en el que dijo que “hay un 47% de votantes que respaldarán al presidente pase lo que pase” porque “piensan que son víctimas y que además creen que el Gobierno tiene la responsabilidad de cuidar de ellos". Un vídeo de ese encuentro se filtró a los medios este mes. “Nosotros somos ese 47%”, le gritaban a Obama desde las gradas de este estadio. Obama supo aprovechar el enfado de sus bases con Romney: “Mis políticas no van destinadas a crear empleo para demócratas o para republicanos. Son para crear empleo para toda la nación”.

Obama se presentó como un presidente que ha aspirado al consenso, y mencionó todos los asuntos con los que espera animar al voto para mantenerse en la Casa Blanca: su apoyo a la igualdad de los gais y al derecho de las mujeres a elegir sobre la interrupción del embarazo; el plan de estímulo y los rescates que han mejorado las cifras de empleo en Ohio; la reforma sanitaria, y las ayudas educativas. “Es algo que los republicanos no ven, pero a los jóvenes nos importan también los asuntos sociales, y en ese apartado, Obama tiene garantizado nuestro voto”, dijo James King, de 19 años, que lleva 13 meses de voluntario en la campaña del presidente.

A Obama le presentó a ante los estudiantes un joven que estudia Ciencia Política aquí en Kent. Bryan Saul, de 22 años, conoció brevemente al presidente entre bastidores. Obama le aconsejó que se pusiera la camisa por dentro de los pantalones. Rió cuando se le preguntó si el presidente ha perdido fuelle entre sus bases. “Desde luego, eso no es lo que se ha visto aquí esta tarde. El presidente sigue despertando la misma ilusión entre muchos jóvenes que hace cuatro años”, dijo. Como Bryan, muchos jóvenes que no pudieron votar en 2008 lo harán ahora, y los sondeos indican que los electores de menor edad gravitan también hacia Obama.

Obama hizo coincidir su último mitin en Ohio con otro del candidato republicano, en la zona de Toledo. Romney acababa con él una gira republicana de tres días por el Estado. Se marchaba con malas noticias para su campaña. El último sondeo efectuado en Ohio, por la universidad de Quinnipiac, le otorga a Obama 10 puntos de ventaja sobre él en este Estado Ohio. Y Romney necesita ganar Ohio, porque no hay candidato republicano que haya llegado a la Casa Blanca en la historia moderna de EE UU que no haya ganado en Ohio. Es imprescindible, y un indicador de la situación a nivel nacional.

Obama también habló de la economía, muy importante para los electores en Ohio. Defendió unas reformas que, según su campaña, han creado 182.800 puestos de trabajo en este Estado desde marzo de 2010. Ahora, el desempleo en Ohio es del 7,2%, casi un punto por debajo de la media nacional. “El estímulo económico de Obama ha tenido un gran impacto en esta zona”, comentaba Michael Awais, de 52 años, tras el mitin. Este pequeño empresario ha abierto recientemente un restaurante en Kent, en el que emplea a 46 personas. “Con el estímulo se construyó un aparcamiento, que revitalizó el centro de la ciudad y me permitió abrir mi negocio”, explicó.

Si la concurrencia a los mítines es un indicador, al de Obama acudieron unas 6.600 personas, según la policía. En el de Romney en Westerville, por la mañana, había algo más de un millar. A Obama acudieron a verle, sobre todo, estudiantes. En el de Romney, la edad media superaba los 60 años. El problema para Obama en Ohio es que los sondeos deben traducirse en votos, y los jóvenes son menos dados a acudir a las urnas. Por eso, cuando mencionaba a Romney en su discurso, y los jóvenes abucheaban, les respondía con un lema machacón e insistente: “No abucheéis. Votad”.

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