El presidente de Bielorrusia, Alexsander Lukashenko
La oposición ha pedido a la población que no acuda a las urnas
RAFAEL M. MAÑUECO / CORRESPONSAL EN MOSCÚ
Día 23/09/2012 - 03.34h
Los seis principales partidos de oposición bielorrusos han pedido a la ciudadanía que no participe mañana en las elecciones parlamentarias. Han comprendido que el presidente Alexánder Lukashenko, en el poder desde 1994 y a quien en Occidente se le considera el último dictador de Europa, ha puesto toda la carne en el asador para impedir que puedan colocar en la Cámara legislativa ni siquiera un diputado.
Así sucedió en las anteriores legislativas, en septiembre de 2008, cuandola totalidad de los 110 escaños del Parlamento cayeron en manos de gente afín a Lukashenko. Los métodos empleados por el autócrata bielorruso son ya conocidos: monopolización de los medios de comunicación, dificultades al derecho de reunión de sus adversarios y arrestos cada vez que éstos tratan de ponerse en contacto con los electores. Las organizaciones defensoras de los Derechos Humanos han denunciado detenciones de activistas en distintas ciudades del país a comienzos de mes. El ex presidente bielorruso, Stanislav Shushkévich ha calificado de «farsa» los comicios de mañana.
No habrá observadores internacionales, salvo los que envíe Rusia y alguna otra ex república soviética. Unos porque han decidido secundar así el boicot electoral y otros, como ha sido el caso de algunos alemanes, porque se les ha negado el visado.
Lukashenko no sólo amañó a fondo las legislativas de 2008 sino también las presidenciales de diciembre 2010, cuando se proclamóvencedor para un nuevo mandato de cinco años. Las protestas que se desencadenaron tras aquella votación fraudulenta fueronreprimidas contundentemente. Centenares de personas fueron aparar a prisión, incluidos algunos de los candidatos que le disputaron a Lukashenko la presidencia. De hecho, la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)jamás reconoció como democráticas unas elecciones en Bielorrusia desde que el actual jefe del Estado apareció en escena.
El resultado es que el régimen bielorruso se encuentra aislado. Su único valedor en la actualidad es el jefe del Kremlin, Vladímir Putin, quien hace una semana recibió a Lukashenko en su residencia de Sochi, en el Mar Negro. Tanto la Unión Europea como Estados Unidos mantienen un régimen de sanciones que podría endurecerse todavía más si los ataques a las libertades se recrudecen.
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