miércoles, 26 de diciembre de 2012

Rubalcaba no se lo dice a nadie

EFE
Rubalcaba, junto a la portavoz parlamentaria del PSOE, la pasada semana en el Congreso


En espera de que la crisis desfonde a Rajoy, el líder del PSOE oculta a todos si aspirará a La Moncloa. Griñán, apartado ya de Chacón, vuelve a exigir a Rubalcaba que ponga las cartas boca arriba

S. E. / MADRID
Día 26/12/2012 - 14.37h

Ni a los más íntimos del partido, con los que en teoría mantiene relación de mayor confianza, confiesa Alfredo Pérez Rubalcaba si va a aspirar o no a La Moncloa en nombre del PSOE. «A nadie, no hay manera, ni a Óscar López», enfatiza uno de los integrantes de la Ejecutiva socialista, mencionando al secretario de Organización de Ferraz. La duda y el deseo evidente de Rubalcaba de ganar tiempo (a poder ser, todo el 2013) están sacando de quicio a más de uno y provocando que una y otra vez aflore el debate sobre la candidatura. Justo lo contrario de lo que quería el secretario general.

El último ha sido otra vez José Antonio Griñán, que ha vuelto a meter prisas ahora, cuando Rubalcaba creía haber aplacado temporalmente a los barones con su plan para rellenar el año que empieza de mini cumbres orgánicas, reflexiones profundas y otros entretenimientos. Solo Tomás Gómez, el jefe del poderoso PSM, levantó la voz para cuestionar en público los rodeos de Rubalcaba, los mismos que sus colegas cuestionan en privado:

Pero en todo lo que está por pasar, una figura clave es Griñán. Salta a la vista que ha dejado atrás sus preferencias por Carme Chacón.Un miembro de la dirección socialista asegura que el mandatario andaluz se ha apartado de las ambiciones de la ex ministra: «no la ve, ya no la ve dirigiendo el partido». Pero eso tampoco quiere decir que se haya puesto del lado de Rubalcaba. La invitación a que el jefe del PSOE enseñe sus cartas y desvele cuanto antes si va a protagonizar segundo intento a la Presidencia del Gobierno tiene trampa, por el desgaste que eso conllevaría para Rubalcaba. Otra voz de la Ejecutiva de Ferraz previene de simplificar las relaciones entre uno y otro en términos de amor u odio: «ni se han llevado tan mal como se ha dicho, ni se llevan tan bien como se ha contado después».

Griñán sólo está comprometido consigo mismo y con su fe ciega en que la reflotación del PSOE se producirá cuando recupere el discurso «de país», la E final de sus siglas, que él pretende abanderar, eso sí, con reformulación territorial inlcuída a mayor beneficio de Andalucía y su financiación. Será leal en la medida en que esa visión suya prospere y, si no lo hace, habrá que estar atentos a sus toques de atención a Rubalcaba y los que haga su primera lugarteniente Susana Díaz, que a duras penas pudo disimular tras el desastre del 25-O las ganas de que su jefe Griñan dé el salto. Él dice hoy que no, pero poco le costará cambiar de parecer en nombre del bien común. También abomina de un congreso extraordinario, pero bien es sabido que, como otros clásicos del PSOE, peor

En tanto, muy cerca de Rubalcaba, -aunque no tanto como en la intimidad de la «comisión permantente del PSOE» que se limita a aplaudir al líder-, reconocen que el secretario general huye de precipitarse y calla en espera de la crisis haga naufragar a Mariano Rajoy este 2013. Entonces habría llegado la oportunidad de Rubalcaba de emular a Hollande. Eso si la ansiedad de un socialismo en caída libre no le arrastra primero a él y el debate sobre la candidatura condena a un tercer plano, como viene haciendo, todos los mensajes de Ferraz. El día 12, fecha de Comité Federal, se verá cómo va de fuerzas cada tendencia.

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