CRISIS EN EL SÁHARA
Al menos 11 islamistas y siete extranjeros fallecen en una dramática operación de rescate
Los militares solo controlan una parte de las instalaciones, según la agencia estatal argelina
Estupor en las cancillerías occidentales por la actuación del Ejército argelino
EDITORIAL: Argelia se precipita
EL PAÍS Madrid 18 ENE 2013 - 13:03 CET
La pesadilla que se vive en la planta gasística argelina situada cerca de In Amenas, en el sureste del país, se prolonga este viernes tras confirmarse que la operación del Ejército argelino contra los terroristas sigue en marcha y que quedan aún rehenes en el lugar. Hasta ahora, el asalto que las fuerzas de seguridad iniciaron el jueves a mediodía arroja un dramático balance de 30 muertos, entre ellos siete extranjeros, según un recuento de Reuters basándose en fuentes de la seguridad argelina. Se desconoce la situación de al menos 14 japoneses y 8 noruegos.
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Las instalaciones siguen rodeadas ya que solo una parte de las mismas se encuentran bajo control de los militares, han señalado fuentes oficiales a la agencia estatal APS. De acuerdo con esas informaciones, los islamistas se habrían hecho fuertes en otra parte del complejo, donde mantendrían un número indeterminado de rehenes.
Un rehén argelino liberado este viernes por la mañana junto a un francés, tres ingleses y un escocés ha asegurado a la radio francesa Europe 1 que el Ejército ha abatido a "la mayoría de los secuestradores" y que todavía hay algunos rehenes en la planta. "Varios [captores] han huido, y quizá queden algunos en el complejo", ha añadido. Fuentes de la seguridad argelina citadas por AFP han confirmado que un grupo de asaltantes sigue atrincherado en las instalaciones.
El ministro argelino de Comunicación, Mohamed Said, informó en la noche del jueves de que los terroristas, de distintas nacionalidades, procedían de Libia y que por lo menos 11 de ellos, entre los que se encontraba el líder de la célula, Abu al Baraa, habían sido abatidos.
EL PAÍS
La operación ha provocado el estupor en países implicados, como Reino Unido o Noruega, que han criticado la falta de información por parte de Argel. Reino Unido no ha sido informado de antemano de la intervención y el primer ministro británico, David Cameron, calificó de "peligrosa" e "incierta". "Los argelinos son conscientes de que hubiéramos preferido ser avisados con antelación", ha asegurado un portavoz británico de Exteriores.
En Japón, el primer ministro ha llamado este viernes al embajador argelino para pedir explicaciones. El Gobierno japonés desconoce la situación de 14 de sus empleados y tres han sido liberados.
En Francia, el ministro del Interior ha informado de que dos de sus nacionales consiguieron escapar de la planta gasística, pero añadió que desconoce la situación de los demás, si los hubiera.
El presidente francés, François Hollande, declaró el jueves que la crisis se estaba desarrollando en "condiciones terribles, dramáticas", y ha recalcado que este suceso "justifica más la decisión de ir en ayuda de Mali". Noruega ha expresado su malestar ante la falta de noticias, aunque el primer ministro ha declarado que aún era "pronto" para evaluar la operación. La Casa Blanca ha afirmado estar pendiente de que se aclararan los hechos.
La fiscalía de París ha abierto una investigación por "secuestro seguido de muerte", un procedimiento habitual cuando se sospecha que ha habido víctimas francesas en sucesos ocurridos en el extranjero.
Los hasta 60 terroristas, según la prensa mauritana, que tomaron la instalación gasística pertenecen a un grupo bautizado ‘Los que firman con su sangre’ fundado en diciembre pasado por Mojtar Belmojtar, apodado El Tuerto.
Belmojtar es uno de los dos dirigentes históricos en Malí de la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) y responsable del secuestro de tres catalanes en Mauritania en 2009. A finales del año pasado se separó de la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) para fundar su propia célula, pero sigue trabajando codo con codo con sus antiguos compañeros de armas.
El asalto argelino fue dirigido por el general Abdelrazak Chérif, exparacaidista y comandante de la cuarta región militar, colindante con Libia, por donde entraron los terroristas, según detalló Argel. Al menos 11 de ellos perdieron la vida en la operación. Entre los islamistas abatidos había dos argelinos, tres egipcios, dos tunecinos, dos libios, un maliense y un ciudadano de nacionalidad francesa.
Los terroristas llegaron a la planta gasística a través de la frontera de Libia, a menos de cien kilómetros de distancia. Habían salido de Malí, en cuya franja septentrional se afincó Belmojtar hace más de una década. El miércoles asaltaron la planta y secuestraron al menos a 41 extranjeros y 150 argelinos con la exigencia de que concluya laoperación militar lanzada por Francia y varios países africanos para acabar con los islamistas radicales que se han hecho fuertes en el norte de Malí. Este secuestro masivo es el mayor desafío terrorista al que se enfrenta el Gobierno argelino desde que en 2003 el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), del que nació Al Qaeda en el Magreb, capturó a 32 turistas en el Sáhara.
La operación ha provocado el estupor en países implicados, como Reino Unido o Noruega, que han criticado la falta de información por parte de Argel. Reino Unido no ha sido informado de antemano de la intervención y el primer ministro británico, David Cameron, calificó de "peligrosa" e "incierta". "Los argelinos son conscientes de que hubiéramos preferido ser avisados con antelación", ha asegurado un portavoz británico de Exteriores.
En Japón, el primer ministro ha llamado este viernes al embajador argelino para pedir explicaciones. El Gobierno japonés desconoce la situación de 14 de sus empleados y tres han sido liberados.
En Francia, el ministro del Interior ha informado de que dos de sus nacionales consiguieron escapar de la planta gasística, pero añadió que desconoce la situación de los demás, si los hubiera.
El presidente francés, François Hollande, declaró el jueves que la crisis se estaba desarrollando en "condiciones terribles, dramáticas", y ha recalcado que este suceso "justifica más la decisión de ir en ayuda de Mali". Noruega ha expresado su malestar ante la falta de noticias, aunque el primer ministro ha declarado que aún era "pronto" para evaluar la operación. La Casa Blanca ha afirmado estar pendiente de que se aclararan los hechos.
La fiscalía de París ha abierto una investigación por "secuestro seguido de muerte", un procedimiento habitual cuando se sospecha que ha habido víctimas francesas en sucesos ocurridos en el extranjero.
Los hasta 60 terroristas, según la prensa mauritana, que tomaron la instalación gasística pertenecen a un grupo bautizado ‘Los que firman con su sangre’ fundado en diciembre pasado por Mojtar Belmojtar, apodado El Tuerto.
Belmojtar es uno de los dos dirigentes históricos en Malí de la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) y responsable del secuestro de tres catalanes en Mauritania en 2009. A finales del año pasado se separó de la rama magrebí de Al Qaeda (AQMI) para fundar su propia célula, pero sigue trabajando codo con codo con sus antiguos compañeros de armas.
El asalto argelino fue dirigido por el general Abdelrazak Chérif, exparacaidista y comandante de la cuarta región militar, colindante con Libia, por donde entraron los terroristas, según detalló Argel. Al menos 11 de ellos perdieron la vida en la operación. Entre los islamistas abatidos había dos argelinos, tres egipcios, dos tunecinos, dos libios, un maliense y un ciudadano de nacionalidad francesa.
Los terroristas llegaron a la planta gasística a través de la frontera de Libia, a menos de cien kilómetros de distancia. Habían salido de Malí, en cuya franja septentrional se afincó Belmojtar hace más de una década. El miércoles asaltaron la planta y secuestraron al menos a 41 extranjeros y 150 argelinos con la exigencia de que concluya laoperación militar lanzada por Francia y varios países africanos para acabar con los islamistas radicales que se han hecho fuertes en el norte de Malí. Este secuestro masivo es el mayor desafío terrorista al que se enfrenta el Gobierno argelino desde que en 2003 el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), del que nació Al Qaeda en el Magreb, capturó a 32 turistas en el Sáhara.
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