La historia latinoamericana está en permanente revisión. La imagen de los caudillos, el legado de los libertadores, las guerras posteriores a las independencias; siguen siendo motivo de división y enfrentamiento. Este blog es para recordar y reflexionar sobre hechos y personajes que marcaron la vida de la Iberoamérica y que dejaron huella.
El Archivo de Seguridad Nacional publica documentos sobre la colaboración de las dictaduras para perseguir a disidentes
Por: Fernando Gualdoni | 11 de abril de 2013
En paralelo al juicio que se celebra en Argentina por la Operación Cóndor (el pacto entre las dictaduras de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay para capturar y matar a sus enemigos), el Archivo de Seguridad Nacional -http://www.gwu.edu/~nsarchiv/- gestionado por la Universidad George Washington, publicó una serie de documentos desclasificados del Departamento de Estado sobre esta “colaboración regional” de las dictaduras en los años 70 y 80 para “erradicar” la subversión.
Fundada por el régimen de Pinochet en noviembre de 1975, la Operación Cóndor fue el nombre en clave para aglutinar actividades transnacionales de espionaje, secuestro, tortura, desaparición y asesinato en el Cono Sur americano. Se calcula que bajo estas operaciones fueron secuestrados, torturados, asesinados y desaparecidos más de 170 opositores (sobrevivieron unos 40), entre ellos dos ex diputados uruguayos, el ex presidente de Bolivia Juan José Torres, asesinado en Buenos Aires, o el ex embajador chileno Orlando Letelier, muerto por una bomba bajo su coche en el centro de Washington.
Entre los documentos divulgados por el Archivo, aparece un informe enviado a Henry Kissinger en 1976 de parte del entonces secretario de Estado adjunto para América Latina, Harry Shlaudeman, en el que señala que algunos de los miembros de las dictaduras ven en esta “lucha” una “tercera guerra mundial” y al “Cono Sur americano como el último bastión de la civilización cristiana”. Otro documento describe la “formación de equipos especiales” para “llevar a cabo operaciones que incluyen asesinatos” que se extienden a países como Portugal y Francia.
También se da cuenta de la cooperación de las fuerzas brasileñas en una conversación del ex embajador de EEUU en Buenos Aires, James J. Blystone, con una fuente del servicio secreto argentino. El confidente describe cómo Horacio Campiglia y Susana de Binstock, dos militantes Montoneros, fueron capturados por militares argentinos en Río de Janeiro, procedentes de México, y llevados clandestinamente en un avión Hércules a Argentina. Tanto Campiglia como Binstock siguen desaparecidos.
Aunque los documentos tal vez no revelen gran cosa que no se sepa a estas alturas sobre la Operación Cóndor, su lectura sí proporciona pistas sobre la visión que los funcionarios estadounidenses tuvieron de las actividades, de cómo informaron de éstas a Washington y qué comentarios hicieron al respecto. Valioso material.
En paralelo al juicio que se celebra en Argentina por la Operación Cóndor (el pacto entre las dictaduras de Argentina, Chile, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay para capturar y matar a sus enemigos), el Archivo de Seguridad Nacional -http://www.gwu.edu/~nsarchiv/- gestionado por la Universidad George Washington, publicó una serie de documentos desclasificados del Departamento de Estado sobre esta “colaboración regional” de las dictaduras en los años 70 y 80 para “erradicar” la subversión.
Fundada por el régimen de Pinochet en noviembre de 1975, la Operación Cóndor fue el nombre en clave para aglutinar actividades transnacionales de espionaje, secuestro, tortura, desaparición y asesinato en el Cono Sur americano. Se calcula que bajo estas operaciones fueron secuestrados, torturados, asesinados y desaparecidos más de 170 opositores (sobrevivieron unos 40), entre ellos dos ex diputados uruguayos, el ex presidente de Bolivia Juan José Torres, asesinado en Buenos Aires, o el ex embajador chileno Orlando Letelier, muerto por una bomba bajo su coche en el centro de Washington.
Entre los documentos divulgados por el Archivo, aparece un informe enviado a Henry Kissinger en 1976 de parte del entonces secretario de Estado adjunto para América Latina, Harry Shlaudeman, en el que señala que algunos de los miembros de las dictaduras ven en esta “lucha” una “tercera guerra mundial” y al “Cono Sur americano como el último bastión de la civilización cristiana”. Otro documento describe la “formación de equipos especiales” para “llevar a cabo operaciones que incluyen asesinatos” que se extienden a países como Portugal y Francia.
También se da cuenta de la cooperación de las fuerzas brasileñas en una conversación del ex embajador de EEUU en Buenos Aires, James J. Blystone, con una fuente del servicio secreto argentino. El confidente describe cómo Horacio Campiglia y Susana de Binstock, dos militantes Montoneros, fueron capturados por militares argentinos en Río de Janeiro, procedentes de México, y llevados clandestinamente en un avión Hércules a Argentina. Tanto Campiglia como Binstock siguen desaparecidos.
Aunque los documentos tal vez no revelen gran cosa que no se sepa a estas alturas sobre la Operación Cóndor, su lectura sí proporciona pistas sobre la visión que los funcionarios estadounidenses tuvieron de las actividades, de cómo informaron de éstas a Washington y qué comentarios hicieron al respecto. Valioso material.
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