Centró su homilía en el Apóstol Pablo que pasó su vida de «persecución en persecución»
ABC.ES / MADRID - Día 16/05/2013 - 13.46h
El Papa Francisco arremetió hoy contra los «cristianos de salón», aquellos educados que no saben hacer hijos para la Iglesia con el anuncio de Cristo y el fervor apostólico, durante la homilía que pronunció en la residencia de Santa Marta, donde vive.
Francisco, quien todos los días celebra la Eucaristía en la residencia, centró su homilía en el Apóstol de los Gentiles, Pablo, quien se pasó la vida de «persecución en persecución» pero no se desanimó.
Toda la vida de Pablo fue «una batalla campal», una «vida con un montón de pruebas» y tuvo «un destino con muchas cruces, pero él sigue, mira al Señor y continúa», explicó.
El Papa refirió que Pablo molesta: es un hombre que con su prédica, con su trabajo, con su actitud molesta porque anuncia a Jesucristo. Explicó que predicando al Señor molestaba, «pero seguía porque tenía un actitud cristiana y fervor apostólico».
El Papa señaló que Pablo era un «hombre fogoso», pero no era solo su temperamento y «el Señor se involucra en esto, en esta batalla campal» y lo lleva «hacia adelante», para dar testimonio también en Roma. «Por cierto- aseveró-, me gusta que el Señor se preocupe de esta diócesis, desde aquel tiempo. Es un privilegio».
Francisco abordó el fervor apostólico que el Señor quiere de los cristianos y se preguntó de dónde viene ese celo. «Viene del conocimiento de Jesucristo. Pablo ha encontrado a Jesucristo, se encontró con Jesucristo, pero no con un conocimiento intelectual, científico, que es importante, porque ayuda, sino con ese conocimiento inicial, el del corazón, el de un encuentro personal», dijo.
El celo apostólico, subrayó, sólo se puede entender «en una atmósfera de amor» y «tiene algo de locura, pero de locura espiritual, de sana locura». Y Pablo «tenía esta sana locura».
Por otra parte, advirtió, de que incluso en la Iglesia hay «cristianos tibios» que «no tienen la fuerza de andar hacia adelante». «También -dijo- hay cristianos de salón, los educados, tan buenos, pero no saben hacer hijos para la Iglesia con el anuncio del Señor y con el fervor celo apostólico».
«Hoy podemos pedir al Espíritu Santo que nos dé este fervor apostólico a todos nosotros, incluso que nos dé la gracia para molestar a las cosas que son demasiado tranquilas en la Iglesia con la gracia de ir hacia adelante hacia las periferias existenciales», concluyó.
El Papa Francisco arremetió hoy contra los «cristianos de salón», aquellos educados que no saben hacer hijos para la Iglesia con el anuncio de Cristo y el fervor apostólico, durante la homilía que pronunció en la residencia de Santa Marta, donde vive.
Francisco, quien todos los días celebra la Eucaristía en la residencia, centró su homilía en el Apóstol de los Gentiles, Pablo, quien se pasó la vida de «persecución en persecución» pero no se desanimó.
Toda la vida de Pablo fue «una batalla campal», una «vida con un montón de pruebas» y tuvo «un destino con muchas cruces, pero él sigue, mira al Señor y continúa», explicó.
El Papa refirió que Pablo molesta: es un hombre que con su prédica, con su trabajo, con su actitud molesta porque anuncia a Jesucristo. Explicó que predicando al Señor molestaba, «pero seguía porque tenía un actitud cristiana y fervor apostólico».
El Papa señaló que Pablo era un «hombre fogoso», pero no era solo su temperamento y «el Señor se involucra en esto, en esta batalla campal» y lo lleva «hacia adelante», para dar testimonio también en Roma. «Por cierto- aseveró-, me gusta que el Señor se preocupe de esta diócesis, desde aquel tiempo. Es un privilegio».
Francisco abordó el fervor apostólico que el Señor quiere de los cristianos y se preguntó de dónde viene ese celo. «Viene del conocimiento de Jesucristo. Pablo ha encontrado a Jesucristo, se encontró con Jesucristo, pero no con un conocimiento intelectual, científico, que es importante, porque ayuda, sino con ese conocimiento inicial, el del corazón, el de un encuentro personal», dijo.
El celo apostólico, subrayó, sólo se puede entender «en una atmósfera de amor» y «tiene algo de locura, pero de locura espiritual, de sana locura». Y Pablo «tenía esta sana locura».
Por otra parte, advirtió, de que incluso en la Iglesia hay «cristianos tibios» que «no tienen la fuerza de andar hacia adelante». «También -dijo- hay cristianos de salón, los educados, tan buenos, pero no saben hacer hijos para la Iglesia con el anuncio del Señor y con el fervor celo apostólico».
«Hoy podemos pedir al Espíritu Santo que nos dé este fervor apostólico a todos nosotros, incluso que nos dé la gracia para molestar a las cosas que son demasiado tranquilas en la Iglesia con la gracia de ir hacia adelante hacia las periferias existenciales», concluyó.
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