martes, 21 de mayo de 2013

Obama recibirá en octubre a Rousseff en visita de Estado

Rousseff, en un acto la semana pasada. / EFE

El viaje se celebrará a un año exacto de las elecciones presidenciales del 2014, a las que con toda seguridad volverá a concurrir la mandataria de Brasil


JUAN ARIAS Río de Janeiro 21 MAY 2013 - 02:29 CET

Barack Obama, recibirá en octubre a Dilma Rousseff durante el viaje que la presidenta de Brasil efectuará a Estados Unidos. Será la primera visita de Estado de un mandatario brasileño a la Casa Blanca desde la que emprendió Fernando Henrique Cardoso en 1995. El predecesor de Rousseff, Lula da Silva, nunca fue recibido en un viaje de este tipo.

La visita de Estado se reserva en EE UU para los socios más estratégicos y conlleva algunos protocolos, como una cena de gala en la casa Blanca y una visita a las instituciones norteamericanas como el poder Judicial y el Congreso.

El artífice del encuentro, que se celebrará a un año exacto de las elecciones presidenciales del 2014 en las que con toda seguridad Rousseff se representará de nuevo, ha sido el ministro de Exteriores brasileño, Antonio Patriota. Según Patriota, la agenda de dicha visita de Estado incluirá cuestiones económicas, comerciales y de inversiones.

Brasil presentará al gobierno de Washington su interés en trabajar conjuntamente con EE UU en la exploración de gas natural, aprovechando la tecnología desarrollada por los norteamericanos para la explotación del producto. El viaje ha sido anunciada oficialmente por los gobiernos de Brasil y Estados Unidos. Hasta ayer, Washington no había confirmado su carácter de visita de Estado.

Al hacer el anuncio, el secretario de Estado de los Estados Unidos, John Kerry, elogió la actuación global de Brasil en el mundo a favor de la paz, su presencia en Haití y en su papel en la crisis humanitaria de Siria. Kerry, gran aficionado al fútbol, ha confirmado su presencia en Brasil el año próximo para seguir el Mundial.

Los analistas políticos han subrayado que la visita de Estado de Rousseff a EE UU después de la última de Cardoso hace 18 años supone un espaldarazo político internacional que le será útil en su campaña en las elecciones del año próximo.

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