El presidente chino, Xi Jinping, y el de EE UU, Barack Obama, en febrero de 2012. / SAUL LOEB (AFP)
Ambos mandatarios se entrevistaron en la Casa Blanca en febrero de 2012, cuando Xi Jinping aún no había asumido la presidencia del país asiático
EVA SAIZ Washington 21 MAY 2013 - 00:25 CET
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, se reunirán en California los próximos días 7 y el 8 de junio, ha informado la Casa Blanca. Ambos mandatarios ya se entrevistaron en febrero de 2012, cuando Xi todavía era vicepresidente del país asiático. El anuncio del encuentro llega en medio de un creciente malestar por parte de EE UU ante los ataques informáticos a las empresas e instituciones públicas de este país, atribuidos a organismos del Gobierno chino, y una política monetaria que disgusta a la Administración Obama.
“Ambos líderes repasarán los progresos y los retos de la relación bilateral entre EE UU y China en los últimos cuatro años y discutirán vías para reforzar su cooperación y afrontar de manera constructiva nuestras diferencias en el futuro”, ha indicado el portavoz de la presidencia estadounidense, Jay Carney, en un comunicado.
Pese a las tensiones derivadas de la piratería industrial o las diferencias evidentes entre ambos países en la aproximación al conflicto sirio, en los últimos meses, EE UU ha elogiado la actitud del Gobierno chino en la última escalada de tensión provocada por Corea del Norte el pasado mes de abril. Desde que ha tomado posesión de su cargo como presidente, Xi ha demostrado que quiere que China juegue un papel cada vez más destacado en la diplomacia internacional, más allá de sus intereses meramente comerciales.
El secretario del Tesoro, Jack Lew, y el de Estado, John Kerry, visitaron Beijing al poco tiempo de que Xi asumiera la dirección de China. El jefe de la Diplomacia estadounidense aseguró que EE UU desea mantener una “relación especial” con ese país porque “China es una gran potencia y posee una gran habilidad para influir en los acontecimientos del mundo”. El propio Obama recordó a Xi, en su reunión en febrero del año pasado, sus responsabilidades como potencia mundial.
En esa ocasión, Xi viajó a Washington para presentarse antes de hacerse cargo de la presidencia de China y Obama estaba en plena campaña para su reelección, en la que la amenaza de la expansión de la influencia económica china fue uno de los elementos centrales del debate electoral. El encuentro que ambos dirigentes mantendrán en el rancho Mirage a comienzos de junio se desarrollará en otras circunstancias, aunque problemas como el de la guerra civil en Siria o la amenaza nuclear de Irán, que centrarán parte de su entrevista, siguen sin resolverse.
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