ANTONIO JIMÉNEZ BARCA Lisboa
Mientras en las calles de Lisboa, durante las últimas semanas, se suceden las manifestaciones, las huelgas y las protestas por los próximos recortes incluidos en el presupuesto de 2014, uno de los miembros de la troika, el Fondo Monetario Internacional (FMI), aprieta aún más desde el otro lado, sugiriendo que los salarios deben bajar aún más a fin de “mejorar la competitividad”. También asegura, a su manera alambicada y eufemística, que la receta de austeridad aplicada por el Gobierno portugués a los ciudadanos es, a pesar de todo lo aplicado, escasa: “La agenda de reformas puede ser no suficientemente ambiciosa”.
En un informe hecho público este miércoles desde Washington, el jefe de la misión del FMI para Portugal, Subir Lall, aseguró que hay varios problemas. Uno es que cada vez está más cerca el regreso a los mercados, cosa que acontecerá en julio del año que viene, sin que todo esté despejado. No habló de la posibilidad de un segundo rescate, pero reconoce que no será fácil: “El camino de regreso a los mercados es estrecho, aunque es más ancho de lo que era hace un mes. De cualquier forma, es muy pronto para especular sobre aquello que ocurrirá al final del programa de asistencia”.
El informe admitió que Portugal ha hecho mucho. Pero insinuó que tal vez no lo suficiente: “Aumentar la productividad requiere tiempo, mejorar la competitividad externa también exige reducir los costes de producción, incluidos los salarios. Con todo, a pesar de las reformas importantes ya llevadas a cabo, persisten determinados factores estructurales”.
Hay más riesgos. Algunos son externos. Y el principal es la “incertidumbre considerable” que aún flota en el ambiente económico europeo y que puede acabar con las optimistas mejoras en las exportaciones portuguesas. Otros de estos riesgos son internos y muy portugueses. El FMI alerta sobre los dictámenes del Tribunal Constitucional, que hasta ahora ha tumbado medidas de recorte importantes de los presupuestos de 2012 y 2013. En los próximos meses, este tribunal deberá examinar el nuevo recorte que incluye el presupuesto del año que viene, que prevé una nueva bajada en el salario de todos los funcionarios que ganen más de 600 euros y que ocasionó una huelga en la función pública el pasado viernes.
El FMI advierte de que el Gobierno debe tener preparadas medidas alternativas por la misma cuantía. El organismo internacional también alerta de una hipotética inestabilidad política, fruto de tensiones entre los dos partidos de centro derecha que forman la coalición gubernamental. Ya hubo una crisis política en julio que se saldó con una reorganización del Gobierno después de que los mercados se pusieran nerviosos y se registrara una repentina e imparable subida de los intereses de la deuda.
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