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Un comandante libio estima que los ataques han provocado la muerte de entre 40 y 50 militantes del grupo yihadista
La rama libia del Estado Islámico decapita a 21 cristianos egipcios
RICARD GONZÁLEZ El Cairo 16 FEB 2015 - 13:04 CET
El Ejército egipcio ha bombardeado la madrugada del lunes posiciones de la filial libia del Estado Islámico (EI) en Libia como represalia por el asesinato de 21 rehenes cristianos egipcios coptos. La operación militar se produjo unas horas después de la publicación en una cuenta de Twitter asociada al EI de un vídeo en el que se puede ver la presunta decapitación de un grupo de cristianos inmigrantes egipcios, secuestrados en dos redadas ocurridas en diciembre y enero. Esta es la primer vez que el gobierno egipcio reconoce haber atacado Libia. Durante los últimos meses se filtró en diversas ocasiones que Egipto habría participado en bombardeos aéreos conducidos en colaboración con Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos, pero El Cairo siempre lo negó.
Según fuentes del Ejército egipcio, el objetivo de los bombardeos aéreos, en los que también participaron las Fuerzas Aéreas libias, fueron campos de entrenamiento, arsenales de armas y centros de comunicaciones del EI situados en varias localizaciones del este del país árabe. En declaraciones a la televisión egipcia, Saqer al-Jurushi, un comandante libio, estimó que los ataques han provocado la muerte de entre 40 y 50 militantes del EI. “Hoy y mañana se llevarán a cabo más bombardeos aéreos en coordinación con Egipto”, añadió. El escuadrón de aviones que participaron en la primera oleada de ataques no sufrió ninguna baja, según informó la televisión nacional egipcia.
Milicianos de EI momentos antes de decapitar presuntamente a los rehenes coptos. /REUTERS
El domingo por la noche, después de presidir una reunión de urgencia del Consejo de Defensa Nacional, el presidente Abdelfattá al Sisi ya advirtió en un mensaje televisivo que Egipto se reservaba “el derecho a responder cómo y cuándo considere conveniente”. Además de condenar el salvaje atentado, el rais decretó siete días de duelo. En un comunicado, el Consejo de Defensa Nacional aseguró que la acción militar era “una venganza por la sangre derramada de los egipcios.
La acción ha vuelto a reabrir en los medios egipcios el debate sobre la conveniencia de una intervención militar terreste de Egipto en Libia contra los feudos del yihadismo en el país vecino. Hasta el momento, Egipto ha proporcionado asistencia militar a las tropas de Jalifa Hafter, el general que creó una alianza militar y lanzó la primavera del año pasado una cruzada contra varias milicias islamistas basadas en el este de Libia. En declaraciones a la televisión egipcia, Hafter se mostró dispuesto a intensificar la colaboración con el Ejército egipcio con la finalidad de erradicar las bases del EI en Libia. “Los libios están ayudando al Ejército egipcio a vengarse de estas fuerzas terroristas”, dijo Hafter en una entrevista con la televisión egipcia Dream TV.
La noticia de la brutal ejecución de los rehenes ha conmocionado la comunidad cristiana copta, que representa aproximadamente un 10% de la población egipcia. En un comunicado oficial, la iglesia ortodoxa copta expresó su dolor por el asesinato de “mártires inocentes”, y reiteró su confianza en que “el Estado y sus instituciones no descansarán hasta que los criminales sean castigados”. Su actitud contrasta con la mostrada por los familiares de las víctimas que organizaron movilizaciones durante las últimas semanas para quejarse por la inacción de las autoridades egipcias.
El domingo por la noche, después de presidir una reunión de urgencia del Consejo de Defensa Nacional, el presidente Abdelfattá al Sisi ya advirtió en un mensaje televisivo que Egipto se reservaba “el derecho a responder cómo y cuándo considere conveniente”. Además de condenar el salvaje atentado, el rais decretó siete días de duelo. En un comunicado, el Consejo de Defensa Nacional aseguró que la acción militar era “una venganza por la sangre derramada de los egipcios.
La acción ha vuelto a reabrir en los medios egipcios el debate sobre la conveniencia de una intervención militar terreste de Egipto en Libia contra los feudos del yihadismo en el país vecino. Hasta el momento, Egipto ha proporcionado asistencia militar a las tropas de Jalifa Hafter, el general que creó una alianza militar y lanzó la primavera del año pasado una cruzada contra varias milicias islamistas basadas en el este de Libia. En declaraciones a la televisión egipcia, Hafter se mostró dispuesto a intensificar la colaboración con el Ejército egipcio con la finalidad de erradicar las bases del EI en Libia. “Los libios están ayudando al Ejército egipcio a vengarse de estas fuerzas terroristas”, dijo Hafter en una entrevista con la televisión egipcia Dream TV.
La noticia de la brutal ejecución de los rehenes ha conmocionado la comunidad cristiana copta, que representa aproximadamente un 10% de la población egipcia. En un comunicado oficial, la iglesia ortodoxa copta expresó su dolor por el asesinato de “mártires inocentes”, y reiteró su confianza en que “el Estado y sus instituciones no descansarán hasta que los criminales sean castigados”. Su actitud contrasta con la mostrada por los familiares de las víctimas que organizaron movilizaciones durante las últimas semanas para quejarse por la inacción de las autoridades egipcias.
REUTERS
Los hombres salvajemente ejecutados provenían de diversas aldeas pertenecientes a una misma comarca de la provincia sureña de Minia, donde existe una importante minoría cristiana. A pesar de la inseguridad que padece Libia, todos ellos se habían desplazado a trabajar en el país vecino a causa de la falta de oportunidades de empleo en Egipto. Esta no es la primera vez que inmigrantes cristianos coptos son víctimas de la violencia sectaria en Libia. En concreto, el año pasado 14 cristianos fueron asesinados en Libia, país que se sumió en el caos después de la guerra civil que concluyó con la caída del régimen de Muamar al Gadafi. Actualmente, el Estado central no es capaz de controlar el territorio del país, que cuenta con dos parlamentos y dos gobiernos que aseguran ser los legítimos representates del pueblo libio.
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