El presidente tranquiliza a la cúpula con la idea de que el PP se está recuperando y va ser la primera fuerza en casi todas las autonomías mientras Podemos frena su ascenso
Podemos se consolida como partido ganador, aunque pierde fuerza
CARLOS E. CUÉ Madrid 16 FEB 2015 - 12:23 CET
El líder del PP, Mariano Rajoy, parece convencido de que el viento sopla a favor de su partido y conseguirá recuperar buena parte del terreno perdido en los tres meses que quedan para las elecciones autonómicas y municipales de mayo, donde se juega buena parte del poder que tiene, el mayor en la historia de este partido. En la reunión del Comité Ejecutivo Nacional, la cúpula del partido, con todos los barones autonómicos y dirigentes clave, el presidente les ha dicho que según las encuestas que maneja el PP y el análisis de otros sondeos que hace habitualmente Pedro Arriola los populares pueden ser optimistas porque van a ser la primera fuerza en casi todas las autonomías españolas, con lo que van a conservar buena parte de su espacio.
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En muchos lugares, como Madrid o Valencia, el PP necesita no solo ser primera fuerza sino tener la mayoría absoluta, ante sus dificultades para encontrar aliados. Sin embargo, de esta parte Rajoy no ha dicho nada, según dirigentes presentes en la reunión, y se ha limitado a lanzar un mensaje optimista con la idea de que el PP tiene "el viento a favor" en los próximos meses sobre todo porque la situación económica está mejorando, según ha explicado, y el partido va a tratar de explotar esos datos en la campaña electoral.
El presidente ha explicado que Podemos, que según algunas encuestas es la primera fuerza en España y según otras, como el CIS, es la segunda, está frenando su ascenso. Rajoy se ha mostrado así confiado en que el fenónemo Podemos se vaya desinflando. Sobre Ciudadanos, que está creciendo y podría arrebatar muchos votos al PP, el presidente no ha dicho nada.
Rajoy no ha dicho a los suyos ni una sola palabra sobre las candidaturas que aún no ha anunciado, a pesar de que allí estaban algunos de los principales afectados, como el valenciano Alberto Fabra. En teoría la decisión es inminente, pero solo Rajoy controla los tiempos. La destitución de Tomás Gómez y la crisis en el PSOE madrileño puede alterar un poco los ritmos, según algunos dirigentes, porque el PP tiene ahora mejores expectativas ante el hundimiento de los socialistas.
Rajoy podría querer esperar a ver cómo resuelve el PSOE su candidatura en Madrid. En cualquier caso, la jugada sigue estando entre Ignacio González, Esperanza Aguirre y Cristina Cifuentes. González en principio estaría consolidado en su puesto, pero si hubiera cualquier novedad de los casos que le han afectado, en especial la polémica por el dúplex en Marbella, su figura quedaría descartada y Cifuentes estaría preparada como una opción que en las encuestas internas no obtiene mal resultado, aunque siempre lejos de la mayoría absoluta. Cifuentes podría valer como candidata a la comunidad o al ayuntamiento, mientras Aguirre solo aspira a la capital.
El control interno que tiene Rajoy en estos momentos sobre el PP es de tal calibre que las reuniones duran cada vez menos. Hoy el Comité Ejecutivo apenas ha llegado a los 40 minutos. Dirigentes de toda España, entre ellos alcaldes importantes y presidentes autonómicos, han viajado hasta Madrid para escuchar una breve charla de María Dolores de Cospedal y otra de Rajoy, sin que nadie haya pedido la palabra después ni se haya producido ningún tipo de debate. La rueda de prensa posterior, al contrario de lo habitual, no la dará Cospedal sino Carlos Floriano.
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