El director de Fundamedios, César Ricaurte. / CECILIA PUEBLA (EFE)
CÉSAR RICAURTE | DIRECTOR DE FUNDAMEDIOS »
El director de Fundamedios acusa al presidente ecuatoriano de utilizar la Secretaría de Comunicación como portavoz oficial
EWALD SCHARFENBERG Caracas 30 SEP 2015 - 03:48 CEST
El periodista ecuatoriano César Ricaurte, de 50 años, dirige desde 2006 la Fundación Andina para la Observación y Estudio de Medios (Fundamedios). Si bien el nombre con que se le bautizó permitía anticipar una vocación académica, la organización pronto cobró forma como un muy activo observatorio de la libertad de prensa en el país andino. Tal vez no podía ser de ninguna otra manera pues, con la llegada al poder de Rafael Correa y su Revolución Ciudadana, el de los medios se convirtió en uno de los frentes más calientes de la diatriba política en Ecuador.
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Ricaurte puso su impronta personal en el desempeño de la fundación. Así que tanto uno como la otra debieron pagar el precio por levantar la bandera de la libertad de prensa en un ambiente tan caldeado: el periodista se convirtió en uno de los blancos favoritos para las críticas que desde su programa sabatino derrama el presidente Correa y para la presión desde los medios gubernamentales.
Ahora le tocó el turno a la organización, que emite de manera regular alertas sobre ataques contra medios y periodistas: después de varias advertencias, el 9 de septiembre la gubernamental Secretaría de Comunicación (Secom) inició el proceso de cierre de Fundamedios, sanción que aparcó el viernes pasado, según aseguró un boletín del ente, solo en aras “del diálogo nacional”.
Ricaurte, que ejerció el periodismo en la prensa impresa y la televisión, evalúa desde Quito la situación en la que la organización queda ahora tras el archivo de su caso.
Pregunta. ¿A qué atribuye la decisión del Gobierno ecuatoriano de suspender el procedimiento de cierre de Fundamedios?
Respuesta. A la enorme ola de solidaridad y de apoyo, nacional e internacional, que incluyó 50 pronunciamientos de organismos de derechos humanos y protección a la prensa, y la histórica declaración de cinco relatores de Libertad de Prensa, dos de la OEA y tres de la ONU, condenando el cierre. Creo que esa ola le hizo ver al Gobierno que el potencial cierre de Fundamedios podía tener un costo muy grande, en un momento en que está intentando regresar al mercado de capitales para enfrentar la crisis económica y fiscal del país.
Si lo que molesta en definitiva al Gobierno es que haya alertas, pues lo sentimos mucho, porque vamos a seguir haciéndolas
P. A pesar de la tregua, la Secom advierte a Fundamedios de que sigue violando la ley.
R. Lo que nos dice es que debemos dejar de emitir alertas, y las alertas son una de las razones de ser de Fundamedios. Es una amenaza muy grave, pero no podemos dejar de hacer lo que hacemos. No encontramos razones válidas para dejar de emitir alertas. Si hay algo que corregir, no tenemos problema en hacerlo, y por eso hemos preguntado al Gobierno qué le molesta de nuestras alertas. Pero si lo que molesta en definitiva al Gobierno es que haya alertas, pues lo sentimos mucho, porque vamos a seguir haciéndolas.
P. El Gobierno acusa a Fundamedios y otras organizaciones de la sociedad civil de comportarse en los hechos como un actor político.
R. Evidentemente, la defensa de un derecho fundamental como la libertad de expresión es un acto político. También lo es participar en el debate de los asuntos de interés público, derecho que reivindicamos. Lo que de ninguna manera hacemos, como lo quiere hacer ver el Gobierno, es política partidista. Ni siquiera nos vemos como una organización de oposición contra el Gobierno. Criticamos, sí, las acciones del Gobierno que afectan a la libertad de expresión. Porque eso viola derechos fundamentales del individuo y obligaciones del Estado ecuatoriano que queremos recordarle.
La defensa de un derecho fundamental como la libertad de expresión es un acto político
P. El Gobierno también insta a que Fundamedios aclare cuáles son sus fuentes de financiación económicas.
R. Quieren crear toda una mitología sobre ese asunto. El Estado ecuatoriano tiene toda la información financiera de Fundamedios. De hecho, con el inicio del expediente para cerrar Fundamedios también se inició una campaña masiva desde los medios del Estado en contra de Fundamedios. El diario El Telégrafo, por ejemplo, publicó una infografía que mostraba los ingresos que hemos tenido todos estos años; así que esto no es ningún misterio. Y quedó claro que los montos que manejamos son los de una organización mediana. En el mejor de los años tuvimos ingresos por 300.000 dólares. Eso es lo que gasta el Gobierno en uno solo de sus actos.
P. ¿Acusa de este intento de cierre al presidente Correa?
R. La Secretaría de Comunicación es una oficina de la Presidencia. Pero tengo la impresión de que este episodio es una demostración del titular de la Secretaría, Fernando Alvarado, de que está dispuesto a actuar por su cuenta. En esta ocasión no detectamos ningún pronunciamiento del presidente Correa. O bien fueron muy cuidadosos y quisieron que solo se queme un fusible como Alvarado, o este estaba actuando por su cuenta.
El Estado ecuatoriano tiene toda la información financiera de Fundamedios
P. ¿Por qué hay tanta pugnacidad en Ecuador en torno a los medios y la libertad de prensa?
R. Hay una idea política detrás del argumento de que los medios son los enemigos, de que son mera expresión de los poderes fácticos. Es un modelo que intenta ir cerrando los espacios de una sociedad autónoma, pues lo que se pretende es que el Estado ocupe todos los espacios, y que los que no ocupe luzcan sospechosos.
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