martes, 4 de diciembre de 2012

ARAGÓN / NATURALEZA La almeja más cara del mundo se cría en Aragón

ABC

Un ejemplar de este tipo de almeja de agua dulce, que alcanza gran tamaño

Protegida por estar en peligro de extinción, cada ejemplar está valorado en más de 16.000 euros

R. P. / ZARAGOZA
Día 04/12/2012 - 09.17h

Es grande, pesada, no comestible y, antiguamente, sus conchas eran utilizados por los artesanos para adornar las empuñaduras de cuchillos y navajas. Es la Margaritífera auricularia, una especie de almeja de agua dulce que a duras penas resiste en aguas de la cuenca del Ebro, en Aragón. Lleva años en peligro de extinción. Sus poblaciones han descendido de forma crítica y están rigurosamente protegidas.

Coger una de estas almejas sale caro: más de 16.000 euros. Es el «precio» de cada ejemplar de Margaritífera auricularia, a cómo está valorada oficialmente cada una de estas almejas de agua dulce en caso de que las autoridades le sorprendan a uno con una de ellas, esté viva o muerta. Sólo ser sorprendido en poder de una de sus conchas -total o parcial- se castiga con 3.000 euros. La convierte en la almeja más cara del mundo.

La presencia de Margaritífera auricularia fue abundante hasta el siglo XIX. Pero en el siglo XX se aceleró su declive. La industrialización, la contaminación de las aguas y las obras de canalización y construcción de embalses jugaron en su contra.

A principios del siglo XX ya había desaparecido de todos los grandes ríos de Europa y, por entonces, España ya se había convertido en su último refugio. En concreto, en el cauce del río Ebro, y ni siquiera en toda su extensión. Conforme pasaron los años, el declive de esta especie se acentuó de forma más acusada.

En estos momentos sólo hay constancia de una población significativa de Margaritífera auricularia en puntos del Ebro medio y bajo, en el Canal Imperial de Aragón y en el Canal de Tauste. No hay constancia científica de que haya más poblaciones de este peculiar tipo de almeja en otros puntos de Europa, salvo una reducidísima colonia que se encontró años atrás en Francia, en la cuenca del río Loira, y algunos indicios hallados en aguas de río de Marruecos.

Su último refugio

Dicho de otra forma, el Ebro, el Canal Imperial y el Canal de Tauste son el último escenario significativo de pervivencia de esta especie. Y, sobre todo, en el Canal Imperial, donde en un tramo de 30 kilómetros se han llegado a censar más de 2.500 ejemplaresde esta curiosa almeja gigante, que alcanza un gran tamaño.

Ahora bien, 2.500 ejemplares son realmente muy pocos. Constituyen elúltimo reducto de una especie que, además, anda envejecida. Escasean los ejemplares jóvenes, así que su reproducción se complica, y por tanto se estrechan de forma preocupante sus posibilidades de supervivencia.

No hay comentarios.: