Turistas en un patio de Córdoba. / FRANCIS J. VARGAS
La candidatura gana en su segunda oportunidad el reconocimiento de la Unesco
MANUEL J. ALBERT Córdoba 6 DIC 2012 - 11:37 CET
Se ha hecho esperar. Pero a las 10.15 de hoy, la Fiesta de los Patios de Córdoba ha sido declarada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco. La cita ha sido en París, en la cumbre anual internacional de este organismo. La decisión estaba prevista que se conociese ayer, pero el retraso en las deliberaciones por las distintas deliberaciones, la ha postergado a hoy. A las 9.30 comenzaron las sesiones.
La elección ha venido enmarcada por la prudencia de los políticos del Ayuntamiento y la Junta de Andalucía. Todo, porque el año pasado se pensó que la declaración estaba asegurada. Pero todo acabó en un amargo fiasco, cuando el Ayuntamiento y la Junta se apearan de la carrera al comprobar la baja calidad de su propuesta y el enfoque erróneo con el que defendía su candidatura, muy alejado a los términos exigidos por la Unesco.
En el último momento, los responsables del órgano internacional, reunidos en Bali, sí aceptaron que en 2012 la tradicional fiesta floral vuelva a presentarse en marzo, después de que el Ayuntamiento de Córdoba y la Junta se apeasen de la carrera por la declaración de Patrimonio.
En esta ocasión, el informe previo del consejo consultivo de la Unesco ya apuntaba a una salida positiva. El organismo ha destaca que la tradición pervive entre la vecindad y que sobrevive gracias a la implicación de un nutrido grupo de cordobeses que cuidan estos entornos en primavera.
El origen del concurso se remonta a hace casi un siglo, a 1918, fecha en la que se tiene constancia del primer recorrido organizado. Pero no fue hasta 1933 que se instituyó el festival. Tras la Guerra Civil siguió organizándose y se consolidó definitivamente en la década de los 40.
El concurso de los patios de Córdoba se celebra en mayo. El mes que concentra el grueso de las fiestas populares de la ciudad. Los vecinos de las casas típicas –cuya arquitectura bebe directamente de la fisonomía de las viviendas romanas y que luego adaptaron los árabes- pasan todo el año cuidando de las plantas para que, cuando la primavera llega, luzcan perfectas para la apertura de los mismos a los visitantes. Esos días, los inquilinos ofrecen su hospitalidad a los foráneos. Y el éxito es tal, que se forman verdaderos atascos en las callejuelas del casco histórico.
Los barrios más típicos de Córdoba son los que albergan el grueso de los patios, como La Axerquía y los entornos de las iglesias fernandinas de San Agustín, Santiago, San Pedro, San Lorenzo y Santa Marina de las Aguas. También es posible aprovechar el concurso para visitar, de forma gratuita, el Palacio de Viana, que alberga nada menos que una docena de ellos.
Entre los otros candidatos de este año para convertirse en patrimonio inmaterial de la humanidad, se encuentra el Festival de danza en la Bretaña francesa, otro de violín en Cremona (Italia), la festividad de San Francisco de Asís en Quidbó (Colombia) o las danzas del diablo el día del Corpus Chrirsti en Venezuela. Córdoba es la única representación española.
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