jueves, 6 de diciembre de 2012

Los narcos trafican con drogas y armas desde una importante cárcel de Brasil

Entre enero y agosto han sido intervenidos en las prisiones más de 8.300 teléfonos

VERÓNICA GOYZUETA / SAO PAULO
Día 06/12/2012 - 03.50h

Que quien hace negocios vive atado al teléfono móvil es algo que todos saben, pero lo que nadie esperaba es que narcotraficantes brasileños mantuviesen ese hábito en una prisión de máxima seguridad. La Policía Federal brasileña reveló este miércoles, que presos de la cárcel Presidente Venceslau, una de las más seguras del país, realizan negocios con bandidos a suelta que incluyen transacciones de compra y venta de marihuana y cocaína en Bolivia y Paraguay.

Los presos, miembros de la facción criminal Primer Comando de la Capital (PCC), una agrupación que dirige la violencia en Sao Paulo desde los presidios, llegaron a sostener una conferencia telefónica que duró doce horas, en la que decidieron la distribución de drogas dentro y fuera del país, e incluso, las inversiones que deberían realizar con el dinero obtenido del tráfico.

Según la policía, que reveló parte de la llamada Operación Leviatán, que investiga narcotráfico internacional, esas conferencias ocurren semanalmente y son realizadas normalmente entre cuatro personas. Pero la policía tiene registro de una que duró horas y que fue realizada entre nueve personas, seis de ellas presas. Las conferencias son realizadas principalmente para decidir donde esconder armas y drogas.

Según el diario Folha de São Paulo, que tuvo acceso a la investigación,hay informaciones de que los presos tienen internet y televisores. La Secretaría de Administración Penitenciaria informó que entre enero y agosto de este año, confiscó 8.335 teléfonos móviles en prisiones.

Las grabaciones realizadas por la policía permitieron interceptar 30 cargas de drogas y armas, entre ellas, una de 1,7 tonelada de marihuana y 19 fusiles.

El PCC es responsable por la ola de violencia que castiga a Sao Paulo desde mayo, en una guerra entre el crimen y la policía. La facción que se financia a través de narcotráfico, asaltos y secuestros, es la misma que en mayo de 2006 paralizó la ciudad más vibrante del país, con ataques dirigidos por celulares desde las prisiones.

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