HRW denuncia decenas de casos de ataques policiales contra periodistas y médicos.
La ONU pide una investigación rápida e independiente de las muertes de manifestantes
PILAR BONET / EFE Kiev 31 ENE 2014 - 11:55 CET
Dmitri Bulátov, el líder del grupo Automaidán de Kiev (especializado en hacer escraches), que había desaparecido el 22 de este mes, apareció vivo en el pueblo de Vishenski, en los alrededores de Kiev, con señales evidentes de que ha sido torturado. Le han cortado una oreja, le han acuchillado todo el cuerpo, incluso tiene signos de que intentaron crucificarle. Bulátov pidió ayuda a unos campesinos para llamar a sus amigos. Estos le recogieron y le llevaron a una clínica de Kiev donde ha sido internado. El ex ministro de Defensa de Ucrania, Anatoli Grizenko, que ha hablado con Bulátov, ha dicho que los que le maltrataron parece que eran rusos.
Mientras tanto, la organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado decenas de casos de ataques policiales contra periodistas y médicos durante los violentos disturbios registrados en el centro de Kiev entre el 19 y 22 de enero. En un comunicado publicado en su página web, HRW informa de que "ha documentado 13 de los casos" de represión policial "con el uso de porras, balas de goma y granadas aturdidoras", mientras que otras ONG ucranianas han registrado alrededor de 60 casos de este tipo.
La mayoría de esos ataques tuvieron lugar durante los disturbios en la calle Grushevski el 19 de enero y a pesar de que todos los periodistas llevaban acreditaciones de prensa y cámaras, según la organización internacional. "Es posible herir a un periodista o un médico por descuido durante enfrentamientos con violencia, pero no a decenas", aseguró la subdirectora de programas y emergencias de HRW, Anna Neistat, de visita en Kiev.
"La policía afrontó serios desafíos durante los disturbios pero no es excusa para ataques premeditados contra reporteros y médicos ni para no haber tomado precauciones y protegerles", agregó. Las protestas opositoras estallaron en Kiev hace poco más de dos meses después de que el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, aplazara la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea prevista para fines de noviembre del año pasado.
Ante las crecientes manifestaciones europeístas en el centro de Kiev, ocupado por la oposición, la mayoría parlamentaria oficialista aprobó el pasado día 16 una serie de leyes para restringir el derecho de reunión y otras libertades civiles. Tres días después, se registraron en la capital violentos choques entre manifestantes y policías antidisturbios que causaron varios muertos -seis, según la oposición; tres, de acuerdo con la versión oficial- y centenares de heridos.
Precisamente la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos ha pedido hoy una investigación "rápida, minuciosa e independiente" sobre las muertes de manifestantes en Kiev, capital de Ucrania, en las protestas de los últimos días. "También pedimos que se investiguen los informes que apuntan a casos de secuestros y tortura", afirmó en Ginebra el portavoz de esta oficina, Rupert Colville, que emplazó a las partes a "que se esfuercen para crear unas condiciones que faciliten el diálogo y la reconciliación en el país".
El portavoz también valoró que el Parlamento ucraniano aboliera esta semana el paquete legal aprobado el pasado 16 de enero, que "restringía el ejercicio de derechos como la libertad de asamblea, de asociación o de expresión, así como el derecho de ONG a operar". "Hacemos un llamamiento al presidente de Ucrania para que firme lo antes posible la abolición de este paquete legal", reiteró Colville.
PILAR BONET / EFE Kiev 31 ENE 2014 - 11:55 CET
Dmitri Bulátov, el líder del grupo Automaidán de Kiev (especializado en hacer escraches), que había desaparecido el 22 de este mes, apareció vivo en el pueblo de Vishenski, en los alrededores de Kiev, con señales evidentes de que ha sido torturado. Le han cortado una oreja, le han acuchillado todo el cuerpo, incluso tiene signos de que intentaron crucificarle. Bulátov pidió ayuda a unos campesinos para llamar a sus amigos. Estos le recogieron y le llevaron a una clínica de Kiev donde ha sido internado. El ex ministro de Defensa de Ucrania, Anatoli Grizenko, que ha hablado con Bulátov, ha dicho que los que le maltrataron parece que eran rusos.
Mientras tanto, la organización Human Rights Watch (HRW) ha denunciado decenas de casos de ataques policiales contra periodistas y médicos durante los violentos disturbios registrados en el centro de Kiev entre el 19 y 22 de enero. En un comunicado publicado en su página web, HRW informa de que "ha documentado 13 de los casos" de represión policial "con el uso de porras, balas de goma y granadas aturdidoras", mientras que otras ONG ucranianas han registrado alrededor de 60 casos de este tipo.
La mayoría de esos ataques tuvieron lugar durante los disturbios en la calle Grushevski el 19 de enero y a pesar de que todos los periodistas llevaban acreditaciones de prensa y cámaras, según la organización internacional. "Es posible herir a un periodista o un médico por descuido durante enfrentamientos con violencia, pero no a decenas", aseguró la subdirectora de programas y emergencias de HRW, Anna Neistat, de visita en Kiev.
"La policía afrontó serios desafíos durante los disturbios pero no es excusa para ataques premeditados contra reporteros y médicos ni para no haber tomado precauciones y protegerles", agregó. Las protestas opositoras estallaron en Kiev hace poco más de dos meses después de que el presidente ucraniano, Víktor Yanukóvich, aplazara la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea prevista para fines de noviembre del año pasado.
Ante las crecientes manifestaciones europeístas en el centro de Kiev, ocupado por la oposición, la mayoría parlamentaria oficialista aprobó el pasado día 16 una serie de leyes para restringir el derecho de reunión y otras libertades civiles. Tres días después, se registraron en la capital violentos choques entre manifestantes y policías antidisturbios que causaron varios muertos -seis, según la oposición; tres, de acuerdo con la versión oficial- y centenares de heridos.
Precisamente la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los derechos humanos ha pedido hoy una investigación "rápida, minuciosa e independiente" sobre las muertes de manifestantes en Kiev, capital de Ucrania, en las protestas de los últimos días. "También pedimos que se investiguen los informes que apuntan a casos de secuestros y tortura", afirmó en Ginebra el portavoz de esta oficina, Rupert Colville, que emplazó a las partes a "que se esfuercen para crear unas condiciones que faciliten el diálogo y la reconciliación en el país".
El portavoz también valoró que el Parlamento ucraniano aboliera esta semana el paquete legal aprobado el pasado 16 de enero, que "restringía el ejercicio de derechos como la libertad de asamblea, de asociación o de expresión, así como el derecho de ONG a operar". "Hacemos un llamamiento al presidente de Ucrania para que firme lo antes posible la abolición de este paquete legal", reiteró Colville.
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