viernes, 21 de agosto de 2015

El expresidente Jimmy Carter padece cáncer en el cerebro

Carter, tras su rueda de prensa. / RON HARRIS (AP) | REUTERS

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El exmandatario, de 90 años, empieza este jueves su tratamiento y se muestra sereno


JOAN FAUS Washington 21 AGO 2015 - 12:29 CEST


El expresidente de Estados Unidos Jimmy Carter reveló este jueves en persona la evolución del cáncer que padece. Carter, de 90 años, anunció que se le han detectado cuatro pequeños focos de melanoma en el cerebro y que los doctores le han extirpado una parte de su hígado. La primera sesión de radiación para su tratamiento se iniciará la tarde del jueves en un hospital en Atlanta.

En una rueda de prensa en Atlanta, Carter mantuvo su habitual sonrisa, y exhibió una fortaleza y serenidad encomiable sobre su cáncer, sus posibles consecuencias y su legado personal. “Estoy preparado para lo que sea y espero una nueva aventura”, dijo el que fuera inquilino del Despacho Oval de la Casa Blanca entre 1977 y 1981. “Esto está en las manos de Dios”, agregó.

El exmandatario demócrata y exgobernador de su Georgia natal explicó que se siente físicamente “bien” y dijo, entre risas, que se siente “bendecido” por la vida “maravillosa y gratificante” que ha tenido. Lamentó no poder hacer el viaje que tenía previsto en las próximas semanas a Nepal para participar en un proyecto de construcción de viviendas impulsado por su fundación. Y deseó poder seguir dando clases de religión los domingos.

Estoy preparado para lo que sea y espero una nueva aventura"

Carter explicó que su nieto Jason -que en noviembre optó a gobernador de Georgia- se hará cargo del Centro Carter, que creó el expresidente tras su salida de la Casa Blanca y se centra en actividades de apoyo social y promoción de la democracia en todo el mundo. Esa labor le fue reconocida en 2002 con el Premio Nobel de la Paz por sus “décadas de infatigable esfuerzo para encontrar soluciones pacíficas a conflictos internacionales, avanzar la democracia y los derechos humanos, y promover el desarrollo económico y social”.

La presidencia de Carter terminó hace 34 años, pero su percepción como líder débil y su discutida gestión de la crisis energética o de los rehenes en la Embajada estadounidense en Irán siguen eclipsando sus logros. Entre ellos, el acuerdo de Camp David entre Israel y Egipto que derivó en el fin de la confrontación entre ambos países.

Según un sondeo del año pasado de Gallup, Carter es el expresidente vivo más impopular: su aprobación es del 52%, un punto por debajo de George W. Bush, que salió de la Casa Blanca en 2009.

Carter es cuatro meses más joven que George H. W. Bush, el expresidente estadounidense (1989-1993) vivo de mayor edad.

Preguntado por su legado, Carter dijo que la mejor decisión de su vida fue casarse con su esposa hace 69 años; su mayor lamento, no haber gestionado mejor el secuestro de estadounidenses en la Embajada de Teherán; y su mayor deseo, que se halle una solución pacífica al conflicto entre Israel y Palestina. En los últimos años, Carter se ha mostrado muy crítico con Israel al que ha acusado de perpetrar un “apartheid” contra los ciudadanos palestinos.

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