viernes, 18 de septiembre de 2015

Estados Unidos elimina más restricciones para negocios y viajes a Cuba

LAS RELACIONES ENTRE WASHINGTON Y LA HABANA

Obama elimina más restricciones para comerciar y viajar a Cuba


Las nuevas directrices quitan más fuerza al embargo, sin llegar a eliminarlo

SILVIA AYUSO Washington 18 SEP 2015 - 16:38 CEST


Servicios de paquetería estadounidense como FedEx o UPS podrán instalar muy pronto puntos de entrega en Cuba. Aerolíneas norteamericanas también podrán abrir locales de venta y otras empresas de Estados Unidos tendrán permiso para instalar una oficina en la isla. Además, aquellos estadounidenses autorizados a viajar al hasta hace poco enemigo comunista, podrán incluso abrir una cuenta en un banco cubano para realizar algunas transacciones. Estos son algunos de los nuevos cambios a las sanciones de Estados Unidos contra Cuba anunciadas este viernes por el Gobierno de Barack Obama y que entrarán en vigor a partir del lunes 21.

Vienen a complementar el paquete de flexibilizaciones decretado a mediados de enero, un mes después de que Obama y el presidente cubano, Raúl Castro, anunciaran el inicio de la normalización de relaciones que, en estos últimos meses, han redundado en lareapertura de embajadas y un cada vez mayor intercambio comercial. Todo ello, eso sí, dentro siempre de los límites del embargo impuesto desde hace más de medio siglo contra la isla, y cuyo levantamiento total solo puede decidirlo un Congreso que hasta ahora no ha dado este paso. Aun así, según el Consejo Económico Cuba-EEUU, se trata de los “cambios más profundos en materia de comercio e inversiones entre EE UU y Cuba en décadas”.

“Aquellos que se oponen a las nuevas medidas de Obama van a necesitar un antiácido, y algunos funcionarios cubanos puede que también… demasiado y demasiado rápido”, ironizó la organización independiente en las redes sociales en anticipo de las nuevas flexibilizaciones, a cuyo borrador tuvo acceso.

Las nuevas medidas abren más la posibilidad de viajar a Cuba, aunque sin permitir todavía abiertamente el turismo a la isla, que los estadounidenses tienen formalmente prohibido por el embargo. En enero, se establecieron 12 licencias generales bajo las que un estadounidense podía desplazarse a Cuba, entre otros para intercambios culturales, viajes educativos o religiosos. Las autoridades permitían desde entonces que “familiares cercanos” -un cónyuge o hijos- acompañaran a la persona autorizada en caso de que se tratara de una visita gubernamental oficial o algunas actividades educativas. A partir de ahora, también los familiares de personas que viajen a la isla para realizar bien proyectos humanitarios, religiosos, de investigación o para trabajar como periodista podrán acompañarlos.

Los viajes no son sin embargo el cambio más profundo que conllevará este nuevo paquete de flexibilizaciones. El Gobierno de Obama siempre ha apostado por el comercio y el refuerzo de la iniciativa privada en la isla (el cuentapropismo) en su cambio de estrategia hacia Cuba y es en este campo en el que se centra la mayor parte de las medidas.

Estas amplían todavía más las licencias generales para los servicios de telecomunicaciones e Internet -una prioridad de Washington- en Cuba. Además, permiten a algunas compañías estadounidenses abrir oficinas en la isla “para facilitar transacciones autorizadas”. Así, podrán tener una presencia física en la isla empresas de paquetería y transporte, firmas de telecomunicaciones o Internet, algunos servicios de viajes e, incluso, organizaciones religiosas. Estas empresas podrán además emplear a ciudadanos cubanos en la isla.

Con el mismo objetivo de facilitar las transacciones bilaterales, los estadounidenses autorizados podrán abrir cuentas bancarias para facilitar sus negocios permitidos bajo las regulaciones flexibilizadas en Cuba. De forma inversa, se permitirá que los bancos estadounidenses abran cuentas bancarias para ciudadanos cubanos mientras estos estén fuera de la isla.

“Estas regulaciones están destinadas a apoyar al sector privado cubano emergente”, dijo al revelar las nuevas medidas Penny Pritzker, secretaria de Comercio. Este ministerio, junto con el Departamento del Tesoro, es el encargado de implementar las sanciones y los cambios en estas como los ahora efectuados.

“Además de expandir nuestro intercambio comercial con el pueblo cubano, estos ajustes adicionales tienen el potencial de estimular reformas económicas en el país largamente pendientes”, agregó.

El secretario del Tesoro, Jacob Lew, fue más allá aún al afirmar que “al relajar más aún las sanciones, EE UU está ayudando a apoyar al pueblo cubano en sus esfuerzos para lograr la libertad política y económica necesaria para construir una Cuba democrática, próspera y estable”.

El momento en que se conoce este nuevo paquete de medidas para Cuba no es casual. En menos de 24 horas llegará a la isla el papa Francisco, mediador clave en las negociaciones secretas que llevaron al anuncio de normalización de relaciones el 17 de diciembre que sorprendió al mundo entero, y que tras su primer viaje a la isla realizará su también primera visita a EE UU.

Los principales artífices del deshielo, Obama y Castro, coincidirán además en una semana en Nueva York, donde ambos participarán en la Asamblea General de Naciones Unidas. En el caso del cubano, será su estreno en la ONU desde que asumió la presidencia de su hermano Fidel. Aunque no está previsto a priori una reunión formal como la que mantuvieron en Panamá en abril -la primera entre un presidente estadounidense y uno cubano en más de medio siglo- no se descarta que puedan mantener algún tipo de “interacción”.

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