jueves, 17 de septiembre de 2015

Felipe VI vuelve a ‘casa’ como Rey

PRIMERA VISITA OFICIAL DEL REY A EE UU »

El monarca visita la Universidad de Georgetown en la que estudió durante dos años


El Rey apuesta por "atraer" y "recuperar" talento investigador


JOAN FAUS Washington 17 SEP 2015 - 07:03 CEST


En cada gesto y palabra se percibía que era un día especial. Felipe de Borbón ha visitado la Universidad de Georgetown en varias ocasiones desde que hace 20 años cursó un máster en Relaciones Internacionales. Pero este miércoles lo hizo por primera vez como Rey de España. Felipe VI no ocultó esa singularidad ni el peso que ha tenido Washington en su vida.

"Estoy encantado de estar de vuelta en Georgetown", dijo el monarca al iniciar su discurso en un encuentro con científicos españoles residentes en Estados Unidos. "Esta institución está realmente cerca de mi corazón, y ha contribuido a mi educación personal e intelectual de tal forma que siempre estaré agradecido y honrado".

Georgetown no podía faltar en la agenda de la primera visita oficial de Felipe VI a EE UU desde que asumió el trono en junio de 2014. El monarca ya mencionó ese significado emocional en su reunión del martes en la Casa Blanca con el presidente Barack Obama. "Mi presencia aquí trae recuerdos de mi tiempo en Washington como estudiante", dijo a la prensa junto al mandatario estadounidense.

Esta institución está realmente cerca de mi corazón, y ha contribuido a mi educación personal e intelectual de tal forma que siempre estaré agradecido y honrado"

Felipe VI

Tras estudiar Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, Felipe de Borbón vivió en la capital norteamericana entre 1993 y 1995, cuando con 27 años se graduó de su máster con una nota de sobresaliente.

Compartía apartamento con su primo Pablo de Grecia cerca del campus universitario en el selecto barrio de Georgetown, de casas bajas y tranquilas calles adoquinadas. Fueron años en los que el joven príncipe podía pasar mucho más desapercibido que en España. Y en que se sintió cómodo en su particular 'casa' en el extranjero, libre de las cargas institucionales que asumiría después.

La de este miércoles hubiera sido una tarde cualquiera en el campus de Georgetown si no fuera por la presencia de una caravana de coches oficiales y agentes de seguridad que delataban la presencia del monarca. "Es el Rey de España", le susurraba un estudiante a otro, curioso por saber el origen del tumulto. El resto era la rutina habitual de un campus. Alumnos que andaban de una facultad a otra o que descansaban sobre el césped frente a los edificios neo-románicos de la universidad, fundada en 1789 y la de origen jesuita más antigua de EE UU.

Caroline Kettering, de 19 años y estudiante de segundo año de Sociología, explicaba que había oído hablar de la visita de Felipe VI. "Es bastante común que vengan personalidades", decía. Entre los licenciados ilustres de Georgetown están el expresidente de EE UU Bill Clinton y decenas de congresistas y jefes de Estado. Pero lo que es "inusual", agregaba, era la enorme carpa que ocupaba uno de los jardines del campus y en la que se celebró una cena en honor al Rey. Desde 1999, la universidad cuenta con la Cátedra Príncipe de Asturias.

Felipe de Borbón vivió en Washington entre 1993 y 1995, cuando con 27 años se graduó de un máster en Relaciones Internacionales en Georgetown

La visita desató expectativas entre los estudiantes y el Rey pareció encantado de colmarlas. En un breve recorrido a pie entre la biblioteca que acogió el encuentro científico y la carpa de la cena, don Felipe y doña Letizia se detuvieron a saludar afectuosamente y a tomarse fotografías con personas que se les acercaban.

"Ha sido estupendo", decían, tras saludar a los reyes, unos jóvenes españoles que estaban de visita en la universidad. Pero otros alumnos locales parecían algo molestos por no poder caminar de un edificio a otro al estar cerrado el paso por seguridad.

Veinte estudiantes afortunados lograron invitaciones para la cena de los reyes con un centenar de personalidades, miembros de la comunidad científica española en EE UU y personas vinculadas con Georgetown.

"Es muy emocionante", decía Nicolás Alonso, español de 20 años que estudia desde hace tres años Política Internacional en Georgetown. "Es un momento especial ver que el rey de tu país reconoce la inversión en educación de esta universidad. Crea una conexión especial con esa figura".

En la cena, Felipe VI ensalzó a su “alma máter" y se declaró un "orgulloso Hoya”, el apodo de los alumnos de Georgetown. Dijo que esta era una ocasión especial al acudir por primera vez como Rey y haber podido enseñar con más calma el campus a doña Letizia, a la que "ha aburrido" con sus historias sobre la universidad.

Y explicó que en cierto modo él sigue en Georgetown: "En mi mente, realmente nunca me marché por completo de este campus porque tengo la oportunidad de poner a prueba en la vida real todo lo que aprendí aquí sobre el complejo mundo de las relaciones internacionales".

El monarca apuesta por "atraer" y "recuperar" talento investigador

El Rey Felipe VI abordó este miércoles en Washington la fuga de talentos científicos españoles. El monarca abogó por lograr un "adecuado balance de salida y entrada" de investigadores en España. "Nuestro país debe hacer el máximo esfuerzo para lograr ese equilibrio. Es necesario generar las mejores oportunidades para atraer, para recuperar talento investigador”, dijo en el primer encuentro de científicos españoles en Estados Unidos celebrado en la Universidad de Georgetown.

El monarca consideró que la movilidad de investigadores es "inevitable" y en ocasiones una "necesidad", pero subrayó que también es "ciencia española" la que hacen investigadores españoles en el extranjero. "Es verdad que a menudo estáis lejos, pero os sentimos muy cerca", señaló. "Tanto si habéis venido porque este es el lugar idóneo para desarrollar vuestro trabajo, como si se trata de una estancia temporal en contacto con las élites de vuestra disciplina. Sea como sea, siempre os necesitamos”.

Antes de las palabras de Felipe VI, cuatro destacados miembros de la comunidad científica española en EE UU participaron en una mesa redonda moderada por el profesor Jordi Garcés, que ostenta la Cátedra Príncipe de Asturias de Georgetown. Uno de los participantes, Valentín Fuster, director del centro de Cardiología del hospital Mount Sinaí de Nueva York, dijo que los científicos tienen que "ir fuera, a vivir una cultura distinta" y lamentó que, a diferencia de EE UU, en España "no hay cultura de investigación".

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